En cualquier película o noticia, siempre tenemos un reparto de los papeles entre distintos personajes. Por un lado tenemos a los rescatados que son aquellas personas o elementos que están en un riesgo, más o menos inmediato; y por otro lado tenemos a los rescatadores. Podemos darle las vueltas que nos de la gana, pero en todo rescate hay rescatados y rescatadores, aunque a veces no sean evidentes. Y para saber quién es quién, sólo tenemos que identificar a los que sufren los sacrificios y a aquellos que son los que son salvados.
Por supuesto, los matices son múltiples, pero toda buena película tiene varias fases. A veces se niegan los riesgos, de forma que el protagonista se tiene que pasar un buen rato convenciendo de los riesgos. Normalmente se toman medidas inútiles o incluso medidas que empeoran el problema.
En toda película con cierta épica los rescatados suelen ser un colectivo. Rescatamos un pueblo, una ciudad o el mundo entero, pero siempre se suele enfocar la vista sobre algún personaje entrañable, (los niños son muy socorridos); y respecto a los rescatadores, tenemos normalmente a dos tipos, el héroe o el sacrificado. El héroe es el que después de mil decisiones difíciles y unos cuantos tortazos, logra salir magullado pero contento y con la chica. Pero normalmente a media película no suelen faltar los sacrificados que son aquellos que intentan salvar la situación pero que son entregados en aras del rescate de marras. Pensemos en la imagen del submarino que tiene que cerrar las compuertas atrapando a cierto número de marineros sin posibilidad de salir vivos; o el que queda atrapado en algún sitio desde donde salva a todo el mundo a costa de entregar su vida. Pasados los cinco minutos de depresión por estas lamentables bajas, la vida sigue y son olvidados en aras al bien común.
Pero si hiciésemos una película de esta crisis que tenemos encima, el cacao que tenemos montado puede ser de impresión porque si nos damos cuenta, un aspecto que no tenemos nada claro es quien es el rescatado y quien el rescatador. Nos encontramos con que España es rescatador de Grecia, y a su vez rescatado por la UE mediante un fondo en el que rescatan los países. Lo mismo va para todos y cada uno de los países que a estas alturas ya no se sabe si son rescatados o rescatadores.
Y el problema es que estamos pensando en términos de países, lo que nos hace liar un poco el esquema mental. ¿Imaginamos el argumento de Armageddon explicando “la humanidad salva a la humanidad” ¿. Pues la verdad es que en todo caso no mentiríamos, porque objetivamente unos cuantos humanos se sacrifican por salvar a otros cuantos humanos, (obviemos el hecho de que sean unos pocos los que salvan a miles).
Por supuesto, las abstracciones nos sirven para simplificar las distintas realidades, pero a veces nos sirven para esconder la realidad.
En todo caso, el 11 de junio de 2010, Elena Salgado, (en representación de la UE), nos ha presentado algo que podemos entender como el guión de una película de serie b. El guión es un poco coñazo, y lo publican en una revista que no suele leer mucho porque tiene el poco comercial nombre de Diario Oficial de la Unión Europea, (DOUE). Espero que el titulo lo cambien de “Decisión del consejo de 8 de junio de 2010 dirigida a Grecia, con objeto de reforzar y profundizar la supervisión presupuestaria y de formular una advertencia a Gracia a fin de que adopte las medidas para la reducción del déficit, considerada necesaria para poner remedio a la situación de déficit excesivo”.
El titulo no es que sea muy comercial y la verdad es un poco ridículo que se le pide reducir el déficit, porque se considera necesario para reducir el déficit. Por eso propongo el título “Rescate en Grecia”, mucho más apropiado, (incluso el “en”, en lugar del “de”).
¿Qué se aprueba?. Pues el guión sigue una cronología que dice lo que va a pasar antes de junio, septiembre y diciembre de 2010 y luego en marzo, junio, septiembre y diciembre de 2011. Yo he preferido separar por colectivos como si fuesen protagonistas.
En primer lugar están los funcionarios públicos.
Los funcionarios públicos deberán contribuir al bien general renunciando a las primas de semana santa, verano y navidad, lo cual supone ahorrar 1.500 millones al año, (asumiendo que por cierto van a estar congelados hasta el 2013 y se van a reponer el 20% de los jubilados). No es un colectivo que vuelva a aparecer hasta septiembre de 2011, donde el gobierno tiene que reducir empleo público, (despedir por encima de lo recortado), para conseguir 600 millones al año.
En segundo lugar voy a poner a los pensionistas, que desde luego, van a ser los que tengan el papel principal en esta película.
Comienzan con un esfuerzo a adoptar antes del 30 de junio de 2010, aportando 1.900 millones anuales, renunciando a las primas de semana santa, verano y navidad, con carácter general. A aquellas pensiones más altas, les toca un recorte adicional para conseguir otros 500 millones de euros.
Pero en septiembre de 2010, tienen que aportar una reforma que incluye la disminución del límite superior de las pensiones, aumento gradual del período mínimo de cotización para acceder a la pensión completa, (de 37 a 40 años), establecimiento de la edad mínima de jubilación en los 60 años, (también en el caso de trabajadores que desempeñen actividades penosas y de los que lleven 40 años cotizados), supresión de las normas especiales a favor de personas aseguradas antes de 1993, manteniendo sus derechos, (A ver como logran esto de suspender las normas, sin tocar los derechos).
En la misma fecha, tienen que asumir una reducción sustancial de las profesiones penosas, reducción de un 6% anual para los trabajadores que se jubilen entre los 60 y los 65 años con un período inferior de cotización inferior a 40 años, crear un mecanismo automático que vincule la edad legal de jubilación al aumento de la esperanza de vida, endurecimiento de los criterios de concesión de las pensiones de invalidez y extensión del período considerado para el cálculo de la pensión a toda la vida laboral. Esto ha de conseguir que se devenguen pensiones con el límite de las cotizaciones a una tasa media anual del 1,2%.
Todo ello con el fin de conseguir que entre el 2010 y el 2060 el incremento de las pensiones quede por debajo del 2,5% del PIB.
Una vez hechos todos los ajustes, en septiembre de 2011 han de tener la norma para congelar el resultado final.
Los trabajadores privados tardan un poco en aparecer en escena, pero sin embargo cuando entran lo hacen también con un papel relevante. En diciembre de 2010, tiene que estar aprobado un marco normativo que incluya:
- Reforma del sistema de negociación del sector privado con reducción de la retribución de las horas extraordinarias, mayor flexibilidad en la gestión de los tiempos de trabajo, y la posibilidad de celebrar pactos territoriales para fijar un incremento salarial inferior al previsto en los convenios sectoriales.
- Ley sobre salarios mínimos que introduzca mínimos parciales (entiendo que menores a los normales), para grupos de riesgo, (desempleados jóvenes y de larga duración), y que contemple medidas para garantizar que los sueldos mínimos nominales actuales no suban tres años.
- Reforma en la legislación sobre la ¿protección del empleo?, a fin de ampliar a un año el período de prueba en los nuevos trabajos, reducir las indemnizaciones por despido, aumentar el umbral mínimo de activación de las normas relativas a los despidos colectivos, (sobre todo en las grandes empresas), y fomentar el uso de contratos temporales, (no hay errata).
Respecto a las empresas, lo que toca es una reducción de 500 millones en los planes de inversión pública inmediatamente y 1.000 millones a reducir en septiembre de 2011, aparte 300 millones en concepto de reducción del consumo intermedio de las administraciones públicas a aprobar en septiembre de 2010 y otros 300 millones a recortar en septiembre de 2011.
En todo caso y como parece que se repiten protagonistas, nos encontramos con que los anteriores, (y alguno más que quede por ahí), hacen apariciones esporádicas en otros papeles de tal forma que nos encontramos con que la mayor parte, aparte de obtener sus rentas tienen que realizar pagos de impuestos.
Por tanto, a los contribuyentes, les toca por supuesto, chupar cámara durante todo el período.
En junio de 2010, hay que modificar la ley tributaria, eliminando todas las exenciones y regímenes autónomos, e introducir una escala progresiva para todo tipo de rentas y un régimen horizontal unificado para rentas del trabajo y capital. Además toca subir el IVA para recaudar 1.800 millones e incrementar los impuestos de tabaco, carburantes y alcohol para recaudar 1.050 millones.
En septiembre de 2010, le toca a las empresas más rentables, asumir un impuesto, (establecido como carácter temporal, a diferencia de todas y cada una de las demás medidas), que aporte 200 millones en cada uno de los tres años 2011, 2012 y 2013. Y le toca a los autónomos asumir un sistema de módulos, que han de contribuir en 400 millones para el 2011 y con rendimientos crecientes para los años siguientes. (¡Más les valía ser empresas rentables!).
Para el resto de los mortales toca reforma del IVA incrementando las bases incluyendo servicios exentos y traslado de bienes y servicios de tipos reducidos a tipos normales para conseguir otros 1.000 millones adicionales. Y como novedad un impuesto ecológico para conseguir 300 millones anuales.
Siguiendo en septiembre, se trata de que el gobierno griego consiga 500 millones más por las normas de utilización del suelo, 500 millones por actualizar el valor del IBI, otros 150 por pedir la subida de la renta de los salarios en especie y 800 millones de un impuesto especial sobre establecimientos no autorizados.
Aquellos más pudientes tendrán que asumir también 100 millones en el impuesto de lujo.
¿Y para septiembre de 2011?. Pues se debe aprobar otra subida del IVA, para conseguir para 2012 otros 300 millones pasando más artículos de IVA reducido a normal, 300 millones de un impuesto nuevo a las bebidas NO alcohólicas, otros 200 millones más en concepto de IBI y 100 millones más para los autónomos.
Por supuesto sí alguien cae, no espere tener una mínima red de seguridad porque se eliminan desde ya, “la mayoría de los subsidios de solidaridad”, que supone ahorrar 400 millones al año, sin olvidar que para septiembre de 2011 se tiene que tener aprobada una modificación de las normas de desempleo para ahorrar 500 millones.
Pues la verdad es que la redacción del guión es un poco floja, pero desde luego a la película no le faltan los efectos especiales. En todo caso, es fácil entender que me faltan los personajes de los rescatados, y que van a hacer.
