La Agenda 2030: ¿Qué es y qué objetivos busca?

En publicaciones anteriores estuvimos reflexionando acerca de que es un orden mundial, como se crean y crecen, y por qué en la propia semilla de su expansión, casi seguro estará su futuro declive. Si quieres darles un repaso antes de lanzarte a este tercer y último artículo de este serial, te dejo a continuación los enlaces: 

Como habrás podido comprobar en las últimas líneas de la segunda publicación, quedó bastante patente que el orden mundial actual, u orden de los EEUU (que fue impuesto tras su victoria en la II Guerra Mundial), ha entrado en un profundo declive. 

Sin embargo, mientras uno cae, un Nuevo Orden Mundial se está gestando a pasos agigantados, y ya podemos empezar a notar el principio de lo que vendrá. 

¿Y quién será?, ¿China? Lleva décadas de expansión y no es una opción despreciable. ¿La India? Están construyendo un hub tecnológico brutal fruto de los salarios de ingenieros de sistemas muy competitivos, de hecho, si ves a los CEOs de las principales Big Tech, prácticamente la mayoría son de origen indio. ¿Tal vez África? El desarrollo del continente negro, ha sido brutal en la última década. 

Sin embargo, posiblemente no se trate de ninguno de estos actores, aunque evidentemente, estarán en la liza como actores de primer nivel. Pero no, estamos hablando de la Agenda 2030. 

Hace algunos años se puso en boca de todos una frase que salió en un vídeo del Foro Económico Mundial que rezaba lo siguiente: En el año 2030, no tendrás nada, y serás feliz. Vaya, muy divertido no suena, la verdad. Sin embargo, hoy vamos a tratar de explicar que significa dicho eslogan, ya que muy posiblemente se trate del Nuevo Orden Mundial al que vamos encaminados. Pero sobre todo, cómo beneficiarnos de este nuevo escenario al que estamos abocados.

Sobre el papel, la agenda 2030 son una serie de 17 objetivos para el desarrollo mundial que deberían estar consolidados a lo largo de la presente década. Y evidentemente, estos objetivos, tienen que ver con la transición ecológica, la igualdad de género y la eliminación de la pobreza. 

Así pues, dichos objetivos quedan representados con un famoso pin de 17 colores, que podemos ver cómo lo portan todas las personalidades de la primera plana político-económico-financiera. Desde empresarios como Bill Gates y Klaus Schawb, a jefes de Estado como Joe Biden, Pedro Sánchez, el Rey Felipe VI o el recién coronado Carlos III de Inglaterra,  hasta grandes inversores como el propio Ray Dalio.

Como podemos observar, una serie de acuerdos globales que han logrado la alianza de lo que parecía imposible: El gran capital económico-financiero y los grandes líderes políticos. De hecho, la implantación de dicha agenda, que lleva activa desde 2015 (sobre el papel), ha desatado algunas hipótesis que afirman que es la responsable directa de la pandemia como experimento de control social, la actual situación de inflación, la invasión sobre Ucrania y la posible recesión mundial que se avecina. 

Pero si buscan esos objetivos tan nobles, ¿qué tiene que ver eso con que no tengamos nada y seamos felices? Bueno, como en todo, hay truco. 

Evidentemente, no se trata de que vaya a venir Bill Gates a quitarnos nuestra casa, para luego alquilárnosla, y que encima se lo agradezcamos porque ya no tengamos la carga de la hipoteca, en absoluto. 

Se trata más bien de que seamos usuarios de todo, pero dueños de nada.  Ese es el verdadero objetivo que se busca. Que no seamos propietarios de nada, y cualquier cosa que necesitemos, tengamos que alquilarla, esa es la clave para que las grandes empresas puedan aumentar sus ingresos constantemente y de forma casi infinita.

Y si lo piensas esto se ha debido a casi una evolución lógica. Primero, llegó la venta masiva de cosas duraderas a través de deuda (las famosas letras), conforme dichos bienes penetraron en el mercado, los ingresos empezaron a menguar, así que después se recurrió a la obsolescencia programada, y ahora directamente se buscará que seamos usuario de casi cualquier cosa a módicos precios, pagando prácticamente cada mes. 

Veámoslo con unos pocos ejemplos. Antes se solían comprar o incluso descargar (ilegalmente) películas o música, de tal forma que tú eras el propietario de ese archivo (físico o digital). Ahora directamente pagamos suscripciones a Netflix (NFLX), Disney + (DIS) o HBO Max (WBD).

Quizás estés pensando que este es un caso muy simple, ya que es incluso más cómodo que comprar películas o discos. Tal vez, pero sigamos. 

Microsoft o Adobe, hace tan solo unos años te vendían sus programas con actualizaciones incluídas por precios bastante elevados (a veces superiores a 600 o 700€). Sí, pero a la larga eran tuyos, y si trabajabas en algo relacionado con alguno de esos programas la rentabilidad que le podías llegar a sacar era bárbara. Hoy, tienes que pagar una cuota anual para tener los servicios de Office de Microsoft (MSFT), el photoshop de Adobe (ADBE), así como otras plataformas nuevas que se han incorporado como Semrush (SEMR) o HubSpot (HUBS), y hasta la australiana Canva te cobra una mensualidad de 12€ para que puedas hacer tus pequeñas ilustraciones, sin tener ni idea de diseño gráfico. Y pensarás, que tal vez así te salga más barata la anualidad, pero a la larga, vas a acabar pagando 10 veces más, que si pudieras comprar dichos servicios. 

¿Te sigue pareciendo atractiva esta nueva agenda 2030? Sigamos.

¿Recuerdas el coche por el que ahorraban tus padres la mitad de su precio para financiar a tres o cuatro años la otra mitad?. Pues hoy, muchas empresas automovilísticas han visto en los programas de renting eternos, la gallina de los huevos de oro, es decir, darte un coche nuevo cada cuatro años a cambio de una cuota ad eternum. Y ya prácticamente no hay concesionario de coches, que no ofrezca dicha opción contractual. Yo mismo, tengo un KIA (000270.KS) bajo dichas condiciones. Y así grandes empresas como Ford (F) o Mercedes (CDWC), ya están desarrollando una serie de programas por los que te ofrecen sus vehículos, y a mayores extras, más cuota de renting pagarás. Lo cierto es que el negocio es redondo.

A estas alturas ya lo estarás viendo. Y lo cierto es que así podríamos continuar con el sector de alimentación donde empresas como Just Eat (TKWY.AS) a cambio de un servicio de suscripción te trae a casa 15 o 20 comidas al mes (o las que pactes). Y lo mismo para la vivienda. 

Y este parece ser el Nuevo Orden Mundial hacia el que estamos transitando. Una agenda orquestada por grandes empresas, con el apoyo de los estados, que posiblemente cada vez irán perdiendo más poder.

Y es normal, si no fijamos en todas aquellas grandes empresas (que ofrecen sus servicios de suscripción) como Apple (AAPL) o Amazon (AMZN), descubriremos que tienen una capitalización bursátil muchísimo mayor que el PIB de grandes países como España o Italia (en el caso de Apple). Con un pequeño matiz, la deuda de estos países ya es prácticamente inasumible (de hecho, ya ni siquiera se busca pagarla, tan solo atender los intereses), mientras que la situación financiera de estas empresas (pese a las caídas en bolsa de este 2022) es bien robusta. 

Y la razón por la que las grandes empresas están buscando este Nuevo Orden Mundial es bien obvia, si vemos el gráfico de empresas como Apple, Amazon o Microsoft, descubriremos que hasta 2010 o 2012, eran empresas muy aburridas con apenas retornos. Sin embargo, desde que empezaron a aplicar estos servicios de suscripción de no tener nada, pero usarlo todo, en valor, algunas de ellas han llegado a convertirse en tenbaggers.  

De este modo, desde 2010 Amazon se ha revalorizado un 1.400%, Apple un 1500% y Microsoft un 900%. Supongo que ahora ya verás por donde van los tiros. 

De esta forma, si el capital sigue concentrándose al ritmo al que va, solo quedarán dos opciones:

Luchar contra este modelo se antoja difícil, ya que todo indica que de forma ordenada, y voluntaria vamos hacia él. Por lo que estar atentos a nuevos ejemplos de empresas que ofrezcan servicios de suscripción con un producto disruptivo, podría catapultar el valor de nuestra inversión y beneficiarnos de este nuevo plan que nos tienen preparado las élites político-empresariales. 

Te hemos puesto algunos ejemplos de empresas que ofrecen servicios de suscripción, que sinceramente las han catapultado al olimpo de las elegidas. A continuación, te las recopilamos de forma ordenada, por si ves factible invertir en ellas. 

Damos por concluido este serial en el que esperamos haberle quitado al concepto Nuevo Orden Mundial, cierto nivel de paranoia, y en lugar de verlo como un experimento casi reptiliano, verlo como un proceso histórico más que se está dando (y que no es primera vez que ha pasado), en el que como en todo río revuelto, habrá ganancia de pescadores. Y tú, ¿Qué entiendes por Nuevo Orden Mundial?