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Este post trataba de ilustrar con un ejemplo la manipulación que encontramos en los medios de comunicación con el fin de que no cambien unas políticas determinadas que nos llevan al desastre. Está claro que el análisis de Financial Times no fue muy certero. También debería estar claro que nunca fue ese el objetivo.

Este post es una reedición de otro publicado con el mismo nombre el 16 de septiembre de 2009. Se han corregido algunos fallos de redacción. Sin embargo, los datos, el análisis y las conclusiones se han de entender referidas a 2009.

 

Financial times y expansion intentando convencer de no cambiar

 



El 15 de septiembre de 2009, aparece en la edición digital de expansión.com un artículo firmado por Financial Times bajo el título “Lehman y el capitalismo”. Dicho artículo estuvo por la tarde en la sección de “Análisis”.

El artículo es un intento burdo, puede ser que desesperado, para contrarrestar los esfuerzos que la mayoría de los países están llevando a cabo para modificar las reglamentaciones del sistema financiero. El artículo no está demasiado trabajado pero cumple los requisitos que nos podemos encontrar en los artículos demagógicos que nos están cayendo por todos lados. La verdad es que a veces creo que los periódicos  se han convertido, hace tiempo, en simples recipientes de publirreportajes.

el texto dice lo siguiente:

"El colapso de Lehman Brothers hace un año y sus consecuencias marcaron para algunos del principio del fin del capitalismo. Con una reacción un poco más comedida, los dirigentes mundiales coincidieron en responsabilizar de la crisis al descontrol del libre mercado y a la codicia de los banqueros.

No obstante, la visión más extendida doce meses después es que los mercados están recuperando la normalidad y el crecimiento. De ser correcta esta sensación, la peor debacle financiera y económica desde la Gran depresión, habrá terminado en cuestión de un año. Japón, sin embargo, todavía sufre las consecuencias del estallido de su propia burbuja, hace ya dos décadas.

Por consiguiente, lejos de cuestionar el capitalismo occidental, en este momento deberíamos celebrar su triunfo y encomiar las raíces del sistema financiero.

Aunque ese argumento puede parecer descabellado, los inversores y las autoridades tienen que elegir una alternativa. Los que aceptan que el mundo está saliendo de la crisis financiera no pueden defender un cambio radical de las instituciones, del entorno regulador y de las prácticas que han servido para que la recuperación no tardara tanto en llegar. Sin duda serán necesarios pequeños cambios. Por otra parte, hay quien cree que la recuperación se ha conseguido sólo por la ayuda gubernamental.

No obstante, es demasiado prematuro dar por hecho que estas intervenciones han resultado positivas; rescatar a los bancos de la quiebra, intervenir en los mercados y disparar el presupuesto siempre es arriesgado. Es probable que esas intervenciones dificulten aún más la gestión de una próxima crisis.

Sin embargo, la interpretación más pesimista, lejos de ver ningún motivo para congratularse, cree que lo peor está por llegar. Aunque a Lehman se le permitió morir de muerte natural, los males que afectan al resto de entidades se han cubierto con tipos de interés mínimos, ayudas estatales, balances opacos y los recientes repuntes bursátiles.

Si estos cuidados paliativos terminan, podríamos asistir a otro colapso similar al de Lehman. Para evitar que eso ocurra, la recuperación tendrá que ser muy sólida. Si estamos verdaderamente ante una, las autoridades no deberían intervenir demasiado".

La verdad es que no es que esté demasiado trabajado;  de hecho su simpleza sorprende. Amparándose en el santo consenso de siempre se permite afirmar que todo el mundo estima que nos estamos recuperando (a pesar de las dudas que varios analistas exponen de vez en cuando, dudas con las que estoy de acuerdo).

Lo más curioso es el resto del argumento: habla del triunfo del capitalismo y por supuesto de las encomiables raíces del sistema financiero. 

Hay una frase especialmente esquizofrénica y manipuladora: “hay quien cree que la recuperación se ha conseguido sólo por la ayuda gubernamental”; es la típica frase que acompañaríamos con “y que no sabe de lo que habla”. Con esta frase se consigue desactivar al que efectivamente entienda que eso es precisamente lo que ha ocurrido; eso sí: sin argumentos de ningún tipo.

El artículo, defiende (sin demasiada sutileza) que la única posibilidad de salida real a esta crisis es que el mercado (se supone que el financiero, porque la economía real no creo les interese demasiado) se recupere lo antes posible; por esto nos cuentan que lo mejor es que los cambios a introducir sean mínimos.

El artículo no ha pedido que sean los gobiernos y bancos centrales los que se ocupen de crear las condiciones necesarias para volver a crear una burbuja que les permita crecer rápido con la esperanza de que esta vez escapen a tiempo. Cierto es porque esa petición no era necesaria ya que eso sí que se les ha concedido hace tiempo.

El artículo deja caer la amenaza de siempre; si creemos que la recuperación es por las ayudas, balances opacos y el repunte bursátil, (lo que antes se dudaba) tenemos que seguir o podríamos caer en el abismo.

Particularmente estoy harto de que chantajeen; alguien debería pensar que los chantajes sólo sirven para, en caso de cesión, llegar al siguiente chantaje que temo que va a ser en breve.

En fin. ¿Merecerá la pena salvar el sector financiero dentro de dos o tres meses cuando se vuelva a derrumbar? ¿Podremos salvarlo con esa forma de pensar? ¿Hasta cuándo nos van a usar de rehenes? ¿Encontraremos seriedad?, o  en cambio, ¿seguiremos intentando manipular como con el ejemplo de las SICAV?

 

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