La bajada en los tipos de interés ha tenido entre sus principales consecuencias una notable disminución en la rentabilidad de los depósitos bancarios. Una de las alternativas para obtener un mayor margen de beneficio es acudir a los productos de largo plazo, aunque exigen una permanencia de entre tres y seis años.
La oferta depositaria a largo plazo garantiza el 100% del capital entregado. Ésta es la estrategia en la que se basan gran parte de los depósitos que han salido al mercado en los últimos meses. Se distinguen porque no admiten renovaciones automáticas y exigen, una cantidad mínima más elevada que la estipula en los depósitos de menor plazo. La aportación puede llegar hasta los 10.000 euros, aunque se puede encontrar productos con un desembolso de 1.000 euros.
La estrategia es ofrecer tipos cada vez mayores y dejar que el titular seleccione la liquidación de su imposición. También pueden encontrarse depósitos estructurados, incluso combinados, con una parte del producto ligada a la evolución de un determinado sector o índice bursátil. El aspecto más llamativo de la oferta actual es la ausencia de las fórmulas que aplicaban hasta las entidades financieras para atraer el dinero de nuevos clientes.
Estos depósitos llevan aparejadas varias ventajas que los hacen atractivos. Son interesantes en periodos como el actual, cuando la rentabilidad de los depósitos es muy baja. Algunas de sus características son:
Los depósitos que se contratan a un plazo muy largo también tienen inconvenientes, entre los que destacan:
Están destinados a un tipo de perfil de ahorrador muy conservador.
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Depósitos a largo plazo: devolución íntegra del capital inicial
La oferta depositaria a largo plazo garantiza el 100% del capital entregado. Ésta es la estrategia en la que se basan gran parte de los depósitos que han salido al mercado en los últimos meses. Se distinguen porque no admiten renovaciones automáticas y exigen, una cantidad mínima más elevada que la estipula en los depósitos de menor plazo. La aportación puede llegar hasta los 10.000 euros, aunque se puede encontrar productos con un desembolso de 1.000 euros.
La estrategia es ofrecer tipos cada vez mayores y dejar que el titular seleccione la liquidación de su imposición. También pueden encontrarse depósitos estructurados, incluso combinados, con una parte del producto ligada a la evolución de un determinado sector o índice bursátil. El aspecto más llamativo de la oferta actual es la ausencia de las fórmulas que aplicaban hasta las entidades financieras para atraer el dinero de nuevos clientes.
Características de los Depósitos a largo plazo
Estos depósitos llevan aparejadas varias ventajas que los hacen atractivos. Son interesantes en periodos como el actual, cuando la rentabilidad de los depósitos es muy baja. Algunas de sus características son:
- Es habitual que tengan un interés creciente
- Garantizan la totalidad del capital depositado y pueden contratarse distintas fórmulas en función del perfil de cada cliente.
- La oferta permite elegir entre una variada gama de productos.
Los depósitos que se contratan a un plazo muy largo también tienen inconvenientes, entre los que destacan:
- El capital inmovilizado durante un tiempo importante, aunque en algunos casos son posibles rescates parciales y puntuales.
- El capital mínimo para suscribirlo es más elevado que en otros depósitos de plazos menores.
- Su rentabilidad no es tan atractiva como para mantenerlos durante tres, cuatro o cinco años.
Están destinados a un tipo de perfil de ahorrador muy conservador.
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