Aunque la actuación de las personas que dirigen las actuaciones de los sindicatos es simplemente desastrosa, en el otro lado, lo cierto es que la situación no mejora en absoluto, con el agravante de que tendríamos que hablar de derribo, en el significado más literal del término referido a las batallas aéreas. Es la única forma, ya que los dirigentes de la CEOE están en las alturas en muchos sentidos de la vida. Por un lado parece que no están en este mundo, por otro lado además están de un “subiditos” que impresiona y por otro lado tienen unas ocurrencias que son impropias de una persona que sea capaz de vestirse por sí misma. Lo dicho en las nubes, desde donde caerán.
Tras el atentado en la reforma laboral que no ha dejado títere con cabeza y que les otorga todo el poder, el nuevo frente parece ser el despido del desempleo. De hecho las campañas son tan claras que asusta. De esta forma, en dos días de febrero nos hemos encontrado con exactamente la misma expresión y razonamiento en Feito (CEOE) y Julio Segura, (presidente de la CNMV). Se refieren a la prestación de desempleo como algo percibido por los desempleados como una renta, que desincentiva la búsqueda de empleo. Además esto se complementa con las manifestaciones de Feito donde el lunes 20 afirma que los trabajadores deben aceptar un puesto aunque sea en Laponia, y el martes 21 llega a afirmar que se rechazan el 80% de las solicitudes de desempleo por que los trabajadores no quieren trabajar en otro barrio.
Ante todo debemos tener en cuenta que la prestación de desempleo no es más que un sistema de seguridad social; el sentido es claro y no es otro que una red, (mejor o peor) de seguridad de los trabajadores. (para entender esto me gustaría recordar la serie de post acerca de la renta básica donde trataba de explicar también este apartado). Sin esa red, la exclusión social sería la norma y esta fue la razón por la que se creó el subsidio de desempleo. Sin embargo, resulta que a todos estos inteligentes les parece apropiado que los trabajadores no dispongan de esa red de seguridad, ya que en definitiva esto lo que haría sería entregar lo poco que queda de poder de negociación en los trabajadores de tal forma que las condiciones que tendrían que aceptar serían aún peores. Y esto es lo que parece defender la CEOE y un organismo que debería regular los mercados y en realidad hace todo lo que interesa a sus regulados. En definitiva una vergüenza.
Lo de Feito con Laponia no se puede entender de otra forma como una falta de respeto y una salida de tono, de alguien que no parece tener la inteligencia suficiente como para saber que estamos en un polvorín. Aquello de que la zona es bonita y que tiene unas condiciones apropiadas, debería tenerlo en cuenta para irse allí, (pido excusas a Papá Noel, por sugerirlo) y llevarse con él a Julio Segura, que es otro que eternamente se pasa la vida diciendo que ha hecho todo lo posible, pero que tiene a un montón de casos de gente engañada increíble sin que haya hecho absolutamente nada, salvo bajarse los pantalones con una facilidad pasmosa en casos como el de cuando se descubrió que los Botín tenían una participación no declarada del 12% de Bankinter en Suiza desde la guerra civil.
En todo caso se debe entender que la afirmación de que la gente no sale del barrio es como poco una gilipollez digna de un personaje que tiene de todo menos vergüenza. Está claro que este personaje no tiene estos datos, (jamás un parado va a decir que rechaza un trabajo por que es en otro barrio), que por otra parte son absolutamente ridículos cuando nos encontramos todos los días con grandes atascos de gente que va a trabajar perdiendo horas porque no tiene otro remedio. En todo caso, tendría su guasa que resulta que con cinco millones de parados, vayan a llamar a los únicos en este país que no se quieren desplazar para las cuatro ofertas que salen en España. Con una chulería casposa y un apoyo que acojona de los formadores de opinión de alguna forma, se intenta crear la opinión de que el desempleo en España va a ser culpa de que la gente no quiere trabajar. Claro que el pedazo de inútil este, igual hasta nos explica que si esta situación es la real a ver como se come que los sueldos y las condiciones laborales de este país son un desastre. Evidentemente si la gente no quisiese trabajar no habría problemas de ningún tipo y mucho menos tendríamos unas condiciones que marcan claramente que el discurso más oído es: “tengo millones en la puerta, o sea que o aceptas esto o adiós”.
Por supuesto la situación de los ciudadanos, de los 17.000.000 de personas y sus familias que dependen de un trabajo, dependen de estas condiciones y por tanto es público y notorio el hecho de que la clase media se está desintegrando. Esto está arrastrando a muchísimas empresas que son las que se supone que tratan de vender productos y servicios a estas personas que no pueden comprar. ¿recuerda alguien que esto era lo que se llamaba economía de mercado?. Pues mientras las personas y un buen número de empresas están en este mercado luchando por crear valor; resulta que luego tenemos un buen número de grandes empresas que están a golpe de pelotazo, golpe de burbuja y golpe de tratar de usar toda suerte de engaños, gilipolleces y ayudas para pasarse el mercado por el forro de los pantalones.
En este sentido, ya desde hace tiempo se les ha ocurrido a los de la CEOE la colaboración público-privada, como un sistema que nos cuentan muy eficiente, pero que se basa en que el sector público financia, paga y contrata. En el caso de que existan beneficios, son para el sector privado y si existen pérdidas, resulta que el estado debe rescatar esto porque son servicios públicos. En este sentido yo admitiría discusiones entre un sistema comunista y un sistema de economía de mercado, pero este engendro es completamente intolerable. Tenemos autopistas que nos sangran y si no las podemos pagar se rescatan, tenemos hospitales que duplican o triplican su precio, y luego tenemos el gran robo que planteó Blanco. Eso sí, unos beneficios impresionantes y mercadeo en lugar de mercado.
Pero ahora mismo han llegado a un punto surrealista al proponer traspasar el modelo concesional de las autopistas a la construcción residencial. Recordemos que las autopistas están en quiebra tras sucesivos rescates, pero que estos inteligentes emprendedores ni tan siquiera asumen que el riesgo vaya con los beneficios. Pues con esta situación no se les ocurre otra cosa que proponer que el estado encargue a empresas privadas la construcción de viviendas, y que estas sean luego gestionadas por empresas privadas, para destinar al alquiler.
Está claro que estos impresentables no saben hacer otra cosa, y que dado que la gente no tiene condiciones para comprar pisos, (por no hablar del pequeño detalle de que sobran millones), está claro que el mercado es simplemente inexistente. Pues nada, la solución es que el estado encargue y asuma la necesidad de darles a esta tropa los beneficios que merecen porque están subiditos. Por descontado el modelo es simple el estado paga, luego los ciudadanos pagamos por una necesidad y si al final resulta que ni uno ni otro puede pagar pues se les rescata y punto.
Desde luego el que crea que con esta tropa los ciudadanos y las empresas que en realidad intenten crear algo, se encontrarán con una situación en la que no tendrán absolutamente nada que hacer, y desde luego no extraña en absoluto que tengamos una economía basada en la precariedad, en los sueldos ínfimos, en una productividad ridícula y una combinación de pelotazo y chapuza. Lo que extraña es que se aguante, aunque es difícil entender que se va a aguantar demasiado más y a lo mejor estos personajes van a bajar de la nube como si les alcanzase un misil, (y lo más triste sin que se hayan enterado de nada).
Desde el punto de vista de la sociedad, lo que está claro es que nada bueno puede pasar en una situación en la que parece que hemos elegido a los caraduras más tontos del reino para seguirlos.
