El pasado mes de Noviembre se celebró en Barcelona la última edición del Congreso Mundial Smart City; ciudad anfitriona de dicho evento desde el año 2011.
En esta ocasión los principales temas de discusión en el citado Congreso fueron las soluciones innovadoras para mejorar la eficiencia y sostenibilidad de las ciudades, incluyendo el uso de inteligencia artificial y tecnologías avanzadas, las iniciativas para implementar prácticas de economía circular en las ciudades, reduciendo el desperdicio y promoviendo el reciclaje y la reutilización de recursos, las herramientas y métodos para empoderar a los ciudadanos y fomentar su participación activa en la toma de decisiones urbanas, y los diferentes enfoques para garantizar que el desarrollo urbano sea inclusivo y beneficie a todas las comunidades, especialmente a las más vulnerables. A su vez, se presentaron proyectos y estrategias para promover el transporte sostenible, tales como soluciones de movilidad compartida y sistemas de transporte público inteligentes.
Debo confesar que cada vez que escucho el término “ciudades inteligentes”, lo primero que se me viene a la mente es una ciudad plagada de robots, con vehículos autómatas que se desplazan silenciosamente por el aire al estilo de un platillo volador, y llena de pantallas gigantes que interactúan con los ciudadanos respondiendo a sus preguntas… ¡Como en las películas que recrean ciudades del futuro!
Muchas películas veo últimamente, me parece…
Pero sin llegar quizás a ese extremo, lo que está claro es que las ciudades tienden a incrementar su eficiencia para mejorar la calidad de vida de sus ciudadanos, llegando incluso a competir en muchas ocasiones entre diferentes urbes para captar ciertas inversiones, eventos (ej.: congresos, celebración de los juegos olímpicos, etc.), o atraer a cierto tipo de profesionales.
Ya en la edad antigua tenemos ejemplos como la ciudad de Alejandría, fundada por Alejandro Magno en el año 331 a.C. en el antiguo Egipto helenístico, la cual llegó a contar con barrios bien organizados, bajo un diseño de ciudad cuadriculada basado en los principios urbanísticos griegos, con amplias avenidas muchas de ellas pavimentadas, y con una red de canales y acueductos para abastecer a la ciudad de agua. También poseía un puerto natural que se convirtió en uno de los más importantes de la antigüedad, sin olvidarnos del famoso faro, cuya altura aproximada de 100 metros facilitaba su función como guía y punto de referencia para los barcos que llegaban al puerto; todo un símbolo de la avanzada ingeniería que ostentaba la ciudad considerada una de las Siete Maravillas del Mundo Antiguo. Sin descuidar el aspecto intelectual, la ciudad albergó cientos de miles de manuscritos y textos provenientes de diversas civilizaciones en su famosa Biblioteca de Alejandría; centro intelectual que atrajo a una serie de grandes pensadores, científicos y filósofos que marcaron la historia de la humanidad con sus ideas y descubrimientos. Estos intelectuales, provenientes de distintas partes del mundo antiguo, encontraron en Alejandría un ambiente propicio para la investigación y el intercambio de conocimientos. Entre los más destacados, se podría mencionar a Euclides (el “padre de la geometría”), al filósofo Filón de Alejandría, a Herón de Alejandría (inventor de lo que se considera la primera máquina de vapor), o a Herófilo de Calcedonia (médico pionero en anatomía), por nombrar algunos integrantes de una larga lista de intelectuales. La Biblioteca de Alejandría no solo reunía a estos genios, sino que también fomentaba un ambiente de colaboración interdisciplinaria. Su riqueza en manuscritos y la interacción entre científicos, filósofos y literatos contribuyeron al desarrollo de ideas que moldearon la ciencia, la filosofía y la cultura en Occidente y más allá.
Tras el ejemplo de aquella ciudad que llegó a convertirse en un centro de cultura, comercio, ciencia y poder en el Mediterráneo, llego a la disyuntiva de concluir si el adelanto tecnológico de las ciudades y su desarrollo urbano de vanguardia es producto de las sociedades avanzadas, o si por el contrario, es justamente la causa del progreso de esas sociedades avanzadas. En otras palabras, ¿será que las ciudades vanguardistas y bien diseñadas son la consecuencia de las sociedades desarrolladas, o será que esas ciudades actúan como polos de atracción del talento necesario para crear una sociedad más desarrollada?
Unas ciudades amigables con sus habitantes, que ofrecen servicios eficientes y al alcance de todos, seguridad, infraestructuras de calidad, con fácil comunicación, cuidadosas con el medioambiente, y que en definitiva mejoran la calidad de vida de sus ciudadanos, terminan atrayendo talento, oportunidades de negocio, de empleo, y creando bienestar para la población.
Perspectivas y desafíos para el desarrollo urbano
Según el Banco Mundial, alrededor del 56% de la población mundial reside en ciudades, y se espera que dicha tendencia siga en aumento, dado que la población crecerá más del doble para el 2050; momento en el que casi siete de cada diez personas vivirán en ciudades.
Es de esperar entonces que las ciudades cobren mayores dimensiones, las cuales verán mejorar su gestión gracias a la integración de tecnologías avanzadas como la inteligencia artificial y el Internet de las Cosas (IoT), lo que permitirá una gestión más eficiente de recursos y servicios urbanos. A su vez, se espera un enfoque en la movilidad sostenible, con sistemas de transporte público eficientes y opciones de movilidad compartida, como bicicletas y vehículos eléctricos de alquiler por horas. La creación de espacios verdes y la integración de la naturaleza en el diseño urbano será fundamental para mejorar la calidad de vida y la salud de sus ciudadanos. El implemento de prácticas de economía circular para reducir el desperdicio y promover el reciclaje y la reutilización de recursos, será más habitual.
Pero el camino que habrá que atravesar no se presenta nada fácil, dado que uno de los desafíos será el rápido crecimiento de la población urbana, especialmente en países en desarrollo; lo cual plantea desafíos significativos en términos de infraestructura y servicios públicos. A su vez, será necesario reducir las emisiones de carbono y gestionar los recursos de manera sostenible, tal como ya viene sucediendo en las grandes ciudades. Para el desarrollo y ampliación de las metrópolis, será necesario tener en cuenta a todos los estratos sociales, y garantizar los servicios básicos especialmente a los vecinos más vulnerables, así como también el mantenimiento de la seguridad en las ciudades, tanto en términos de delincuencia como de desastres naturales; y esto último aún lo tenemos muy presente en España.
Estas perspectivas y desafíos subrayan la importancia de una planificación urbana innovadora y colaborativa para crear ciudades del futuro que sean prósperas, inclusivas y sostenibles.
Para ello, es necesario encontrar nuevas formas de financiación para proyectos urbanos, como modelos de participación público-privada y colaboración entre gobiernos y organizaciones internacionales.
Dado que este tema me resulta sumamente interesante y por sobre todo, de suma relevancia, dado que las decisiones que tomemos hoy, serán las que en gran parte afecten a las generaciones del mañana, he querido aportar mi granito de arena y buscar un Fondo de Inversión que destine su capital hacia la inversión en empresas y estados comprometidos con el desarrollo urbano sostenible.
Allianz Global Intelligent Cities Income
Como suelo hacer habitualmente, una vez más he acudido al Supermercado de Fondos de Inversión de EBN Banco, con el fin de encontrar la clase más barata de un Fondo que abordase la temática anteriormente expuesta, y en esta ocasión me decanté por el Fondo Allianz Global Intelligent Cities Income.
Este Fondo mixto global denominado en dólares, se concentra en los mercados mundiales de renta variable y de bonos, centrándose en empresas que impulsan la evolución de las ciudades inteligentes y las comunidades conectadas, con arreglo a características medioambientales y sociales. El objetivo de inversión es lograr ingresos y un crecimiento del capital a largo plazo.
La clase más barata del Fondo se constituyó en Febrero de 2021, y es la que se detalla en el siguiente cuadro:
El riesgo del Fondo está representado con una Beta de 1,39 y presenta una volatilidad del 15,95%. Su nivel de riesgo en la escala del 1 al 7 es de 4 (lo que hace que sea moderado); donde 7 es el nivel más elevado de riesgo.
El Fondo está gestionado por Allianz Global Investors mediante un equipo de profesionales altamente cualificados, los cuales te presento a continuación:
En cuanto a su rentabilidad, el Fondo toma como referencia para el 70% de su capital el MSCI World AC Index Total Return (NET), y para el 30% restante el ICE BOFA US CORPORATE & HIGH YIELD USD (IUC0). Hasta el 18 de Diciembre de 2024 su evolución fue la siguiente:
Específicamente, las rentabilidades alcanzadas son las que te facilito a continuación:
Si analizamos la composición de su cartera, geográficamente tiene mayor distribución de activos en Estados Unidos.
Y en los dos cuadros siguientes, puedes ver la distribución sectorial y las diez principales posiciones:
Y antes de tomar cualquier decisión acerca de invertir en un Fondo, mi recomendación siempre será que consultes con tu asesor financiero de confianza, para valorar si el vehículo de inversión se ajusta a tus circunstancias, e intentar medir bien el riesgo de tus inversiones.
Ya decía Eratóstenes que “un cálculo cuidadoso es la base para no cometer errores”; y por cierto, ¡era el bibliotecario Jefe de la Biblioteca de Alejandría!
