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Rating, deuda, y riesgos financieros

Hace unos días la agencia de rating S&P decidió bajar el rating de la deuda española de AAA a AA+. Según algunos medios esto va implicar que algunos fondos, Bancos Centrales, o planes de pensiones no podrán comprar deuda española por la bajada de rating en la emisión crediticia de la deuda soberana española.

El problema de estas bajadas de rating, es que después de los desastrosos resultados que han provocado a más de un inversor, y de los errores que han cometido con Lehman Brothers o con Madoff, uno no sabe muy bien si esta bajada va a ser positiva o negativa.

¿Es un grave problema esta bajada de rating?



Es verdad que el diferencial con el bono alemán ha crecido conforme han ido a peor los datos macroeconómicos en nuestro país. Asimismo, es lógico que esto ocurra cuando desde la UE se espera que el déficit español supere el 6%.

Rating, deuda, y riesgos financierosSin embargo, entiendo que las próximas emisiones de deuda se deban sobre todo con el fin de pagar, desgraciadamente, las prestaciones por desempleo que como comenté en post de ayer, han crecido exponencialmente en los últimos 6 meses.

Esto implica que el margen de maniobra, y de ahí la frase de Solbes en la entrevista de El País, es casi nulo para poder aplicar medidas monetarias solventes para superar la crisis.

La gran banca y los niveles de riesgo



Aunque en mi opinión, mucha de esta culpa ya no solo la tiene el gobierno, al que se le puede atribuir un 80% de las responsabilidades, existe otro factor clave en esta profunda crisis económica española.

En los últimos 10 años las entidades financieras han ofrecido todo un abanico de créditos gracias a la gran bonanza económica en la que nos hemos visto sumergidos. El aumento casi esquizofrénico del consumo interno, y la evolución del mercado inmobiliario en el estado español, se ha visto duplicada sobre todo por la manga ancha que las entidades financieras han provisto a proyectos de inversión que a todas luces eran irreales.

En el últimos años hemos visto la caída de Martinsa-Fadesa, la escalada de Astroc y su posterior caída al infierno, y así un sin fin de desastrosos proyectos empresariales, que ha todas luces eran inviables y que las entidades españolas financiaron sin ningún rubor. El último de estos "escándalos" ha sido la caída del Pocero en el Seseña.

Así pues, en estos momentos que es cuando más se necesita que los proyectos de inversión y productivos sean financiados, con el fin de conseguir una mejora en los modelos productivos y en la economía real, es cuando las entidades financieras han aprendido la lección y han palidecido ante el aumento de la morosidad de las empresas.

Asimismo, tenemos en estos momentos una guerra interna en Caja Madrid, con un objetivo claramente partidista y que nada tiene que ver con la economía real de los ciudadanos. Otro de los grandes desastres de esta política partidista en la que las cajas se han convertido en el refugio y el apoyo a proyectos de inversión autonómicos que a todas luces eran inviables. Y con esto los supuestos legisladores deben de reflexionar, si estas cajas deben de seguir siendo un instrumento para la farándula de cada uno de los gobiernos autonómicos, o deben de servir como garantes de que los proyectos productivos del tejido industrial sean lo más competitivos posibles y sirvan para crear una economía más eficiente.

Por tanto, no solo debería de exigirse ahora, cuando más se necesita, una mayor implicación de las entidades financieras en la concesión de crédito, sino que lo que deberíamos exigir es que la gran banca española revise sus operativas de análisis de riesgo en el momento de la concesión de financiación empresarial.
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