Normalmente no intervengo mucho en este tipo de debates pero hoy lo voy a terciar un poco (y sin animo de entrar en muchas polemicas) porque considero que es importante.
Para empezar y al estilo "liberal friendly", una disclosure: soy funcionario, de carrera. Además de Justícia. Una administración que en mi opinión funciona muy mal en terminos generales.
Podriamos pasarnos el dia y las semanas explicando anecdotas y rebatiendo las mismas, como también he trabajado en la agencia tributaria la verdad es que tengo un monton, por ejemplo sobre la carencia de medios, sobre la carga de trabajo, sobre funcionarios que llegan a su puesto de trabajo y se ponen a trabajar antes de dar los buenos dias, etc.
También podriamos hablar de como son las cosas en el sector privado, por ejemplo si yo entro en una tienda y me encuentro a los dependientes hablando entre ellos... porque no pienso lo mismo que si veo a dos funcionarios hablando entre ellos (que vagos, que cara se acostumbra a pensar...). Si entro en la oficina del banco, o en el taller mecánico y el director esta desayunando en el bar... porque no pienso lo mismo que se me dicen que tal o cual funcionario esta desayunando ("que bien vive" se acostumbra a pensar ...).
Pero como digo son anecdotas y a cada cual se le ocurren las que son acordes con su forma de pensar, y nos podriamos pasar aquí años discutiendo.
Me interesa señalar también que pese a que la corrupción esta muy extendida a nivel político, no lo esta a nivel de funcionarios: a nadie se le ocurre ir a un organo administrativo con un fajo de billetes o influencias para poner una sancion/resolucion a su favor.
Finalmente, pero a mi juicio lo mas importante, la función pública cobra relevancia a partir de la revolución burgesa, cuando estos (los burgeses) como poder emergente precisan poner coto a las arbitrariedades de otros poderes. Así la tan traida inamobilidad de los funcionarios públicos, no es más que la garantía de que estos no se doblegaran ante el primer primo-cuñado-amigo del capitoste economico-político de turno, en perjuicio del interes de un tercero o del interes general.
Por mi mesa han pasado varios alcaldes, regidores y personas de recursos. Siempre por asuntos de interes público cuando no contenciosos con un tercero. Precisamente por la inamobilidad nunca me he visto obligado a darles un trato de favor, en perjuicio de otro que bien podría ser quien esta leyendo esto.
Para acabar, y para que veais que no soy tan malo, os he de dar la razón en que la productividad de la función pública está mal resuelta y de que se ha abusado de la inamobilidad de los funcionarios públicos (no es necesaria para los que no gestionan intereses generales o contenciosos). Y la administración de justicia funciona mal, pero hace falta lo menos un exorcista para arreglarla.
Ahora que la elite neocon extractiva tiene el poder absoluto, ya no hacen falta funcionarios sino siervos. Esta es una guerra perdida al igual que la guerra que en términos más amplios esta librando la clase alta contra las clases medias y bajas. Estamos perdiendo. Nuestra fuerza ya no esta en nuestro trabajo pues la globalización y las nuevas tecnologías han cambiado la ecuación que antaño nos era más favorable (a los trabajadores en general me refiero). Hay que explorar nuevas vías, por ejemplo la del consumo. Para cuando una huelga de consumo de productos servicios intensivos en capital?
Saludos.