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No es lo mismo corralito que restricciones al movimiento de capitales

 

La semana pasada, en medio de la presión para que los griegos votasen lo que convenía, nos hemos encontrado con una noticia en la que la UE afirmaba que las limitaciones a los movimientos de capital era perfectamente legal al existir una clausula que suspendía la libertad de movimientos en situaciones excepcionales.

Inmediatamente, la palabra corralito salió por todos los medios en otra de las confusiones que nunca podremos saber si es interesada o no. En realidad, existen dos tipos de restricciones en este aspecto; por un lado restricciones a los movimientos de capital, y por otro lado restricciones a la retirada de efectivo. Supongo que tan sólo aclarando que tenemos dos efectos, y sus nombres, ya queda clara la diferencia; pero por si acaso tenemos que tener en cuenta que una restricción a los movimientos de capital es una restricción a la salida de moneda de una determinada zona, mientras que el corralito o las restricciones a la retirada de efectivo lo que tratan es de evitar que los titulares de las cuentas saquen el dinero de las entidades financieras. Es decir, en un caso se trata de evitar que los fondos se vayan a otras monedas y en el otro de evitar que los fondos salgan del sistema bancario.

Estas dos restricciones obedecen a causas distintas, y tienen dinámicas y efectos completamente distintos, aunque puede existir cierta relación en el sentido de que una restricción a la retirada de efectivo tiene que llevar aparejada una restricción a los movimientos de capital, pero una restricción a los movimientos de capital no tiene por qué suponer un corralito.

Un límite a los movimientos de capital, afecta a aquellas personas o empresas que pretendan mover fondos para el exterior, por lo tanto no afectará a la inmensa mayoría de personas, (aunque si es posible que dada la concentración de la riqueza, si afecte a una gran parte de los fondos). El objetivo fundamental es evitar pero efectos de pánico o miedo pero en el campo de las monedas. Es decir; un límite a los movimientos de capital tiene sentido cuando se plantea un escenario en el que es posible una devaluación de la moneda propia, de tal forma que magnifica este escenario. Es decir; el mero hecho de que pensemos que exista la posibilidad de que España salga del euro, (o bien una vez fuera del euro, que se vaya a devaluar), supondrá movimientos fuertes de capital desde España al exterior, para conseguir beneficios en moneda nacional, (o evitar pérdidas). Estos movimientos, lo que harán será provocar que la devaluación sea mayor, (en caso de que fuese real) o incluso puede provocar una devaluación que no se produjese, porque lo que se hace es vender monedas de un país para comprar la de otro, (lo cual evidentemente actúa frente al precio relativo entre las dos).

Curiosamente en este caso los mayores perjudicados serían aquellos que podrían (y maniobran) con facilidad para conseguir beneficios en estas situaciones. Es decir, aquellos que tengan los fondos, la facilidad de moverlos y por supuesto la capacidad de anticiparlo. Es decir, bancos y grandes inversores.

Es importante entender que estos límites no suponen necesariamente un corralito, ya que en muchos lugares del mundo y en muchos momentos históricos han existido o existen ciertos tipos de restricciones a los movimientos de capital, sin que suponga ningún problema para que los ciudadanos de este país en particular puedan convertir su dinero en efectivo sin problemas.

En cambio un corralito es directamente un límite a las retiradas en efectivo, pero que sin embargo permite mover los fondos, aunque siempre dentro del sistema bancario. Es decir, en el caso de un corralito se limitan las retiradas en efectivo pero no los pagos, ni los movimientos, siempre que sean bancarios. Esta medida, no está para proteger la moneda, ni tampoco los más perjudicados serían los bancos, ya que de hecho está diseñada para beneficiarlos o para evitar su caída.

No se trata de evitar un pánico cambiario, sino bancario. Esta medida, si que afecta al conjunto de la sociedad, y de varias formas y es muy llamativa, y lo más importante es que el corralito si que necesariamente impone restricciones a los movimientos de capital. Es sencillo entender que si no se establecen límites a la salida de capital, inmediatamente los fondos se transferirán al extranjero, (todo ello dentro del sistema financiero), para en el extranjero convertirlos en retirada de efectivo. Por otra parte, está claro que al ser una medida para tratar de evitar la retirada de fondos de las entidades financieras, la libertad de movimientos de capital sería el plan b para la retirada de efectivo.

Como se puede ver son dos cosas distintas, pero sin embargo en los medios o en los temores de la gente parece que tan sólo existe el famoso corralito; (por lo menos a mí nadie me ha preguntado por la posibilidad de que se vayan a imponer límites a los movimientos de capital). En realidad creo que las dos cosas son lo mismo, porque realmente la gente se preocupa por lo que ve en los medios. Y es curioso, porque de hecho si el corralito es algo muy, pero que muy probable, la realidad es que este es evitable, y la imposición de límites a los movimientos de capital son mucho más probables. Basta recordar los casos recientes que a todos nos vienen a la cabeza de situaciones similares, para entender que en Argentina se produjo Corralito Y control de los capitales, mientras que en Islandia, el corralito se evitó pero el control de los movimientos no.

Por lo tanto, la sociedad parece preocuparse de lo menos probable y se preocupa de lo más probable, aspecto curioso también porque en realidad lo que hizo perder dinero (o no ganar) dinero en los ahorradores argentinos, no fue precisamente el corralito, sino la pesificación de la economía.

Tampoco deja de ser curioso el hecho de que los controles o limites a los movimientos de capital no estén sobre la mesa cuando tenemos una propuesta recurrente en todas las reuniones de gerifaltes económicos, en las que se acaba concluyendo que un día de estos se instaura la Tasa Tobin, (con la que por cierto no estoy en absoluto de acuerdo), lo que no deja de ser el intento de establecer un freno a los movimientos de capital.

¿Por qué se está poniendo el foco sobre uno de los asuntos, e incluso cuando la UE habla del otro todo el mundo se ha ido al que interesa?. Pues por un tema muy sencillo; hay discusiones que no interesa plantear. Tal y como hasta ahora discutir sobre las bondades del euro era tabú, (no sea que a alguien se le ocurra sacar alguna conclusión que no vaya en contra de los intereses del sector financiero), ocurre lo mismo en este caso. Por mucho que existan evidencias de que los desequilibrios en los movimientos de capital están desestabilizándolo todo y que están poniendo el riesgo todo el sistema, absolutamente nadie plantea nada porque cuando se plantean ciertas discusiones, el resultado es cuestión de tiempo.

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