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Finanzas del comportamiento – IV: Sesgo de Pérdidas



            Las Finanzas son una disciplina científica y profesional autónoma de la Economía ya que tienen su propio objeto, objetivo, metodología e historia.  También tenemos un claro marco conceptual fundamentado en la Escuela Normativa Americana de Finanzas (con algunos principios derivados de la filosofía griega clásica), también tenemos asociaciones y foros específicos, así como Premios Nobel de Finanzas muy destacados como Harry Markowtiz, William Sharpe, Eugene Fama y otros. 

            El marco normativo está siendo complementado con interacciones muy relevantes con otras disciplinas como la Psicología, lo que ha generado también un marco interdisciplinar como las Finanzas del Comportamiento o Finanzas Conductuales que también tienen su Premio Nobel en 2017, sus propias revistas, etc.   Como consecuencia de la introducción profunda de la Psicología al,  observar la realidad de los decisores financieros en el Sistema Financiero, junto con los mercados y las operaciones financieras  (decisiones de financiación e inversión)  aparecen o pueden aparecer desviaciones o complementos explicativos, sesgos (bias) entre el marco normativo (racional, lo que debería ser) y el comportamiento (real, lo que es) de los decisores, consumidores, trabajadores, empresarios privados, empresas públicas etc. 

            Los complementos explicativos y predictivos, “bias”, son diversos, como el sesgo de pérdidas (loss-aversion bias). Sin entrar con rigurosidad en este sesgo podríamos indicar que la idea general, que debe ser complementada con diversos matices,  es que,  desde una perspectiva de escala proporcional,  la insatisfacción, desutilidad, tristeza, desilusión o pena de perder digamos por ejemplo 1.000 euros en una decisión de financiación o de inversión es comparativamente mayor que la utilidad, satisfacción alegría, ilusión o emocionamiento de ganar 1.000 euros. Es decir, que la utilidad o desutilidad, la satisfacción o insatisfacción a nivel de simetría no tiene nada que ver con la de su homóloga de ganancias y pérdidas. Y también cambia la asimetría según el decisor, incluso a lo largo de su vida,  niveles de cuantía y riesgo y otros condicionantes y situaciones. 

            El sesgo de pérdidas tiene un corolario nefasto que es el denominado “efecto disposición” ya que se suele no querer asumir las pérdidas potenciales y se mantienen posiciones que pueden llevarnos a más pérdidas, por eso se recomienda normalmente poner una cota de corte o stop a las pérdidas, stop-loss. En este contexto y en general, salvando distancias y equívocos, es mejor saber claramente cuanto has perdido “cerrando” posiciones que dejar abiertas posiciones de pérdidas, sobre todo por ejemplo en el caso de “burbujas” ya que su pinchazo y derrumbe puede ser brutal y devastador, no avisando normalmente del cambio de tendencia. Mucho ojo con el “yo controlo, … a mí no me pillará un pinchazo de la bolsa o de burbuja de tal activo porque estoy en xxx,… lo más seguro es yyy, … lo mejor en el largo plazo es zzz, etc. etc. 

    Luis Ferruz Agudo / Escritor y economista/ 
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