Hay debates que se mantienen abiertos siempre y “Valor y Precio” es uno de ellos.
Se le atribuye a Warren Buffett la siguiente frase: "Precio es lo que pagas y valor es lo que recibes".
En El retrato de Dorian Gray, excelente obra de Oscar Wilde, Lord Henry, uno de los impresionantes personajes, dice: "en los tiempos que corren todo el mundo sabe el precio de todo y el valor de nada".
Antonio Machado, nos dejo una frase interesante: "Todo necio confunde valor con precio".
Un pragmático nos diría simplemente que el precio es la expresión objetiva del valor y que el valor es una posibilidad mientras que el precio es una realidad.
Las NIC (normas internacionales de contabilidad) lo definen como el precio que puede ser intercambiado entre comprador y vendedor, o sea, valor de mercado o en su defecto una estimación del mismo. Este concepto es más informativo de la realidad de la empresa que cuando el balance refleja el coste de adquisición, pero la denominación “valor razonable” es bastante ambigua. El valor es subjetivo y el precio es objetivo y si al valor le añadimos ”razonable” es llevar la subjetividad a la máxima expresión, por lo que un seguidor del análisis fundamental que se precie como tal le cuesta aceptar el concepto “valor razonable” al menos es mi caso que concibo el análisis fundamental como análisis objetivo. Creo que las ventajas son superiores a los inconvenientes pero habrá que seguir perfeccionando el sistema.
El valor razonable ha de ser en una fecha determinada y no tiene por qué mantenerse en el tiempo ni reflejar expectativas futuras.
El tiempo es de una gran importancia ya que se ha de comparar la rentabilidad con el coste de oportunidad. Podríamos compararlo con el atletismo y decir que se han corrido 10 km sin decir tiempo, si se hacen en 26 minutos es campeón del mundo y en 50 minutos es uno de los millones de personas que hacen footing. No digo que una cosa sea más importante que la otra, para mi la segunda es maravillosa, pero la primera tiene premio de competición y es la que se evalúa competitivamente
Conviene examinar el concepto de valor cuando una acción ha tenido una gran bajada en la cotización. Habrá que revisar los estados financieros de la empresa para ver si la caída es por un deterioro de sus fundamentales. Se puede estar comprando a un precio más caro a pesar de estar a un precio mas bajo, o sea, ha bajado el precio pero también el valor.
También se podía añadir una nota de humor: Hay dos casas juntas y son exactamente iguales, sus nuevos vecinos, un mafioso y un notario, la habitan el mismo día, se conocen en el jardín y comentan la perfecta simetría entre las dos casas. El mafioso rápidamente pasa a decir que el valor de su casa es muy superior a la de su vecino; este le pregunta sorprendido donde esta la diferencia ya que habían coincidido que eran iguales. El mafioso dice que la suya vale más porque está al lado de la de un notario y en cambio la del notario está al lado de la de un mafioso. Deja patente la subjetividad de la valoración y si en lugar de poner un mafioso hacemos el chiste étnico, lo veremos más claro.
Por eso el valor debido a su subjetividad en muchas ocasiones es reducido a una opinión. Valor y precio también presentan divergencias por la asimetría de la información en los mercados. Se buscan métodos en los que puede limitarse estas asimetrías y mitigar sus consecuencias pero en un mercado de oferta y demanda esa convergencia es solo una utopía.
Se le atribuye a Warren Buffett la siguiente frase: "Precio es lo que pagas y valor es lo que recibes".
En El retrato de Dorian Gray, excelente obra de Oscar Wilde, Lord Henry, uno de los impresionantes personajes, dice: "en los tiempos que corren todo el mundo sabe el precio de todo y el valor de nada".
Antonio Machado, nos dejo una frase interesante: "Todo necio confunde valor con precio".
Un pragmático nos diría simplemente que el precio es la expresión objetiva del valor y que el valor es una posibilidad mientras que el precio es una realidad.
El valor razonable
Después de ver un concepto tan subjetivo como es valor y precio, las normas internacionales de contabilidad no ayudan mucho a entenderlo y han incluido durante el año 2007 el concepto de “valor razonable”.Las NIC (normas internacionales de contabilidad) lo definen como el precio que puede ser intercambiado entre comprador y vendedor, o sea, valor de mercado o en su defecto una estimación del mismo. Este concepto es más informativo de la realidad de la empresa que cuando el balance refleja el coste de adquisición, pero la denominación “valor razonable” es bastante ambigua. El valor es subjetivo y el precio es objetivo y si al valor le añadimos ”razonable” es llevar la subjetividad a la máxima expresión, por lo que un seguidor del análisis fundamental que se precie como tal le cuesta aceptar el concepto “valor razonable” al menos es mi caso que concibo el análisis fundamental como análisis objetivo. Creo que las ventajas son superiores a los inconvenientes pero habrá que seguir perfeccionando el sistema.
El valor razonable ha de ser en una fecha determinada y no tiene por qué mantenerse en el tiempo ni reflejar expectativas futuras.
El precio objetivo
Un valor distinto es el Precio objetivo. Normalmente en Análisis Fundamental el valor que se entiende como precio objetivo es a un año vista, se valora la empresa y se proyectan las estimaciones a un año. Tiene poco valor predictivo cuando un determinado sector del Análisis Fundamental da un valor de una empresa a largo plazo, pero no especifica tiempo.El tiempo es de una gran importancia ya que se ha de comparar la rentabilidad con el coste de oportunidad. Podríamos compararlo con el atletismo y decir que se han corrido 10 km sin decir tiempo, si se hacen en 26 minutos es campeón del mundo y en 50 minutos es uno de los millones de personas que hacen footing. No digo que una cosa sea más importante que la otra, para mi la segunda es maravillosa, pero la primera tiene premio de competición y es la que se evalúa competitivamente
Conviene examinar el concepto de valor cuando una acción ha tenido una gran bajada en la cotización. Habrá que revisar los estados financieros de la empresa para ver si la caída es por un deterioro de sus fundamentales. Se puede estar comprando a un precio más caro a pesar de estar a un precio mas bajo, o sea, ha bajado el precio pero también el valor.
También se podía añadir una nota de humor: Hay dos casas juntas y son exactamente iguales, sus nuevos vecinos, un mafioso y un notario, la habitan el mismo día, se conocen en el jardín y comentan la perfecta simetría entre las dos casas. El mafioso rápidamente pasa a decir que el valor de su casa es muy superior a la de su vecino; este le pregunta sorprendido donde esta la diferencia ya que habían coincidido que eran iguales. El mafioso dice que la suya vale más porque está al lado de la de un notario y en cambio la del notario está al lado de la de un mafioso. Deja patente la subjetividad de la valoración y si en lugar de poner un mafioso hacemos el chiste étnico, lo veremos más claro.
Por eso el valor debido a su subjetividad en muchas ocasiones es reducido a una opinión. Valor y precio también presentan divergencias por la asimetría de la información en los mercados. Se buscan métodos en los que puede limitarse estas asimetrías y mitigar sus consecuencias pero en un mercado de oferta y demanda esa convergencia es solo una utopía.