De momento de esa magia solo hemos visto los polvos. Los que nos pegan, con perdón, quienes operan con ventaja porque aquellos que respetan (razonablemente) las Leyes no cuentan con esas herramientas para lanzar sus cuentas de resultados al hiperespacio.
Bueno, ya me advirtieron cuando me metí en esto de la mediación que no era un espacio adecuado para gente con el estómago sensible. El problema es que aunque uno lo tiene bajo control, como un forense, hay cosas que acaban con la paciencia. Sobretodo la impunidad con que se abusa de consumidores, Estado de Derecho y competencia. Me gustaría que los Colegios trabajaran seriamente este tema y, entre otras cosas, por ello estoy en la Comisión Permanente del mío.
¿Cómo podríamos hacer para que se materializaran las denuncias? Pero no las veladas, las de café, sino ante la DGS y FP. La propia Ley de Mediación señala que no tienen importancia los eventos aislados, que tiene que demostrarse habitualidad y práctica continuada. Ese es el gran reto.