Instrumento de capital

Un instrumento de capital es un tipo de valor financiero que representa la propiedad parcial o total de una empresa. Los instrumentos de capital otorgan a sus titulares derechos de propiedad y participación en los activos y ganancias de la empresa.

Hablemos de un término que a menudo escuchamos en el mundo financiero, pero que tal vez no tengamos del todo claro: los instrumentos de capital. Aunque puede sonar un poco complejo, en realidad es un término bastante sencillo de entender.

Para comenzar, el capital se refiere a los fondos que una empresa necesita para operar. Los instrumentos de capital son, entonces, las distintas formas en las que una empresa puede obtener estos fondos. Estos instrumentos representan la propiedad de un pedazo de la empresa, es decir, una participación en el negocio. Cuando adquieres un instrumento de capital, como una acción, básicamente te estás convirtiendo en propietario de una pequeña parte de esa empresa.

Las acciones son quizás el ejemplo más conocido de instrumento de capital. Cuando compras acciones de una empresa en la bolsa de valores, adquieres un derecho de propiedad sobre una fracción de esa empresa. Esto te otorga el derecho a compartir los beneficios de la empresa, comúnmente a través de dividendos, y a veces también te da derecho a votar en las juntas generales de accionistas.

Los instrumentos de capital no se limitan solo a las acciones. Existen otras formas, como las participaciones preferentes, que son similares a las acciones ordinarias pero que otorgan ciertos privilegios a sus poseedores, como el derecho a recibir dividendos antes que los accionistas ordinarios.

Ahora bien, ¿sabías que incluso tu casa puede ser considerada un instrumento de capital? Sí, aunque no lo creas, tu casa es un activo que puede generar valor, ya sea a través de su apreciación en el mercado inmobiliario o alquilándola para obtener ingresos de alquiler.

Sin embargo, no todo es un camino de rosas con los instrumentos de capital. Aunque pueden proporcionar importantes rendimientos, también vienen acompañados de un nivel de riesgo significativo. Si la empresa en la que has invertido no lo hace bien, puedes perder la totalidad de tu inversión. Y si bien es cierto que tu casa puede apreciarse en valor con el tiempo, también puede depreciarse, especialmente en un mercado inmobiliario en declive.

Los instrumentos de capital, como hemos mencionado anteriormente, son vehículos que permiten a las empresas recaudar fondos a cambio de una parte de la propiedad. Pero, ¿qué los hace únicos? Vamos a profundizar en sus características más significativas.

Lo primero que llama la atención de los instrumentos de capital es su naturaleza de propiedad. Cuando adquieres un instrumento de capital, como una acción, te conviertes en propietario de una parte de esa empresa. Esto significa que tienes una participación directa en el éxito o fracaso de la empresa.

Esto nos lleva a la segunda característica, que es el potencial de rendimiento. Los instrumentos de capital ofrecen la posibilidad de obtener un rendimiento considerable si la empresa tiene éxito. Esto puede venir en forma de dividendos, que son pagos regulares que se hacen a los propietarios, o de una apreciación en el valor de la acción que puedes capitalizar vendiéndola.

Otra característica destacada de los instrumentos de capital es su riesgo inherente. Como se mencionó anteriormente, como inversor en un instrumento de capital, compartes directamente en el éxito o fracaso de la empresa. Si la empresa lo hace bien, puedes obtener un rendimiento significativo. Sin embargo, si la empresa fracasa, puedes perder toda tu inversión.

Además, es importante tener en cuenta que los instrumentos de capital suelen ser menos líquidos que otros tipos de inversiones. Esto significa que pueden ser más difíciles de vender rápidamente sin perder valor. Por supuesto, esto puede variar: las acciones de una empresa grande y popular pueden ser bastante líquidas, mientras que las acciones de una pequeña start-up pueden ser muy difíciles de vender.

Finalmente, muchos instrumentos de capital también ofrecen ciertos derechos de control. Esto significa que como propietario, puedes tener un voto en las decisiones importantes de la empresa. Aunque este control es a menudo limitado, especialmente para los propietarios minoritarios, puede ser una característica atractiva para algunos inversores.

Como hemos comentado, los instrumentos de capital son vehículos de inversión que otorgan a su poseedor una participación en la empresa emisora. Hay varios tipos de estos instrumentos, cada uno con sus propias particularidades.

Comenzaremos con las acciones, que son probablemente el tipo de instrumento de capital más conocido. Cuando compras acciones de una empresa, te conviertes en propietario de una pequeña fracción de esa empresa. Esto te da derecho a recibir una parte de los beneficios de la empresa en forma de dividendos, y a veces, a votar en las juntas generales de accionistas. Las acciones se pueden dividir en diferentes tipos, como las acciones ordinarias y las preferentes, cada una con sus propios derechos y privilegios.

En segundo lugar, tenemos las participaciones preferentes, que son un híbrido entre las acciones y los bonos. Al igual que las acciones, las participaciones preferentes representan una propiedad en la empresa. Sin embargo, a diferencia de las acciones ordinarias, generalmente no otorgan derechos de voto. En cambio, ofrecen un dividendo fijo que se paga antes que los dividendos de las acciones ordinarias, de ahí el nombre de "preferentes".

Las acciones de empresas privadas son otro tipo de instrumento de capital. Estas son similares a las acciones ordinarias, pero se emiten en empresas que no cotizan en bolsa. Este tipo de inversión puede ofrecer un alto rendimiento, pero también suele ser bastante arriesgada y menos líquida que las acciones de empresas cotizadas.

Por último, pero no menos importante, están los fondos de capital riesgo, que son fondos de inversión especializados en invertir en empresas privadas con un alto potencial de crecimiento. Estos fondos obtienen beneficios cuando las empresas en las que invierten se venden o salen a bolsa.

Los instrumentos de capital, como las acciones, las participaciones preferentes, y otros vehículos similares de inversión, conllevan una serie de derechos y obligaciones para el inversor.

Comenzando por los derechos, uno de los más destacados es el derecho a recibir dividendos. Las empresas a menudo recompensan a sus inversores repartiendo una parte de sus beneficios en forma de dividendos. Como propietario de un instrumento de capital, tienes derecho a recibir estos dividendos, aunque su pago no está garantizado, ya que depende de la rentabilidad de la empresa.

En el caso de las acciones ordinarias, otro derecho importante es el derecho de voto en la junta de accionistas. Como accionista, tienes la oportunidad de participar en las decisiones importantes de la empresa, como la elección del consejo de administración o la aprobación de operaciones relevantes. Este derecho puede variar dependiendo del tipo de acción, pues, por ejemplo, las acciones preferentes normalmente no otorgan este derecho de voto.

Por otra parte, también tienes derecho a la información. La empresa tiene la obligación de mantener informados a sus accionistas sobre su situación financiera, sus resultados, y cualquier otro dato relevante para la toma de decisiones.

En cuanto a las obligaciones, la más relevante es la responsabilidad limitada. Esto significa que, si la empresa entra en quiebra, los propietarios de instrumentos de capital no están obligados a pagar las deudas de la empresa con su propio dinero. Su pérdida se limita a la cantidad de dinero que invirtieron en la empresa.

Por último, pero no menos importante, los inversores están sujetos a obligaciones fiscales. Los beneficios obtenidos de los instrumentos de capital, ya sea a través de la venta de acciones o del cobro de dividendos, están sujetos a impuestos. Es importante que los inversores se informen y cumplan con sus obligaciones fiscales para evitar problemas legales.

La posesión de instrumentos de capital tiene varias ventajas y desventajas, y comprenderlas te ayudará a tomar decisiones de inversión más informadas.

En el lado positivo, los instrumentos de capital pueden ofrecer un alto rendimiento. La rentabilidad de las acciones, por ejemplo, ha demostrado históricamente ser superior a la de otros tipos de inversión a largo plazo. Además, te dan la oportunidad de participar en el crecimiento y éxito de una empresa.

Otra ventaja importante es la posibilidad de recibir dividendos. Si la empresa tiene beneficios, puede decidir repartir una parte de ellos entre los inversores en forma de dividendos, lo que proporciona un flujo de ingresos adicional.

Además, la inversión en instrumentos de capital ofrece una protección contra la inflación. Al contrario que el dinero en efectivo, que pierde valor con el tiempo debido a la inflación, los instrumentos de capital pueden aumentar de valor a lo largo del tiempo.

Pero, junto a estas ventajas, también existen desventajas.

La principal desventaja de los instrumentos de capital es el riesgo. Las inversiones en instrumentos de capital son volátiles y el valor de tu inversión puede fluctuar ampliamente. Puedes ganar mucho dinero, pero también puedes perderlo. Este riesgo es especialmente alto si inviertes en una sola empresa, en lugar de diversificar tu inversión entre varias empresas.

Además, aunque las acciones te dan derecho a voto, este derecho puede ser limitado en la práctica. A menos que tengas una gran cantidad de acciones, es probable que tu capacidad para influir en las decisiones de la empresa sea limitada.

Asimismo, otra desventaja es la falta de liquidez. Aunque puedes vender tus acciones en cualquier momento, puede que no siempre sea fácil encontrar un comprador. Esto es especialmente cierto en el caso de las empresas más pequeñas o menos conocidas.

Para terminar, nada mejor que ilustrar el concepto que en este artículo explicamos con uno o varios ejemplos que nos permitan terminar de comprender este importante concepto.

Las acciones son el ejemplo más común de un instrumento de capital. Si compras acciones de una empresa, te conviertes en uno de los propietarios de esa empresa. Por ejemplo, si compras acciones de Inditex, la empresa española de moda que posee marcas como Zara y Massimo Dutti, adquieres una pequeña parte de esa compañía y tienes derecho a una fracción de sus beneficios.

De la misma manera, las participaciones preferentes son otro tipo de instrumento de capital. Son similares a las acciones ordinarias, pero con algunas diferencias. Por ejemplo, si eres titular de participaciones preferentes de Banco Santander, tienes derecho a recibir dividendos antes que los titulares de acciones ordinarias. Sin embargo, a cambio, generalmente no tienes derecho a voto en las juntas de accionistas.

Por último, los fondos de inversión en acciones también son instrumentos de capital. Un fondo de inversión en acciones es una cartera diversificada de acciones que es gestionada por un profesional. Si inviertes en un fondo de inversión en acciones, como el BBVA Bolsa, estás comprando una participación en ese fondo y, por lo tanto, en todas las empresas en las que el fondo está invertido.