Las principales monedas emergentes se deprecian durante las últimas semanas, en algunos casos más que compensando la revalorización que habían acumulado en el año. Esto se debe a dos circunstancias:
- La posibilidad de que la Fed suba los tipos de interés antes de lo previsto.
- El brusco reajuste de expectativas de crecimiento en Europa, con el impacto que ello ha tenido sobrelas rentabilidades que cotizan los principales mercados de bonos desarrollados.
La realidad de las divisas emergentes es que la entrada de flujos de capital al bloque emergente se ha moderado de forma clara durante las últimas semanas. Según el IFF, en mayo las entradas fueron de 7.000 millones de USD frente a los 30.000 registrados en abril. Por áreas geográficas, destacamos:
- América Latina: Estas monedas son las más sensibles al endurecimiento de las condiciones monetarias en EEUU (la salida neta de flujos de capital ha sido más intensa aquí). Incluso las divisas de países que cuentan con buenos fundamentos económicos, como es el caso del peso mexicano (MXN), experimentan las consecuencias de la ralentización de EEUU y una cierta inestabilidad sociopolítica.
- Asia: Las divisas de Asia se ven afectadas por la desaceleración de China y la posibilidad de que este país apueste por una depreciación de su divisa como válvula para apuntalar el crecimiento.
- Las perspectivas de mejora cíclica global, y particularmente en el área euro, y de que las tensiones geopolíticas no vayan a más, pueden dar estabilidad (incluso cierto recorrido de apreciación) a las divisas de Europa del este.
El comportamiento de las divisas emergentes durante 1S15 sorprende en un momento en el que la política monetaria se mantiene acomodaticia a nivel global, con bancos centrales como el BCE o el Banco de Japón, entre otros, incrementando su balance de forma sustancial y, con ello, la liquidez en el mercado.