&Quot;El quid está en saber si la subida de tipos de interés va a colapsar el consumo de las familias y provocar el parón de la economía o no.
La cosa no está clara y ahí se concentra la polémica. Para unos, no habrá colapso porque la riqueza patrimonial de las familias ha crecido conforme aumentaba el valor de las viviendas y, por tanto, el consumo continuará. Aunque suban las hipotecas, hay mayor capacidad para hacerlas frente.
Para otros, cuando suben los tipos de interés el precio de los pisos baja o se estanca para compensar el mayor coste de su financiación. Y así, el consumo cae porque la carga de las deudas es mayor y el efecto riqueza se desactiva. Más vale por tanto que el inmobiliario se enfríe rápidamente para no sufrir un brusco frenazo en una fecha no tan lejana como 2007. El tema está ahí ya. Puede ser un aviso importante para navegantes, pero en cualquier caso toca la moral que se plantee en estas fechas."
El segundo párrafo es interesante. Dicen, que la riqueza de las familias ha subido... ¿pero cómo? En el valor "nominal" (tinsero) de los pisos, lo que les permite aumentar/refinanciar/rehipotecar/recauchutar su ladrillo. Pero claro, con subidas de tipos y endeudamiento en máximos históricos, ¿cómo coño creen que van a hacer eso? Y sobre todo, con hipotecas a 30-40 años, ¿cómo se alarga el invento? Conclusión: no pueden. Otra vez, los más jodidos serán los más explotados, es decir, los últimos que han tragado con la papilla mediática.
"Y en éstas, llegan las dudas
JOSÉ MANUEL GARAYOA - 11/12/2005
Es tremendo, pero cuando mejor lo estábamos pasando, qué fiesta, a Frankfurt se le ocurre emular a Hamlet y empezar a generar dudas, que si los tipos de interés, que si las hipotecas. ¡Qué cenizos ! ¡Y precisamente ahora que estamos con las compras de Navidad!
Ciertamente, esta semana la troupe del Banco Central Europeo (BCE), ha alborotado a modo el gallinero con la amenaza de una nueva subida del precio del dinero cuando hace nada ya lo encarecieron 0,25 puntos, hasta el 2,25%.
Una mejora de los datos de la producción industrial en Alemania y previsiones más optimistas de sus institutos de análisis han bastado aparentemente para lanzar las campanas al vuelo y cantar quizá de manera prematura que la recuperación está a la vuelta de la esquina en Europa. Eso justificaría, en opinión del BCE, la necesidad de volver a una vigilancia extrema, no sea que la inflación asome la cabeza por alguna esquina.
No obstante, en las propias declaraciones del BCE se observa cuáles son los temores que acucian realmente a su staff así como a otros banqueros centrales en el mundo.
El jueves, el vicepresidente del BCE, Lucas Papademos, dijo que una nueva subida de tipos puede dificultar el pago de las hipotecas y agregó significativamente que "mayores aumentos de los precios de la vivienda en algunos países de la zona euro incrementa los riesgos de una corrección".
Más claro, el agua. Cuanto más suba el inmobiliario, más caerá llegado el momento.
Y ése es el asunto ahora, lo que realmente interesa. Porque en estos momentos se está empezando a divisar el aterrizaje suave de la burbuja inmobiliaria en muchos países del mundo, entre ellos EE. UU. y España, según la firma Morgan Stanley. El alza de tipos es la vía para deshincharla aquí y allá.
El quid está en saber si la subida de tipos de interés va a colapsar el consumo de las familias y provocar el parón de la economía o no.
La cosa no está clara y ahí se concentra la polémica. Para unos, no habrá colapso porque la riqueza patrimonial de las familias ha crecido conforme aumentaba el valor de las viviendas y, por tanto, el consumo continuará. Aunque suban las hipotecas, hay mayor capacidad para hacerlas frente.
Para otros, cuando suben los tipos de interés el precio de los pisos baja o se estanca para compensar el mayor coste de su financiación. Y así, el consumo cae porque la carga de las deudas es mayor y el efecto riqueza se desactiva. Más