Fidelity Japan Aggressive Fund
Una de las claves para el éxito en la inversión en bolsa a largo plazo es la diversificación. Tener una parte de la cartera en un país como Japón, que no deja de ser una potencia mundial (no hay que olvidar que invirtiendo en bolsa compramos empresas), a pesar de su historial y sus serios problemas “macro”, véase deuda, tipos, etc… parece que tiene mucho sentido, y más viendo la tendencia de sus índices de referencia en los últimos años.
Para quién esté de acuerdo con esta afirmación ahora le corresponde la decisión de elegir en qué producto invertir: fondos pasivos indexados al Nikkei, fondos activos o incluso acciones concretas.
A pesar de la moda que están alcanzando los fondos pasivos, en buena parte por culpa de los malos fondos de gestión activa, sí los hay que dan un valor añadido al pequeño inversor (a pesar de las comisiones de gestión, en muchas ocasiones merecidas). Eso sí, mejor invertir en un fondo pasivo que en un mal activo, aunque vale la pena buscar un extra.
Sectores y tamaño de las empresas
El Japan Aggressive Fund de la gestora Fidelity busca dar ese extra de rentabilidad: se separa mucho de su índice de referencia tanto sectores, donde invierte mucho más de lo “establecido” en crecimiento interno utilizando mucho consumo cíclico e industria, sin obviar otros más típicos, véase la tecnología; como en tamaño, ponderando la mitad del fondo en compañías de capitalización inferior a 5.000 millones de dólares (el 30% por debajo de 1.000).
Protección de divisa
Otro complemento es la gestión divisa que se puede hacer al utilizar la clase de divisa cubierta: si bien en otras zonas monetarias puede ser más complicada la decisión debido al potencial que puede dar la inversión en dólares o libras, en yen (siendo conscientes de que algunas casas de análisis con mucha reputación sí lo aconsejan) es mucho más arriesgado. La política ultraexpansiva del Banco Central Europeo se está empezando a contraer y los mercados ya lo reflejan en los referenciales de deuda; por el contrario, en Japón siguen con toda la carne en el asador.
Como se aprecia en el gráfico, desde 2012, momento en el que el BoJ reforzó sus políticas monetarias expansivas a raíz del tsunami y posterior accidente de Fukushima, la tendencia (con un impás en 2015 con el QE europeo en máximo apogeo) ha sido alcista para el Euro. Esta tendencia tiene visos de continuidad a menos de que se pierdan soportes claves (127-122- 115…).
Este sesgo hacia sectores de consumo y de empresas de tamaños más pequeños y la protección de divisa hace que el fondo se haya separado de forma fuerte contra el Nikkei, concretamente le saca un 17% desde 2015:
Todo suma
De hecho, la protección de la divisa, siendo un extra no pesa tanto como la calidad en la búsqueda de sectores y empresas con mejor comportamiento:
Este gráfico extraído de la ficha mensual del fondo a 28 de febrero lo compara con su índice de referencia real, el Tokyo Stock Exchange TOPIX Total Return Index Hedged EUR es decir el que debería ser más parecido al fondo (no el mediático Nikkei) y ya incorporando la protección de la divisa. Se trata de la comparativa más válida para calibrar la calidad del gestor, aunque es cierto que la que se hace con el Nikkei es también útil para el inversor que lo tiene como referencia para gestionar su cartera.
Conclusión
El mercado bursátil japonés mantiene potencial de revalorización, cierto que menor al europeo, pero sí puede complementar una cartera de renta variable (sin olvidar Estados Unidos y, por supuesto, los emergentes).
Invertir un porcentaje de la cartera (sin sobreponderar, al menos de momento) utilizando un fondo de calidad, que incorpora tipología de empresas con más potencial y además protegiendo divisa puede ofrecer diversificación óptima para un pequeño inversor.