En posts de blog anteriores ya hemos explicado qué es una opción, de qué se compone el valor de una opción y cómo evoluciona la prima de una opción según el subyacente y el precio de ejercicio. Hoy vamos a darle una vuelta de tuerca más al concepto de una opción que nos ayudará a entender determinados comportamientos de estos derivados.
¿Cuál es el objetivo de las opciones?
Al ser las opciones financieras un derivado tan completo y complejo a la vez nos olvidamos de lo que realmente son las opciones y cuál es su principal función, por decirlo de alguna manera. Pues bien, la finalidad original de las opciones es asegurarse un precio de compra o un precio de venta del subyacente (ya sean acciones, onzas de oro o barriles de petróleo). Dicho de otra forma, nos cubrimos del riesgo de la variabilidad del precio subyacente y por ello pagamos un precio, la prima.
Este concepto seguro que a más de uno le resulta muy familiar, y és que es muy similar al de un seguro, pagamos una prima por tener asegurado el valor de un determinado activo y por cubrirnos de la incertidumbre de qué le puede pasar.
¿A qué riesgo estamos haciendo referencia?
Pues a la variabilidad del precio, es decir, la volatilidad. Con lo que de esto podemos deducir que si se espera un mercado más volátil en el futuro, quien nos venda "este seguro", quien nos venda la opción, nos pedirá más por comprarla. ¿Lógico no? Dicho de otra forma, el comprador de una opción paga por cubrirse de un riesgo, si este riesgo aumenta también lo hará el precio a pagar por la cobertura.
Pero... ¿Qué es la volatilidad?
Con una definición más correcta podríamos decir que la volatilidad mide la intensidad en los cambios de los precios o rentabilidades en un periodo de tiempo determinado. En el mercado podemos encontrar distintas formas de medir la volatilidad, las más conocidas son la volatilidad histórica y la volatilidad implícita.
La volatilidad histórica es la desviación típica de los rendimientos logarítmicos de un activo para N sesiones, es decir, se basa en los rendimientos pasados y se calcula en forma de promedio (dividido entre N), mientras que la volatilidad implícita es la volatilidad futura que descuenta el mercado, podemos decir que es una volatilidad que "se comercia o se negocia", ésta se saca de la fórmula de valoración de opciones de Black Scholes. A continuación podemos ver un gráfico de cómo evolucionan tanto la volatilidad histórica como la volatilidad implícita.
Como podemos observar en el gráfico, la volatilidad histórica (línea azul) va más retardada que la volatilidad implícita (línea naranja), y es que esto es lógico, pues la primera se calcula en forma de promedio y la segunda es una "estimación" de la volatilidad futura. A la hora de operar con opciones tendremos que tener en cuenta la volatilidad, si pensamos que en un futuro la volatilidad va a subir (va a haber más riesgo) las estrategias más adecuadas son de comprar opciones o estrategias con vega positiva, ya que un aumento de la volatilidad aumenta la prima de la opción, mientras que si pensamos que en el futuro la volatilidad va a bajar las estrategias más conveniente es la venta de opciones o vega negativo (sin tener en cuenta las demás variables que afectan al valor de la prima).