A través de una nueva regulación para productos financieros, la Autoridad Europea de Mercados Financieros (ESMA) ha establecido una nueva regulación para supervisar las transacciones de derivados financieros (futuros, opciones, CFDs, swaps, etc) y también las prácticas comerciales de aquellas instituciones que operan con estos productos. El marco regulador se denomina EMIR (European Market Infrastructure Regulation) y su objetivo consiste en controlar y reducir los riesgos asociados a los mercados de los productos financieros derivados. Todo esto debido a que estos productos fueron unos de los detonantes de la crisis financiera de 2008 y además pretende aportar mayor transparencia al mercado de derivados.
Aspectos clave del EMIR
Dos de los aspectos más claros del EMIR son la claridad y reducción de riesgo en las operaciones con derivados financieros. Además de eso el EMIR obliga a las instituciones citadas anteriormente a cumplir tres grandes requisitos:
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Claridad en las operaciones.
- Aplicación de mecanismos para reducir el riesgo.
- Reporting (registro de operaciones) a las entidades autorizadas por el ESMA.(Autoridad Europea de Mercados Financieros)
Para poder reducir el riesgo de las operaciones con estos productos, como por ejemplo los CFDs, las instituciones deben informar a las autoridades competentes de cada derivado con el que realizan un negocio.
Para el mercado de las divisas, los derivados financieros son los contratos de cobertura, las opciones y los Swaps, que si se lleva a cabo una operación con estos productos será necesario informar a los repositorios. Éstos son unos proveedores privados que informan a la ESMA de los registros de las operaciones con cada uno de los derivados financieros.
Una difícil decisión...
Durante el año 2009, en plena crisis financiera el G20 había decido implementar esta normativa con dos objetivos primordiales:
- la reducción del riesgo de las operaciones con productos financieros
- la consecución de una mayor transparencia que permitiera evitar que los mercados de derivados se convirtiera otra vez en detonante de futuras crisis económicas.
El EMIR implica recoger multitud de datos, que a través de estos la EMSA pretende prever posibles problemas en un futuro en el mercado de los futuros, opciones, CFDs y los swaps. (derivados financieros)
Sin embargo, algunos expertos financieros criticaron la aplicación de esta normativa firmando que:
EMIR resultará costoso y reducirá la competitividad de las empresas, especialmente aquellas no financieras que no cuentan estructuras apropiadas para cumplir con esta regulación.
Intervención de la CNMV
La
CNMV, Comisión Nacional del Mercado de Valores,
emitió un comunicado en el cual afirma que va a tomar en cuenta la labor supervisora de los contenidos de las dos últimas doctrinas emitidas por la
ESMA (la Autoridad Europea de Valores y Mercados), el MiFID (Directiva sobre Mercados de Instrumentos Financieros) para
poder comercializar instrumentos financieros complejos, y el otro que tiene que ver con las
buenas prácticas para el diseño, la emisión y la comercialización de productos estructurados.
Por otra parte la Comisión Nacional del Mercado de Valores se centra más en las posibilidades y perspectivas de futuro del negocio, y en el estado del activo y del pasivo de una empresa (due diligence), y también en la desinversión así como los costes y la obtención de liquidez.
Aspectos del ESMA
Las entidades, de acuerdo con su análisis interno o due diligence del instrumento, si ven que el instrumento no actúa a favor del interés del clientes, no deberían de recomendar su compra o, incluso, de comercializarlo.
La ESMA considera que una due diligence debería incluir la identificación y análisis del público objetivo para que el instrumento financiero del cual quiere disponer el cliente resulte apropiado para sus intereses, además de determinar la metodología adecuada para establecer el precio final de dichos instrumentos y procedimientos para la evaluación de la adecuación del perfil de rentabilidad-riesgo del producto a los clientes a los que se enfoca. Teniendo en cuenta este aspecto se podrían emplear simulaciones respecto al rendimiento esperado del instrumento.
Las entidades tendrán en cuenta también que deberán asegurarse que el personal tenga los conocimientos adecuados para entender las características de los productos comercializados y saber cuáles de ellos resultan adecuados para las circunstancias del cliente.
Información facilitada a los clientes
- Se tendrá que proporcionarse a los clientes una indicación del valor de desinversión del instrumento después de la transacción.
- Se informara a los clientes de las dificultades que pueden existir para obtener liquidez y también de las consecuencias de intentar vender o cancelar anticipadamente el instrumento financiero
- Por último, tendrán que facilitarse información acerca del impacto que las comisiones o cargos de cancelación pueden tener sobre el importe a reembolsar.
Para ESMA, esta función debería aplicar un enfoque basado en el riesgo:
A mayor complejidad de los instrumentos comercializados, más recursos destine a su examen.
Por último, debería evaluarse los productos financieros que continuaran siendo adecuados para el interés de los inversores o si habrá que introducir algún cambio en la política de distribución del producto.