¿Qué es la pérdida financiera?
Como se acaba de apreciar, todo el sistema de compensaciones o comisiones que los deudores deberán abonar, en su caso, a su banco, a resultas de una cancelación anticipada (ya sea total o parcial) pivota entorno a si, la entidad financiera que nos presta el dinero, con esa cancelación anticipada, sufre o no, lo que la ley denomina como pérdida financiera.
Para comprender este concepto de pérdida financiera, es necesario analizar el núcleo del negocio bancario tradicional, esto es, la llamada intermediación financiera, es decir, el tomar dinero de sus impositores (de gente que tiene ahorros y los guarda en un banco) a cambio de un tipo de interés, y con ese dinero, prestarlo a otras personas que lo necesiten, a cambio de un tipo de interés mayor para, con esa diferencia, previo pago de sus costes de estructura, generar unos beneficios con los que retribuir a sus accionistas y generar las reservas que correspondan para cubrir eventuales insolvencias de clientes.
Así pues, a modo de ejemplo, el negocio tradicional de los bancos consiste en conseguir que alguien que tiene dinero deposite en la entidad, por ejemplo, 200.000€ en un plazo fijo a 20 años vista, a cambio de una remuneración anual del 1% para, con esos 200.000€, prestarlos a alguien que los necesita, por ejemplo una familia que quiere comprarse una vivienda, con un interés del 3%, obteniendo así un diferencial positivo del 2%, lo que técnicamente se conoce como margen de intermediación financiero.
- En este caso concreto, el banco, al aceptar ese depósito de 200.000€ a 20 años vista, al 1% de interés, deberá devolver a su cliente impositor un total de 244.038,01€.
- Mientras que, prestando esos 200.000€, a un plazo de 20 años y un tipo de interés del 3%, obtendrá un total de 266.206,85€.
- Con lo cual, en este caso concreto, obtendrá un beneficio de 22.168,84€ (esto es, 266.206,85€ - 244.038,01€).
Comprendido pues este procedimiento básico con el que operan las entidades financieras, como se puede observar, esta situación se mantendrá en equilibrio en tanto en cuanto el deudor cumpla con su compromiso y devuelva la totalidad del dinero prestado, en el plazo pactado, para que así el banco consiga recuperar ese dinero y los intereses necesarios, con los que pagar, a su vez, al ahorrador que le ha depositado su dinero.
Por el contrario, si por cualquier situación, como por ejemplo una cancelación anticipada, el banco recibe la devolución del principal, pero sólo de una parte de los intereses pactados, el mismo puede llegar a experimentar una pérdida financiera si, a la vista de las circunstancias concretas del mercado, ante una bajada de tipos de interés, no es capaz de volver a prestar ese dinero a otro deudor con unas condiciones que hagan viable la operación, con lo que, si esa situación se generalizase, el banco entraría en fallida al no poder devolver a sus ahorradores los importes que han depositado en el banco y los intereses a los que se ha comprometido a pagar.
Así pues, siguiendo el ejemplo anterior, recordemos que el banco a acepta un depósito de 200.000€, a 20 años vista, con un interés del 1%, lo que implica que deberá devolver a su cliente impositor un total de 244.038,01€, de los cuales 200.000€ corresponderán al importe depositado, y 44.038,01€, a los intereses pactados.
Por el contrario, si una vez formalizado el préstamo de esos 200.000€, también a 20 años vista, y con un 3% de interés, transcurrido un año, el deudor decide cancelar anticipadamente su préstamo, el banco recuperará esos 200.000€, pero sólo habrá recibido 5.898,64€, y no la cantidad que había previsto inicialmente, que era suficiente para obtener un beneficio.
Así pues, para evitar incurrir en pérdidas, deberá volver a prestar esos 200.000€ a otro deudor, pero si las circunstancias del mercado han cambiado, y los tipos de interés han bajado, de modo que, por ejemplo, ahora todos los préstamos hipotecarios se formalizan al 1% de interés, si el banco vuelve a prestar esos 200.000€, los 19 años restantes, a ese 1%, sólo obtendrá 19.684,38€ de intereses.
Si sumamos pues todos los intereses obtenidos por el banco en el periodo, esto es, los 5.898,64€ del primer préstamo cancelado anticipadamente (formalizado al 3%), y los 19.684,38€ del segundo préstamo (el formalizado al 1%), vemos como en total ha obtenido 25.583,02€, es decir, una cantidad insuficiente para poder pagar los 44.038,01€ de intereses a los que se había comprometido con su cliente impositor, con lo cual, incurrirá en una pérdida de 18.454,99€.
Como es lógico, si dicha situación se generalizase en la cartera crediticia de la entidad, llevaría el banco a la quiebra ante la imposibilidad de hacer frente a sus compromisos de pago para con sus depositantes.
Así pues, para evitar esta situación y, por lo tanto, poner en peligro el sistema financiero español, el legislador, siendo consciente de esta realidad, ha diseñado un sistema de compensaciones o comisiones en los casos de cancelación anticipada de un préstamo hipotecario en el que, el deudor, en caso de proceder a esta cancelación anticipada, a resultas del estado del mercado hipotecario, genera o no una pérdida financiera al banco.
A la vista de todo lo expuesto, podemos afirmar que, a grandes rasgos, se pueden generar dos escenarios, que determinarán si existe o no pérdida financiera:
A.- Si cuando se produce la cancelación anticipada, los tipos de interés del mercado son superiores a los del momento de formalización, el banco no sufrirá una pérdida financiera:
Por ejemplo, si el banco formaliza con el cliente un préstamo hipotecario de 200.000€, a 20 años, con un tipo de interés fijo del 3%, y el deudor lo cancela anticipadamente al cabo de 5 años, y en ese momento, los tipos de interés del mercado hipotecario son del 4% de media, el banco no experimentará una pérdida financiera, pues podrá volver a dejar ese dinero a un interés superior del que se lo prestó a ese deudor que ha cancelado anticipadamente su deuda, obteniendo así un beneficio mayor, con lo cual, el cliente no deberá pagar compensación o comisión alguna a su banco por esta cancelación anticipada.
B.- Si cuando se produce la cancelación anticipada, los tipos de interés del mercado son inferiores a los del momento de formalización, el banco sí sufrirá una pérdida financiera:
Revisar en este caso el ejemplo anteriormente expuesto, en el que el banco pierde dinero cuando inicialmente presta dinero al 3%, y posteriormente sólo lo puede prestar al 1%, a la vista del descenso de los tipos de interés del mercado hipotecario, con lo cual, será necesario que el deudor que cancela anticipadamente su préstamo abone la compensación o comisión pactada, para compensar dicha pérdida financiera.