Tener bajos salarios, un bajo nivel de precios y una moneda depreciada no es condición sine qua non para conseguir un superávit comercial.
Se puede tener unos salarios muy altos, un elevado nivel de precios y una moneda muy fuerte y cosechar superávit en la balanza de bienes.
Este es el caso de Suiza, que a pesar de tener los salarios y el nivel general de precios más alto de Europa y una moneda muy fuerte, lleva tres décadas cosechando superávit comercial en la citada balanza.
Han conseguido este excelente superávit gracias a que es una economía especializada en sectores de elevado valor añadido como el farmacéutico, el químico, los aparatos de precisión, la maquinaria industrial, la refinación de oro, entre otros, y gracias también al gran prestigio del Swiss made.
Se puede tener unos salarios muy altos, un elevado nivel de precios y una moneda muy fuerte y cosechar superávit en la balanza de bienes.
Este es el caso de Suiza, que a pesar de tener los salarios y el nivel general de precios más alto de Europa y una moneda muy fuerte, lleva tres décadas cosechando superávit comercial en la citada balanza.
Han conseguido este excelente superávit gracias a que es una economía especializada en sectores de elevado valor añadido como el farmacéutico, el químico, los aparatos de precisión, la maquinaria industrial, la refinación de oro, entre otros, y gracias también al gran prestigio del Swiss made.
Son sectores con un elevado peso tecnológico y muchos de ellos están protegidos mediante patentes (medicamentos, vacunas, algunos productos farmacéuticos, etc) y por tanto tienen una de demanda inelástica, es decir, poco sensible a los cambios de precio, las crisis económicas y los vaivenes en los tipos de cambio.
Además las empresas suizas han tomado otras medidas para combatir la penalización que les supone una moneda tan fuerte que encarece sus exportaciones: reducción de costes, diversificación de mercados, compras de materias primas o componentes en euros, sacar al mercado productos más innovadores, contratar más seguros de tipo de cambio, incrementar el prestigio del Swiss made, etc.
El protagonismo de las exportaciones de productos farmacéuticos y químicos ha experimento un crecimiento exponencial en los últimos 30 años, representando hoy en día el 53% del total de las exportaciones del país helvético.
Al mismo tiempo los salarios han subido bastante más que la media de la Unión Europea en los últimos veinte años y son los más altos de Europa. Es por tanto un ejemplo de economía que tiene una gran competitividad exterior sin necesidad de hacer devaluaciones internas (reducción o contención salarial) ni devaluaciones externas (depreciación o devaluación de la moneda) ni tener un nivel general de precios bajo.
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