Los dividendos a cuenta son un pago que las empresas pueden hacer a sus accionistas de manera anticipada sobre el dividendo anual que se espera pagar. Estos pagos se pueden realizar de manera periódica, generalmente trimestral o semestralmente, y se basan en una estimación de la cantidad total del dividendo anual que se espera pagar.
Por ejemplo, si una empresa espera pagar un dividendo anual de 1€ por acción y decide hacer pagos trimestrales de dividendos a cuenta, podría hacer un pago de 0,25€ por acción cada trimestre. Al final del año, si la empresa ha obtenido ganancias suficientes para cumplir con su compromiso de pagar un dividendo anual de 1€ por acción, entonces no se realizará ningún pago adicional y los dividendos a cuenta se considerarán como el total del dividendo anual. Si, por otro lado, la empresa no ha obtenido ganancias suficientes para cumplir con su compromiso de pagar un dividendo anual de 1€ por acción, entonces puede que tenga que hacer un pago adicional a sus accionistas para cumplir con su compromiso.
Los dividendos a cuenta son una forma en que las empresas pueden recompensar a sus accionistas con un flujo constante de ingresos, mientras que al mismo tiempo les permiten retener cierta flexibilidad financiera al no tener que comprometerse a pagar una cantidad fija de dividendos cada año. Sin embargo, es importante tener en cuenta que los pagos de dividendos a cuenta no son garantizados y pueden variar dependiendo de la situación financiera de la empresa en un momento dado.
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