Seguro de vida hipoteca: cómo es, qué cubre y cuánto cuesta

Aunque este tipo de pólizas cubrirá varias responsabilidades de las que, tradicionalmente, querrás protegerte, contratar un seguro de vida con la hipoteca es una opción que depende de quién te la ofrezca: este es el producto que te presentan muchos bancos, acompañado de una rebaja en el interés final que pagarás, cuando adquieres el inmueble.

Así, este producto se ha visto empañado por quedar relacionado con las entidades bancarias. Por eso, queremos ayudarte a comprender cuáles son las condiciones de esta protección, más allá de las que suelen presentarte desde el banco. 

Como asegurado, esta protección te garantizará en caso de que se produzca tu fallecimiento, especialmente si todavía tienes pendiente el pago del préstamo adquirido para proteger tu vivienda. En ese sentido, tal y como dice su nombre, se trata de un producto que se hará cargo de la protección de la vivienda de la familia en caso de que tu pérdida provoque problemas de ingresos entre tus familiares.

Por eso, antes de su contratación, debes considerar este tipo de pólizas están orientadas a evitar y/o compensar la nueva situación que vive el entorno familiar al reducirse los ingresos en el hogar. Por tanto, la utilidad práctica de esta protección es evitar el cambio de domicilio familiar al no poder hacer frente a la nueva situación financiera. 

 No, no es obligatorio que tengas uno. Esta es la verdad y, además, no existe ninguna normativa que te imponga su contratación al realizar una hipoteca. No obstante, te reconocemos que en muchas ocasiones puede parecerlo y es que muchas entidades te presionarán, en cierto modo, para la concesión de la financiación hipotecaria. Esta no obligatoriedad para firmar un seguro de hipoteca queda recogida en la Ley de Crédito inmobiliario, así que, como cliente, siempre estarás en tu derecho de no aceptar la firma de ningún documento con estas características.

De esta manera, la exigencia para un seguro que proteja la deuda de hipoteca, únicamente podría darse en el caso de que así lo hayas firmado en las escrituras.  Si es así, el asegurado habría afirmado su compromiso de tener una póliza de dichas características y, entonces, se hubiera adquirido de forma contractual; en tales casos, el beneficiario de la póliza sería el banco.

Con todo, la conclusión es clara: no se puede obligar a la contratación de la póliza. A pesar de ello, en muchas ocasiones las entidades se saltan esta normativa aplicando penalizaciones en el tipo de interés.

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Esto es fácil: para ambas pólizas, el concepto del producto y el hecho asegurado es el mismo. De esta manera, como base, aseguras un capital para evitar un problema económico a tu familia en caso de que se produzca tu fallecimiento.

La diferencia, por tanto, está en que, con un seguro de vida hipotecario, el capital asegurado se va reduciendo conforme lo va haciendo el préstamo. La otra es que habitualmente en un seguro hipotecario el beneficiario suele ser el banco.

 Los datos que necesitas para calcular el precio de tu póliza son la edad y el capital que quieres proteger, lo cual, en estos casos, suele ser el importe de la hipoteca. Aunque, como expertos del sector, también te recomendamos dejar algo de margen para el pago de impuestos y posibles imprevistos.

Sobre el precio, al depender de ciertos factores, se entiende, entonces, que el coste de estas pólizas no podrá ser fijo, sino todo lo contrario: va a depender, como se dijo, de tu edad y de cuánto necesites asegurar. A la hora de decidir este segundo dato, al buscar tu protección, deberás tener siempre en cuenta que lo principal es cubrir las espaldas de tus seres queridos.

Con esto claro, el cálculo para tu seguro de vida hipoteca se hace igual que para cualquier tipo de seguro de vida porque el riesgo que se mide es el mismo (la probabilidad de fallecimiento). No obstante, es obvio que, como con todas las cosas, siempre habrá precios mejores y, por supuesto, peores.

Si quieres calcular el precio de tu seguro de vida hipoteca, puedes hacerlo con Traetupóliza. El ahorro con una aseguradora frente a lo que se paga en un banco es sorprendente.