La nueva condena de los ERE anticipa un calvario judicial para el PSOE-A en las 200 piezas que quedan por juzgarLa sentencia que declara culpable al ex consejero Antonio Fernández hace tambalear la renovación del partido impulsada por SánchezEl ex consejero Antonio Fernández, en 2019.GOGO LOBATODiez años después La muñeca rusa de los EREPrimera sentencia La Junta instauró un "absoluto descontrol" para repartir 680 millones en ayudasPrimera sentencia Seis años de cárcel para José Antonio Griñán y nueve de inhabilitación para ChavesDos ex altos cargos del PSOE condenados, entre ellos un ex consejero de Manuel Chaves y después de José Antonio Griñán, indemnizaciones millonarias y alguna que otra absolución. La segunda sentencia de la macrocausa de los ERE podría resumirse en la condena de Antonio Fernández, ex consejero de Empleo, y del ex director general de Trabajo Juan Márquez, culpables de prevaricación y falsedad por la ayuda concedida a una empresa de aceitunas, Acyco, en 2003 de forma totalmente arbitraria y saltándose todos los controles y preceptos legales.Pero, más allá de eso, la resolución de la Audiencia Provincial de Sevilla es una carga de profundidad -otra- para el PSOE en un momento en el que aspira a recuperarse después de perder el feudo andaluz en 2018 y sacudirse el estigma de la corrupción, un lastre muy pesado con el que carga desde hace más de una década y que incluye la condena de los ex presidentes Chaves y Griñán.La segunda condena a Fernández -ocho años de cárcel que suma a los siete de la primera pieza juzgada- y a Márquez -cuatro años de prisión a añadir a los ocho años que le impuso la Audiencia en 2009- anticipa, y ése es el auténtico problema para el PSOE-A, un auténtico calvario judicial, puesto que ésta es la primera de las aproximadamente 200 ayudas concedidas por los gobiernos socialistas de Chaves y Griñán que aún están pendientes de ser enjuiciadas y que irán cayendo en los próximos meses y años.La sentencia de Acyco marca el camino del resto de las piezas en las que la juez María Núñez Bolaños dividió la macrocausa en 2015 y el fallo, muy duro, augura un rosario de condenas en un horizonte temporal muy largo. Por si fuera poco, la resolución se ha conocido en año de elecciones y sólo un día antes de que el PSOE dé comienzo a la precampaña electoral para intentar reconquistar su feudo andaluz con un mitin por todo lo alto este sábado en el que Pedro Sánchez lanzará la candidatura de Juan Espadas a la Presidencia de la Junta.Únicamente en 2022 están ya señalados otros tres juicios de otras tantas piezas separadas del caso de los ERE. En marzo se celebrará la vista oral por las ayudas a un grupo de empresas del sector del corcho vinculadas a Ángel Rodríguez de la Borbolla (hermano del ex presidente de la Junta socialista José Rodríguez de la Borbolla) y ese mismo mes está previsto el juicio por las ayudas a Novomag Manufactureras Metálicas, mientras que en noviembre está fijado el de la pieza correspondiente a la panificadora Picos Yeye.Ferraz designó el año pasado al ex alcalde de Sevilla no solamente para disputarle el liderazgo del partido a Susana Díaz, sino también para abordar la renovación y pasar página, o esa era la idea, a la gigantesca mancha de corrupción con la que se asocia a los gobiernos socialistas en Andalucía en su última etapa tras la condena, hace tres años, a Chaves y Griñán en el primer juicio de los ERE, la denominada pieza política. Pero esta segunda sentencia, y sobre todo las que tienen que venir, supone un varapalo a esa estrategia.La sentencia, dictada por la Sección Tercera de la Audiencia de Sevilla, concluye que las ayudas que concedió la Administración autonómica andaluza para financiar las prejubilaciones en Acyco se tramitaron y concedieron completamente al margen de la legalidad. Desde el comienzo hasta el final.Para empezar porque en el expediente de la subvención -algo más de tres millones de euros- ni siquiera constaba una solicitud formal por parte de la empresa, que tampoco presentó documentos preceptivos, como la declaración de ser beneficiario de otras ayudas, y no había ni rastro de la necesaria memora justificativa de la finalidad o el interés social. Por si fuera poco, dice la sentencia que no se autorizó el gasto por parte del Consejo de Gobierno ni el gabinete jurídico dio su parecer, otros dos requisitos imprescindibles dada la naturaleza y cuantía de la subvención.Pero es que, además, la falta de transparencia fue total y de ello se ocupó el ex director general de Trabajo Francisco Javier Guerrero "con el conocimiento y el consentimiento" del entonces viceconsejero de Empleo, Antonio Fernández. Suya fue la orden de que no publicara la ayuda en el Boletín Oficial de la Junta de Andalucía y de que no se anotase en el sistema de contabilidad interna.DOS INTRUSOS Y UN FIN, LUCRARSERecalcan los magistrados de la Audiencia sevillana cómo el fin último de todo este irregular modo de proceder era "obtener un beneficio económico a costa del erario público" y ponen como ejemplo la inclusión en el listado de los trabajadores de Acyco que se prejubilaron con ayuda de la Junta a dos personas que no habían trabajado jamás en esa empresa. Se trataba de Domingo Martínez, ex alcalde del pueblo natal de Guerrero, El Pedroso, y de Andrés Carrasco, amigo de la infancia del ex director de Trabajo y churrero en ese mismo municipio, ambos ya fallecidos.Los dos se colaron en el listado de prejubilaciones por orden de su amigo Guerrero y todo se hizo, insiste la resolución, con el conocimiento y el visto bueno de Antonio Fernández.Del expediente de Acyco sobresale igualmente otro nombre, el de Encarnación Poto, propietaria y presidenta del consejo de administración de Aceites y Conservas (Acyco) y que fue asimismo incluida entre los prejubilados. Poto, que era afiliada al PSOE y al sindicato UGT, fue prejubilada junto a sus trabajadores, pero conservó su cargo como presidenta del consejo de administración hasta marzo de 2011 y, hasta ese mismo momento, siguió percibiendo dietas por asistencia a las reuniones de ese órgano.En concreto, cantidades anuales que oscilaban entre los 24.000 euros de 2005 y los 98.995 euros de 2010. En total, percibió de la empresa por su puesto más de 318.000 euros al mismo tiempo que ingresaba más de 276.000 euros por su prejubilación y con cargo a la Junta. En seis años, entre una y otra cosa, se embolsó casi 600.000 euros.Pero los despropósitos que narra esta sentencia no acaban ahí. La Audiencia también pone el grito en el cielo por las sobrecomisiones pagadas por la Junta de Andalucía a la hora de suscribir, con la mediación de la empresa Vitalia, la póliza para las prejubilaciones. Si en el mercado el 'precio' de esas comisiones estaba entonces en el 4,42%, por la póliza de Acyco se firmaron comisiones del 15,24%, lo que supone un sobrecoste del 10,82%, es decir, de casi 340.000 euros.Las condiciones de las propias prejubilaciones de los empleados de Acyco eran igualmente disparatadas si se las compara con las habituales. La Audiencia, en este sentido, habla de "ventajas económicas desproporcionadas". A saber: 90% del sueldo más subsidio de desempleo, más un 2% de subida salarial anual, un 90% del sueldo tras la jubilación y todo ello con la posibilidad de trabajar en otra actividad que no supusiera competencia con la empresa. eldo más subsidio de desempleo, más un 2% de subida salarial anual, un 90% del sueldo tras la jubilación y todo ello con la posibilidad de trabajar en otra actividad que no supusiera competencia con la empresa.