Los depósitos son un producto financiero que han cobrado gran relevancia en los últimos meses. En concreto, desde que los tipos de interés en la zona euro se vieron inmersos en una espiral alcista.
La lucha contra la inflación ha sido, sin duda, una de las grandes protagonistas en el panorama financiero internacional desde mediados del 2022. Desde entonces, los principales bancos centrales del mundo comenzaron sus subidas de tipos de interés. Algo que ha traído consecuencias directas para los consumidores.
Consecuencias negativas para los hipotecados a tipo variable, que han visto como las letras de sus hipotecas se disparaban. Y consecuencias no tan negativas para los ahorradores a corto plazo, que han comenzado a encontrar alternativas sin riesgo interesantes en el mercado.
Alternativas como, por ejemplo, los depósitos. Productos que se han encontrado denostados durante los años en los que hemos vivido con tipos de interés cercanos al 0%, pero que ahora han vuelto a cobrar protagonismo.
Así que hoy nos preguntamos, ¿cómo funciona un depósito?, ¿cuándo puede resultar interesante contratarlo?, ¿qué hay que tener en cuenta?
Funcionamiento básico de un depósito
Lo cierto es que se trata de un producto bastante sencillo. Se trata de una imposición a plazo fijo, en la que el ahorrador le entrega a una entidad una cantidad de dinero, a la cual no puede acceder hasta pasado un plazo determinado. A cambio, la entidad entrega, a la finalización de ese plazo, unos intereses fijos (además del dinero depositado, lógicamente).
Los plazos más normales para este tipo de productos suelen oscilar entre los 3 y los 24 meses. Por lo que, como es evidente, se trata de un producto de ahorro de corto plazo. La rentabilidad varía bastante entre depósitos, y se mide a través de la Tasa Anual Equivalente (T.A.E.), que viene a ser una medida estandarizada para poder comparar productos financieros.
¿Para qué sirven?
La meta de cualquier producto financiero tiene que ser siempre cubrir un objetivo del futuro. Sin embargo, no todos los productos son idóneos para todos los objetivos, porque no todos los objetivos se dan en el mismo momento del futuro. Hay objetivos a corto, a medio y a largo plazo. Y hay que procurar casar cada producto con su horizonte temporal correspondiente.
¿Cuándo es interesante contratarlos?
En general, lo ideal es contratar un depósito para cubrir una necesidad que se dará justo cuando finalice el plazo del mismo. Es decir, contratar un depósito a 6 meses, por ejemplo, cuando se vaya a necesitar el dinero dentro de 6 meses. Puede parecer algo evidente, pero no siempre lo es, ya que mucho ahorradores los siguen utilizando para ahorrar a medio o largo plazo, lo cual es un error en dos sentidos diferentes:
Por un lado, porque no existen depósitos a largo plazo. Como hemos visto, los plazos no suelen exceder los dos años. Por lo que cuando finaliza el depósito, el capital invertido vuelve a permanecer sin remunerar, con la consiguiente pérdida de poder adquisitivo que ello conlleva.
Y por otro, existe el peligro de la inflación a largo plazo. Aunque un ahorrador pudiera ir encadenando depósitos uno detrás de otro (algo complicado, operativamente hablando), la rentabilidad de esos productos no sería superior a la inflación a largo plazo.
Las rentabilidades de los depósitos varían. Ahora pueden ser altas, pero habrá un momento en el que se vuelvan a reducir. Y la inflación sí que es algo certero a lo largo del tiempo, con su respectiva variabilidad, eso sí, pero siempre tenderá a estar cerca del objetivo del 2% del Banco Central Europeo. Pero si estás pensando en contratar un depósito, algunos de los más rentables del mercado actual y mejores depósitos, son:
8.0
Depósito a 12 meses Banca Progetto
8.5
Depósito Cuenta Facto a 3 meses
9.0
Depósito 3 meses MyInvestor
- Rentabilidad:
- TAE 3,00%
Intereses
300 €
- Rentabilidad:
- TAE 3,55%
Intereses
88 €
- Rentabilidad:
- TAE 2,75%
Intereses
68 €
📢 Según los expertos de Rankia, estos son algunos de los depósitos más rentables del momento.
¿Qué hay que tener en cuenta a la hora de abrir un depósito?
Son productos muy llamativos, especialmente para el perfil medio de inversor español, ya que ofrecen una rentabilidad segura y poco riesgo. Sin embargo, siempre hay que planteare si ese producto es el idóneo para el objetivo que se persigue.
Así que, en primer lugar, hay que preguntarse para qué se quiere ese dinero, y si el depósito da la rentabilidad necesaria para cumplir ese objetivo. Si la respuesta es afirmativa, se debe entrar en aspectos más técnicos. Como, por ejemplo, definir correctamente el plazo del producto.
Así como otra consideración, no menor. Y es comprobar la solvencia de la entidad que ofrece el depósito, así como verificar si se encuentra adscrita al Fondo de Garantía de Depósitos, bien al de España o bien al de algún otro país. También es importante comparar los depósitos que ofrecen las distintas entidades antes de contratar un depósito: