Desde que se publican los resultados de la Encuesta de Población Activa en la que salen los famosos 6.200.000 parados, no ha parado un clamor de personas que no se creen los datos, en el sentido de que son mucho menores al no tener en cuenta la economía sumergida.
Aprovechando que hoy es puente en Madrid, (y por extensión parece que en toda España), pues me gustaría comentar que tengo una cierta pasión por el senderismo y las caminatas. Mientras no se le ocurra a algún iluminado poner puertas y peajes al monte, es una forma barata de eliminar bastante estrés del día a día.
Ya he puesto en varias ocasiones, que ante cualquier medida que trate de mejorar la posición de los consumidores frente a las entidades financieras, nos encontramos siempre con el argumento de que esto dejará fuera del mercado financiero a todo el mundo.
Cuando iba a colocar el post de hoy, me ha dado por echar un vistazo a “el economista” para… (bueno, pues no tengo muy claro para que), y he encontrado una noticia que publica Reuters de última hora en la que nos cuentan que la Unión Europea, con el acuerdo del FMI y el BCE buscan un acuerdo para recuperar la confianza de los ahorradores.
En esta crisis hemos entrado tras años que básicamente se conocen como el “laissez faire”, que en la práctica suponía que los mercados financieros se expandían sin control, se imponían a todo y a todos, teníamos unos endeudamientos crecientes, teníamos continuas privatizaciones de absolutamente todo, contenciones salariale.
En los últimos tiempos la corrupción parece que se ha asentado como uno de los principales problemas para la sociedad española. Esta percepción viene derivada por la aparición incesante de numerosos casos, que afectan a casi todos los ámbitos y representantes.
En septiembre de 2012, escribía un post sobre la ocurrencia de la Xunta de Galicia, de ofrecer como salida a las preferentes el sistema de arbitrajes. En aquel momento, el argumento “de venta” del sistema de arbitraje, pasaba principalmente por el hecho de que si al final las cosas no salían de acuerdo a lo que el cliente estimaba, se podría reclamar judicialmente, lo cual no era cierto.
El otro día colocaba un post acerca de las medidas que nuestro gobierno “orwellianamente” denominaba “Medidas para la protección a los titulares de determinados productos de ahorro e inversión.”.
De repente nos encontramos con una “corrección” en la cotización del oro, y en este escenario lo inevitable es que aparezcan explicaciones más o menos esotéricas acerca de este fenómeno, que traten de justificar lo que ayer se justificaba que no podía pasar. El hecho de que tengan sentido o no, suele ser un punto no demasiado importante.
Mucha gente se llevó las manos a la cabeza cuando Ada Colau acudió al congreso a hablar de la iniciativa legislativa popular para la reforma de la ley hipotecaria y calificó como “criminales” a los banqueros.
Si hay una pregunta que me han hecho muchas veces es precisamente esta: ¿Cómo proteger los ahorros?. De hecho esta pregunta se está repitiendo mil y una veces a todo el mundo.
La última novedad explosiva en los mercados financieros ha sido la aparición y explosión del Bitcoin, establecida como una moneda virtual, que reproduce casi todas las características del oro, (la creación se llama minería, se establece un crecimiento muy limitado, se ofrece anonimato y seguridad en la posesión…),
Hoy hemos conocido las recomendaciones de la comisión europea acerca de España. Y lo que tenemos es un diagnóstico, (el enésimo), y unas recomendaciones, (repetidas otra vez)
Desde hace unos meses sobrevuela por todos lados la idea expresada por Morgan Stanley, de que gracias a las reformas que ha hecho España en el año pasado, se acabará convirtiendo en la próxima Alemania.
En pura teoría, la razón de ser de la contabilidad, tanto la pública como la privada estriba en la necesidad de ofrecer información a todas aquellas personas sobre la situación y la evolución de un determinado ente.