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Así como existen mercados bursátiles donde se intercambian valores negociables, o el mercado inmobiliario para los bienes inmuebles, mercados de coches de segunda mano, mercados de diamantes, mercados de divisas, o por qué no, ¡el mismo mercado de barrio! Pues también existen los mercados de carbono. Como verás, en este mundo casi todo se negocia… 

A partir del protocolo de Kyoto en 1997 surgieron los mercados (regulados y voluntarios) de carbono, como un mecanismo para reducir las emisiones globales de gases de efecto invernadero mediante la creación de un sistema de comercio de derechos de emisión. Este sistema permite a los países y empresas comprar y vender "créditos de carbono" para cumplir con sus objetivos de reducción de emisiones. 


Funcionamiento de los mercados regulados de carbono 

 
El mercado regulado de carbono es un sistema que los gobiernos crean para ayudar a reducir las emisiones de gases de efecto invernadero, como el dióxido de carbono (CO2). Funciona bajo un esquema de "cap and trade" (“límite y comercio” traducido del inglés), lo que significa que el gobierno establece un límite o "cap" sobre la cantidad total de emisiones de gases contaminantes que pueden ser emitidos por las empresas que participan en este mercado (generalmente grandes industrias como fábricas, plantas de energía, etc.). Este límite va disminuyendo con el tiempo, lo que obliga a las empresas a ir reduciendo sus emisiones. 

A cada empresa participante se le asigna o vende un número limitado de permisos de emisión. Estos permisos son básicamente autorizaciones para emitir una cierta cantidad de CO2 (por ejemplo, 1 permiso = 1 tonelada de CO2). Si una empresa emite más CO2 del permitido por sus permisos, tiene que comprar más permisos o pagar una multa. 

Y aquí es donde entra el comercio o “trade”. Las empresas que tienen permisos de sobra (porque han reducido sus emisiones por debajo del límite) pueden vender esos permisos a otras empresas que no puedan reducir sus emisiones lo suficiente y necesiten permisos adicionales. De esta manera, las empresas que logran reducir emisiones pueden ganar dinero vendiendo permisos, mientras que las que contaminan más tienen que pagar por los permisos adicionales. Así, el mercado crea un incentivo económico para reducir las emisiones. 

A su vez, al igual que suelen hacer muchos ayuntamientos con las licencias de taxis, el gobierno irá ajustando el número total de permisos disponibles en el mercado, lo que asegura que las emisiones totales de CO2 se reduzcan con el tiempo. A medida que el límite (cap) se vuelve más estricto, los permisos se vuelven más escasos y caros, lo que motiva a las empresas a seguir reduciendo sus emisiones. 

Para entender mejor este mecanismo, imagina que dos fábricas emiten CO2. El gobierno les concede 10 permisos a cada una, y cada permiso les permite emitir 1 tonelada de CO2. La fábrica A solo necesita 8 permisos porque ha instalado tecnología limpia y ha reducido sus emisiones. La fábrica B, en cambio, necesita 12 permisos porque no ha reducido sus emisiones lo suficiente.

Entonces, la fábrica A puede venderle 2 permisos a la fábrica B.


 
La fábrica A obtiene dinero extra, mientras que la fábrica B tiene que pagar para poder seguir contaminando. 

 
Situación de los mercados regulados de carbono 


Si bien existen más de treinta mercados regulados de carbono en el mundo, el más importante en términos de recaudación es el Sistema de Comercio de Emisiones de la Unión Europea (EU-ETS). Creado en el año 2005, lo conforman más de 11.000 empresas responsables del 40% de las emisiones de carbono en la región, provenientes de diversos sectores como el energético, la industria, la producción manufacturera, o el transporte aéreo entre otras. 

Y teniendo en cuenta que la prioridad en estos momentos pasa por el clima, la sostenibilidad y la transición energética, cabría esperar un incremento constante en los precios de las emisiones de carbono. Pero contra todo pronóstico, estos precios han ido descendiendo desde el año 2022, después de haber alcanzado su nivel máximo.



Son varios los motivos por los cuales han estado descendiendo los precios de las emisiones de carbono. El primero de ellos fue la crisis energética originada por la invasión rusa a Ucrania a principios de 2022, lo que obligó a la Unión Europea a buscar alternativas a las energías impulsadas por combustibles fósiles y acelerar el proceso de transición hacia energías limpias, reduciendo así la demanda de energías contaminantes. Por ese motivo se redujeron las emisiones de carbono, disminuyó su demanda, y como consecuencia de ello se redujeron los precios de las emisiones. 

El débil crecimiento económico fue el segundo motivo por el cual se redujo la demanda y aumentó la oferta de gas natural, sumando a esto los inviernos más cálidos que redujeron la necesidad de utilizar gas para calefaccionar los hogares. Situación que redujo la necesidad de créditos de emisión de carbono. 

 
En la búsqueda de oportunidades de inversión 


El análisis del mercado de carbono desde diversos aspectos facilita la elaboración de modelos predictivos sobre el precio del carbono, basados en factores clave como el nivel de crecimiento económico, la producción prevista de energías renovables, la demanda industrial y la oferta de bonos de emisión por parte de los reguladores. Estos modelos servirán posteriormente para identificar empresas cuya valoración pueda ser atípica según las oportunidades o amenazas que enfrenten como consecuencia de la progresiva descarbonización y la aceleración de la transición energética. 

Otro aspecto a tener en cuenta en el mercado de carbono son los proveedores que ofrecen productos y soluciones en áreas de crecimiento estructural. Ejemplo de ello podría ser el sector de la climatización. Con el aumento de las temperaturas, la demanda de aire acondicionado y soluciones de refrigeración de alimentos sigue incrementando. La refrigeración recibe mucha atención porque el calentamiento global crea un círculo vicioso: cuanto más calor, más necesidad de enfriar, y a menudo se lleva a cabo quemando combustibles fósiles.



Por lo tanto, es necesario mejorar la eficiencia en la refrigeración y construir edificios más eficientes energéticamente. Por ese motivo, las empresas líderes en este ámbito son muy atractivas desde el punto de vista de la inversión. Y ese mismo enfoque aplicar en otras áreas donde las compañías innovadoras están satisfaciendo ciertas demandas que crecerán exponencialmente en los próximos años. 

Otro aspecto a tener en cuenta por los inversores es el nivel de exposición de su cartera a los precios del carbono. Las empresas de servicios públicos, especialmente aquellas con bajas emisiones de carbono como las hidroeléctricas, eólicas o solares, se benefician de los periodos en que los precios de las emisiones de carbono son elevados. 

Finalmente, los cambios regulatorios pueden afectar considerablemente a las inversiones. El mismo Mecanismo de Ajuste Fronterizo del Carbono (CBAM) de la UE, que se implementará en 2027, gravará los productos intensivos en carbono que entren en la UE; lo que significa que seguramente generará reacciones por parte de los países afectados, que podrían ser impredecibles. 

Cabe recordar que recientemente la Unión Europea decidió aplicar aranceles de hasta el 37,6% a las importaciones de vehículos eléctricos chinos, sumados al 10% que ya se venían aplicando; lo que inmediatamente generó reacciones en el país asiático, cuyo Gobierno decidió abrir una investigación a sus importaciones de cerdo provenientes de Europa, afectando así de forma directa a las exportaciones nuestro país. 

Por lo tanto, si bien los mercados de carbono abren la puerta a numerosas oportunidades de negocio e inversión, es muy importante tener en cuenta todos esos aspectos anteriormente mencionados antes de invertir en empresas o sectores relacionados con este mercado. Y para ello, siempre es mejor dejar en manos de expertos el análisis de este tipo de mercados, y la búsqueda de oportunidades de inversión que dichos mercados puedan generar. 

 
Allianz Global Sustainability Fund 


En consonancia con la búsqueda de oportunidades de inversión orientadas a la sostenibilidad ambiental, y teniendo en cuenta la filosofía del Fondo de Inversión Allianz Global Sustainability, decidí analizar la composición de este vehículo de inversión con fecha de lanzamiento en Enero de 2003, dado que me resultó muy compatible con los temas anteriormente expuestos. 

Básicamente, el Fondo concentra su inversión en empresas globales que cotizan en mercados de renta variable de países desarrollados, con arreglo a la estrategia de inversión sostenible y responsable (SRI, por sus siglas en inglés). Su objetivo de inversión es alcanzar un crecimiento del capital a largo plazo. 

Con cuatro estrellas Morningstar, este Fondo de renta variable de empresas internacionales de gestión sostenible presenta diferentes clases, las cuales detallo a continuación:



El Fondo presenta una Beta de 0,80 y una volatilidad de 13,61% que se traduce en un nivel de riesgo 4, en la escala del 1 al 7.



La gestión del Fondo está a cargo de Giles Money y Alex Bibani, ambos gestores de Allianz Global Investors GmbH/Luxembourg, entidad gestora del Fondo.  

Para medir el desempeño de su rentabilidad alcanzada, el Fondo utiliza como benchmark el Dow Jones Sustainability World Total Return Net. Dicho desempeño se puede observar en el siguiente gráfico de evolución, el cual refleja la evolución del valor liquidativo de la participación desde Julio de 2020; fecha en que se lanzó la clase AT (EUR) acciones:



Concretamente, las rentabilidades alcanzadas fueron las siguientes:


 
Las principales posiciones de la cartera del Fondo, son las que se presentan en la siguiente Tabla:


 
Pero si deseas profundizar el análisis del Fondo y obtener información más detallada, puedes hacerlo a través del siguiente enlace: https://es.allianzgi.com/es-es/fondos/fondos/list/allianz-global-sustainability-at-eur?nav=overview 

Y como habrás podido observar, en este mundo hay mercado para todo, y siempre hay compradores para todo lo que te puedas imaginar. Si hasta a las emisiones de carbono ya se les pone precio, estaba pensando entonces en poner a la venta por internet mi taza que siempre está medio llena… ¡ideal para optimistas! 
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  1. #1
    25/10/24 06:09
    Buen artículo. En este mundo se puede negociar todo y como no, con emisiones de carbono. Cabe mencionar que muchas empresas como fábricasve industrias compran permisos a las empresas de países subdesarrollados, ya que en dichos países la contaminación es muy reducida, ya que no tienen suficiente músculo industrial.