"Los rectores temen que España "pierda el tren del desarrollo"
Empecé hace unos días con la sanidad; ahora le doy turno a la educación
Si previamente casi todos los jefes de servicio de los hospitales madrileños clamaban en contra de la privatizción de la sanidad en Madrid, ahora les toca el turno a los rectores de las universidades PÚBLICAS españolas por el brutal recorte de medios materiales y humanos.
Dos de los pilares básicos del mantenimiento y progreso de las sociedades desarrolladas (sanidad y educación) se están desmantelando a velocidad de vértigo; los recortes en sanidad se notarán a muy corto plazo (ya comienzan a aparecer); pero la educación es una inversión a largo plazo, que acabará provocando una regresión de décadas: Los efectos de una política educativa errática y encenagada por esa misma inmundicia política (tanto en el estado como en ciertas autonomías) ya los estamos padeciendo hoy día, con unos datos en los estudios del nivel educativo comparado con el resto de naciones del primer mundo, realmente catastróficos y una inquina alimentada entre regiones.
Los ciudadanos cada vez tenemos un acceso más problemático a los servicios más básicos con un poder adquisitivo en caída libre, los impuestos descontrolados, la tasa de paro creciendo sin parar, nivel de pobreza exacerbado...; y mientras tanto nuestros caciques, señores feudales, reyezuelos... y maleantes varios, no ceden ni un ápice en sus prebendas, regalías y privilegios, rayanos al derecho de pernada.
Los culpables de la crisis son ELLOS y no nosotros; son ELLOS quienes debían ser cesados y privados de los derechos más básicos; sin embargo seguimos devorándonos entre nosotros, para su regocijo y nuestro pesar (los culpables son los funcionarios, los autónomos, los empleados de banca, los taxistas, los profesores, los de la bata blanca, los...).
Cuando nos queramos dar cuenta, no habrá nadie a quien echar la culpa, pues estaremos todos en paro o con sueldos y derechos tercermundistas.
Los políticos son el fiel reflejo de la sociedad a la cual representan; así que no sollozemos como plañideras, porque el entierro al que estamos asistiendo... es el nuestro.
Saludos... educados y saludables (si podemos pagarlos, claro).