20.000 millones más para tapar el ahujero de CAM
El Mundo
El Estado pondrá 20.000 millones más. Ahora para tapar el agujero de CAM
La intervención de la Caja de Ahorros del Mediterráneo (CAM) se perfila como la más cara para el erario público de la historia del sector financiero español. El Estado está dispuesto a asumir pérdidas futuras por hasta 20.000 millones de euros en la entidad.
Según ha podido saber EL MUNDO, el Banco de España ha hecho saber a las entidades financieras que quieran quedarse con la CAM que, si es necesario, cubrirá con dinero público la astronómica cifra, equivalente al valor contable estimado de la cartera inmobiliaria dudosa de la caja.
Según la documentación remitida a los interesados para que puedan formular ofertas, el Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (Frob) asumiría el mecanismo llamado Esquema de Protección de Activos (EPA) de manera que si el banco comprador de la CAM se encuentra con sorpresas, las tendría cubiertas por hasta 20.000 millones. El EPA opera como un seguro con dinero público contra la morosidad, el impago o la depreciación que pueda sufrir el eventual comprador de la CAM. La caja alicantina llegó a figurar entre las cinco más importantes de España antes de la reestructuración con activos superiores a los 70.000 millones.
El Banco de España intentó durante el pasado año no tener que intervenirla y prefirió que se fusionara con el grupo de cajas liderado por CajAstur, pero la operación se rompió. Los dirigentes del resto de cajas se quejaron de que el Banco de España les había ocultado el verdadero agujero de la CAM y ésta quedó en solitario hasta su intervención, que ha supuesto ya una recapitalización con dinero público de 2.800 millones más una inyección de liquidez de 3.000 millones.
El Banco de España se ha propuesto cerrar su privatización antes de las elecciones y ha distribuido ya el llamado libro de venta. En él se especifica que el EPA funciona por tramos, según la información suministrada a los compradores. En el primero, el comprador asumiría pérdidas utilizando las provisiones sin que aportara nada el Frob. Agotado el primer umbral, empezaría ya a intervenir el dinero público y el Frob pasaría ya a asumir el 80% de la pérdida hasta que se alcancen 2.500 millones. Si prosigue -como se espera- el deterioro de los créditos inmobiliarios, a partir de esos 2.500 millones el Frob asumiría el 90% de los activos protegidos por el EPA. Así «hasta una estimación de créditos ligados al sector inmobiliario de 20.000 millones», según coinciden fuentes consultadas próximas a la operación.
Pero ésta es sólo la oferta inicial del Frob. Es probable que los interesados tensen más la cuerda y reclamen que el Estado asuma el 100% de las pérdidas y el Banco de España y el Ministerio de Economía, que controlan el Frob, tendrían entonces escaso margen de maniobra para negociar, puesto que es prioritario dar una solución rápida a la CAM. No obstante, el gobernador del Banco de España, Miguel Ángel Fernández Ordóñez, puntuará más a la entidad que menos dinero público reclame al Estado e intentará no llegar a los 20.000 millones en que se valora la cartera ligada al ladrillo. El Santander, BBVA, La Caixa o las cajas vascas figuran entre las entidades inicialmente interesadas y, de ellas, el banco cántabro encabeza la quiniela de favoritos.
Los precedentes son un EPA de 2.475 millones en Caja Castilla-La Mancha y de 398 en CajaSur, pero ambas cifras quedarán en cualquier caso ampliamente superadas con la CAM. El calendario previsto es que el próximo día 26 termine el plazo para presentar ofertas, que no serán aún vinculantes. Ese pliego dará derecho a los interesados a practicar una due diligence, un examen exhaustivo de las cuentas para posteriormente, a finales de octubre presentar una oferta vinculante.
El problema es que ni con una fuerte inyección de dinero público hay entusiasmo por la CAM. Por un lado, posee una implantación de sucursales tentadora en la costa mediterránea, complementaria para los grandes bancos españoles. Pero, por otro, hay dudas sobre la realidad de sus cifras y, un agravante, asumir un EPA con el Frob supone aumentar la exposición del Santander, BBVA o CaixaBank con el Estado español, que no es un activo reluciente actualmente en las carteras de valores internacionales. Otro problema adicional a la hora de encontrar candidatos es la deuda de 18.000 millones arrastrada por la caja alicantina con vencimientos a corto plazo.
La operación coincide además con una nueva fase en la reestructuración del sector financiero español con la entrada del Frob en, entre otras, Catalunya Caixa, que han preferido la recapitalización pública antes de intentar salir a Bolsa o buscar financiación privada, dadas las condiciones del mercado. El pasado sábado se produjo una inusual reunión a alto nivel en el Banco de España ante la espiral de decisiones que se avecina