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España contabiliza 30.000 aforados. En Francia la cifra no supera los 36

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España contabiliza 30.000 aforados. En Francia la cifra no supera los 36

Sarkozy, de rey a ciudadano convencional

No le beneficia a la reputación de un país democrático como Francia el descrédito de sus dirigentes, pero a cambio se la proporciona la ausencia de cortafuegos y de privilegios. Velar por las instituciones no significa encubrirlas. Significa defenderlas de ellas mismas cuando se corrompen.

España contabiliza 30.000 aforados. En Francia la cifra no supera los 36. Encabeza la lista el jefe del Estado, pero ocurre que el estatus de inviolabilidad, heredado de la tradición monárquica, expira en cuanto caducan las responsabilidades presidenciales.

Se desprende de esta concepción que la institución sobrepasa y sobrevive al individuo. Sarkozy ha mutado de rey a ciudadano convencional, de forma que su proceso judicial conlleva no tanto el escarmiento de la ejemplaridad como una sana conclusión pedagógica sobre la igualdad ante la justicia y sobre las garantías de la justicia misma en el caso de una imputación.

Quiere decirse que Sarkozy no está desprotegido por haber perdido el aforamiento. Dispone de los recursos y de las instancias de un sistema garantista, motivos ambos por los que Hollande, sucesor en el puesto, ha recordado y reivindicado la presunción de inocencia. Quizá como una manera de prevenirse él mismo de los escándalos relacionados a la jefatura del Estado.

Giscard d'Estaing.- El presidente-aristócrata subestimó la credibilidad del semanario satírico 'Le Canard Echainé'. Que entonces como ahora representa una mina de información "convencional" con la envoltura del sarcasmo. Suya fue la exclusiva según la cual Giscard habría recibido un descomunal agasajo en joyas del dictador centroafricano Bokassa. Mayormente diamantes, valorados entonces en 150.000 euros. Sucedió el episodio en 1979 y no tuvo ulterior trascendencia judicial, pero la noticia, retomada después por 'Le Monde', terminó convirtiéndose en uno de los motivos -desde luego, no el único- por los que el jefe del Estado perdió los comicios presidenciales de 1981 en beneficio de Mitterrand.

Mitterrand.- Cabe preguntarse qué hubiera sucedido con 'La Esfinge' si no hubiera fallecido ocho meses después de su último mandato. Y si la pérdida de la inmunidad penal lo hubiera expuesto a los escándalos que se han conocido póstumamente, muchos de ellos encubiertos en uno de los periodos más prósperos, herméticos e inquietantes de la V República.

Mitterrand estuvo blindado entre 1981 y 1995, no así uno de sus hijos, Jean-Christophe, condenado a dos años de cárcel por haber vendido armas a Angola saltándose el bloqueo internacional.

Estuvieron implicadas 40 personas, incluido el ministro del Interior, Charles Pasqua, en la etapa de la cohabitación Mitterrand-Chirac, aunque ninguno de los acusados ni de los condenados osó a mencionar la instigación de la X.

Es un ejemplo de tantos otros que caracterizaron los abusos de Mitterrand en su posición impune e inmune. Y no sólo en su decadencia, pues el primero de ellos se remonta a 1982, cuando el presidente inventó la redada contra un peligroso comando terrorista internacional irlandés.

Tres años más tarde, Mitterrand ordenó clandestinamente el hundimiento de un barco de Greenpeace en Nueva Zelanda. Le costó la vida a un fotógrafo y el puesto al ministro de Defensa, pero el responsable de los servicios secretos declaró ante la justicia que Mitterrand estaba desvinculado de la operación.

Sobrevino después el escándalo de las transfusiones de sangre contaminadas, y se arraigó la cultura del tráfico de influencias, las tangentes, los escándalos de financiación y las mordidas, esclerotizando un sistema que exasperó a los tribunales, precipitó el suicidio del primer ministro Bérégovoy y empezó a purgarse cuando Mitterrand ya había fallecido.

Jacques Chirac.-No puede decirse que Chirac haya pasado a la Historia de Francia por las hazañas de la política, pero sí ha popularizado un término inventado por Rimbaud que se utiliza para definir situaciones indefinibles, muchas de ellas provistas de ciertas connotaciones pintorescas, inverosímiles y extravagantes: abracadabrantesco.

Proviene el neologismo de la expresión abracadabra y puede emplearse para definir el abracadabrantesco desenlace de la carrera política del ex presidente, pues la pérdida de la inmunidad supuso que lo condenaran a dos años de cárcel por la ingeniería con que financió ilegalmente su partido siendo alcalde de París.

Fue condenado a dos años de cárcel en 2011 y no hubo de cumplirlos por la edad y por la salud, pero se trataba la primera vez que un jefe del Estado era procesado y condenado. O la primera vez desde que Pétain fue condenado a muerte por alta traición, aunque luego se le conmutó la pena a cadena perpetua.
http://www.elmundo.es/internacional/2014/07/02/53b42733ca474135128b4584.html