En las entradas anteriores vimos:
- Guía del inversor desde cero. Empezando... Liquidez e inflación
- Guía del inversor desde cero. Las cuentas y depósitos bancarios
En esta ocasión nos vamos a centrar en...
La Deuda Pública y la renta fija.
Cuando se necesita dinero para acometer un proyecto, existen varias alternativas. Las personas suelen recurrir a un amigo, a un familiar o a una entidad bancaria y pedirles el dinero prestado.
Las empresas y las entidades públicas, además de recurrir a los préstamos bancarios, tienen la opción de emitir deuda.
Una emisión de deuda en realidad es muy parecida a un préstamo bancario, sólo que no se recurre a un banco sino al mercado.
Existen varios tipos de deuda aunque el funcionamiento es muy parecido, y los riesgos que hay que conocer, también. La principal diferencia va a estar en el cálculo de las cantidades a prestar, a devolver y en el plazo.
Algunos tipos de bonos
En este sentido no pretendo hacer mucho hincapié. Veamos algunos ejemplos tan sólo para que podamos hacernos una idea de lo que nos podemos encontrar:
Bono cupón cero
Consiste en un valor cuyos intereses se pagan al vencimiento.
Generalmente se tratan de emisiones a corto plazo y que se suelen vender con descuento, esto es, un bono cupón cero que dentro de un año valdrá 1000 euros se vendería por una cantidad inferior. Si por ejemplo se vendió por 970 euros, a vencimiento dejaría una rentabilidad en entorno a un 3,10%
El precio de compra puede decidirse, por ejemplo, mediante una subasta como ocurre con las Letras del Tesoro.
Técnicamente se considera bono a una emisión a largo plazo, aunque en este caso hablemos de Letras que son emisiones a corto plazo.
Bono con cupón periódico
Lo habitual es que un bono a largo plazo reparta un cupón periódicamente. Por ejemplo, un bono a 10 años al 4% que compremos por 1000 euros, podría pagarnos cada año un cupón 40 euros, y el 10º año, devolvernos junto con los 40 euros el principal, o sea, con un último pago de 1040 euros.
Bonos canjeables y convertibles
Son bonos que se pueden canjear por acciones o convertir en nuevas acciones. Dependerá de la emisión y conviene tener muy claro cómo funciona antes de comprarlos.
Los bonos según el emisor
Básicamente existen dos tipos de bonos según el emisor:
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Bonos de deuda pública
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Bonos de deuda privada (corporativa)
Este tipo de distinción no me parece tan importante como la de la solvencia del emisor y la duración del bono, aunque es cierto que a veces, las emisiones públicas pueden presentar ventajas fiscales.
El riesgo de los bonos
Existen dos grandes riesgos que hay que tener en cuenta a la hora de invertir en renta fija.
Atendiendo a la solvencia del emisor
No es lo mismo una emisión de deuda del Estado Español que del Estado Alemán o del Venezolano. Tampoco es lo mismo una emisión de deuda de Coca-Cola que de Gamesa, por ejemplo.
Más que distinguir si un bono es soberano o corporativo, lo que hay que tener en cuenta es si el emisor va a poder devolvérnoslo o no. Particularmente, me fío más de una emisión de bonos de Coca-Cola que del Gobierno de Venezuela... o de España.
Precisamente, un término que nos debe de sonar mucho es el de la prima de riesgo. Como la deuda de Alemania se considera muy segura, los inversores están dispuestos a prestarles dinero cobrando muy poco interés, en cambio, para que otros países puedan obtener dinero de los mercados, los inversores prefieren cobrarles más intereses ya que estiman que corren un mayor riesgo. La diferencia entre el interés que le cobren a ese Estado y el que le cobren al Estado Alemán es lo que se llama la prima de riesgo, y se mide en puntos básicos (en centésimas).
Por ejemplo, si a España le piden un 3,25% y a Alemania un 0,45%, la prima de riesgo será la diferencia en centésimas: 325-45=280 p.b.
Cuando existe la percepción de que la economía se deteriora, o bien que la deuda es demasiado elevada, dicha prima de riesgo puede ampliarse porque se percibe que puede haber más riesgo de impago. En los tiempos de bonanza, para España, dicha prima de riesgo llegó a ser negativa.
Lo importante de una prima de riesgo alta (o más bien de unos tipos muy altos), es que dicho país tiene problemas para conseguir dinero barato del mercado, y por lo tanto, su deuda y su déficit se amplían al tener que pagar más y eso va en perjuicio de todos (pues generalmente tiene que recurrir a subir los impuestos).
En los casos de imposibilidad de pago, lo que se suele hacer es una quita, esto es, acordar con los acreedores (tenedores de Deuda), un descuento para que al menos no lo pierdan todo. Si tras una quiebra, se acuerda una quita del 40%, por cada 1000 euros de deuda, nos pagarán 600 euros, pero al menos no lo perderíamos todo.
Existen las llamadas agencias de calificación que realizan informes de solvencia, calificando a los emisores mediante códigos que indican el grado de confianza que podríamos depositar en ellos, pero la verdad es que hoy por hoy no gozan de mucha credibilidad después de haber quebrado entidades que gozaban de la mayor calificación de solvencia y liquidez. En cualquier caso, no dejan de ser un referente.
Algunas de estas agencias son Standard & Poor's, Moody's y Fitch Group.
Atendiendo a la duración de la emisión
El otro riesgo que se corre es el de las fluctuaciones en los tipos de interés, por lo que afecta en especial a la duración de la emisión.
Los tipos de interés no son estáticos. Hace 20 años, en España los tipos de interés tenían dos dígitos y hoy casi no levantan cabeza. Esto afecta a las emisiones antiguas, por lo que a mayor plazo, más riesgo.
Existen dos mercados:
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El mercado primario, que es el de primera emisión.
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El mercado secundario, que es donde se vende la deuda que está en poder de los actuales tenedores. Este mercado permite que alguien que haya comprado deuda a 20 años, pueda venderla antes de tiempo.
Por ejemplo, podemos acceder al mercado secundario y comprar bonos del Estado a 30 años que fueron emitidos hace 3 meses o 5 años... Pero, ¿a qué precio?, pues al que fije el mercado, o sea, la oferta y la demanda.
Imaginemos que tenemos un bono del Estado que deja un cupón anual del 6% y que vence en enero de 2029. El bono se compró por 1000 euros que serán devueltos en enero de 2029, pero cada año, arrojará un cupón de 60 euros en concepto de intereses.
¿De qué depende su precio? Pues de a cuanto se estén pagando los nuevos bonos. Si se están pagando al 4%, pues está claro que nadie va a vender ese bono por 1000 euros, pero si los actuales se están pagando al 8%, pues nadie va a comprarlo por 1000 euros.
Como ejercicio, calcule cuanto dinero le dejará desde hoy al 2029 el bono al 6%, al 4% y al 8% si no termina de verlo con claridad.
Hay que tener claro que: Si el bono se mantiene hasta vencimiento obtendremos un interés del 6%, pero si lo vendemos cuando los tipos están más altos, perderemos dinero y si lo vendemos cuando los tipos están más bajos, lo ganaremos, ya que los compradores (el mercado), ajustarán su precio a los beneficios que esperan obtener de él en un futuro.