La aparición del coronavirus deparó una crisis excepcional, pero también una respuesta excepcional desde la órbita de la política monetaria y fiscal. Esta situación, junto al rápido desarrollo de las vacunas del nuevo coronavirus, dio lugar a un escenario con un fuerte viento a favor de los mercados al coexistir una recuperación con cifras efervescentes y el carácter al alza de las perspectivas con unas condiciones financieras francamente laxas. Sin embargo, esto empieza a ser historia y 2022 será un ejercicio mucho más complejo, en especial, para los inversores. Los bancos centrales han empezado a virar hacia una menor generosidad, la inflación está en boca de todos, las tasas de crecimiento se enfriarán, China seguirá embarcada en su cambio de modelo…