Alemania en recesión.
La economía alemana ha tenido mejores resultados que el resto de la zona Euro en los cinco años siguientes a la recesión global, pero éstos resultados acabarán en 2.014 y el consenso, que espera un crecimiento del 1.7%, quedará profundamente decepcionado. Los años de exceso de ahorro en Alemania han llevado incluso a Estados Unidos a fijarse en la mayor economía de la zona Euro y no se puede descartar que las principales economías puedan poner en marcha un plan para reducir el exceso de superávit comercial.
Si a ésto le añadimos la caída de los precios de la energía en Estados Unidos, que lleva a las compañías alemanas a mover su producción al otro lado del Atlántico, una menor competitividad ante el incremento real de los salarios, las posibles demandas del Partido Socialdemócrata, el nuevo socio en el Gobierno de coalición, para mejorar el bienestar de las clases medias y bajas en Alemania, y una China emergente que se va a centrar más en el consumo doméstico tras su reciente tercer Pleno, el resultado es el escenario perfecto para una caída por sorpresa en la actividad económica. La economía va a sufrir una reducción de la producción, y no un aumento, el año que viene, en contra de las expectativas, mientras que la rentabilidad del bono del Gobierno a 10 años caerá hasta el 1%.