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Gasto fijo

Un gasto fijo es un tipo de gasto que se mantiene constante en cantidad y frecuencia, independientemente de las necesidades, preferencias y circunstancias individuales de cada persona. En otras palabras, es un gasto que se debe realizar con regularidad y que no puede ser evitado o reducido fácilmente.

Un gasto fijo es aquel tipo de gasto que permanece constante a lo largo del tiempo, independientemente de la actividad o las circunstancias que se den en nuestra vida personal o en una empresa. Este tipo de gastos no cambia con la cantidad de bienes o servicios producidos ni con los ingresos que se generen. Al contrario de los gastos variables, que fluctúan en función del nivel de actividad económica o consumo, los gastos fijos se mantienen estables y son predecibles.

Uno de los aspectos más importantes de los gastos fijos es que, aunque no cambien a corto plazo, pueden variar en el tiempo debido a cambios en las condiciones económicas, ajustes contractuales o modificaciones en las políticas empresariales. Sin embargo, estos cambios suelen ser menos frecuentes y, por lo tanto, más predecibles que los cambios en los gastos variables.

En el ámbito personal, los gastos fijos son aquellos que pagamos de forma regular y que no están directamente relacionados con nuestras actividades diarias o decisiones de consumo. Por ejemplo, el alquiler o la hipoteca de nuestra vivienda, las primas de seguros y las cuotas de servicios públicos, como la electricidad y el agua, son gastos fijos que no varían mucho de un mes a otro.

En el mundo empresarial, los gastos fijos son aquellos costes que una empresa debe afrontar para mantener sus operaciones, independientemente de la cantidad de productos que fabrique o los servicios que preste. Estos gastos pueden incluir el alquiler de oficinas o instalaciones de producción, salarios de empleados con contratos fijos, seguros y otros costes administrativos.

Una curiosidad acerca de los gastos fijos es que, aunque puedan parecer rígidos e inflexibles, en realidad pueden ser ajustados en función de las necesidades y objetivos a largo plazo tanto de individuos como de empresas. Por ejemplo, una persona puede decidir mudarse a una vivienda más económica para reducir su gasto fijo en alquiler, o una empresa puede renegociar contratos de alquiler o seguros para disminuir sus costes fijos.

Características de los gastos fijos


Hasta ahora, hemos hablado sobre los gastos fijos como aquellos costes constantes que se mantienen a lo largo del tiempo, tanto en nuestras vidas personales como en las empresas. Estos gastos no varían con nuestra actividad diaria ni con la producción de bienes y servicios, lo que los hace predecibles y estables. 

A continuación, vamos a profundizar en aquellas características principales que presentan todos los gastos fijos:

  • Previsibilidad: Una de las principales características de los gastos fijos es su previsibilidad. Dado que no cambian con la actividad diaria, es más fácil planificar y presupuestar para estos gastos. Esto permite a las personas y empresas tener un mejor control sobre sus finanzas y tomar decisiones informadas sobre sus recursos económicos.
  • Periodicidad: Los gastos fijos suelen ser recurrentes y pagarse en períodos específicos, como mensual, trimestral o anual. Por ejemplo, el alquiler de una casa o el salario de un empleado con contrato fijo se pagan cada mes, mientras que las primas de seguros pueden pagarse trimestral o anualmente.
  • Independencia de la actividad: Los gastos fijos no están relacionados con la cantidad de bienes o servicios producidos o consumidos. En el caso de las empresas, estos costes se mantienen constantes independientemente del nivel de producción o ventas. Para las personas, los gastos fijos no varían según nuestras actividades diarias o decisiones de consumo.
  • Flexibilidad a largo plazo: Aunque los gastos fijos pueden parecer rígidos, en realidad pueden ser ajustados en función de las necesidades y objetivos a largo plazo tanto de individuos como de empresas. Esto implica que, aunque sean constantes a corto plazo, pueden variar a lo largo del tiempo debido a cambios en las condiciones económicas, ajustes contractuales o modificaciones en las políticas empresariales.
  • Relevancia en la planificación financiera: Dado que los gastos fijos son predecibles y recurrentes, es importante tenerlos en cuenta al elaborar un plan financiero, tanto a nivel personal como empresarial. El conocimiento y control de estos gastos permite optimizar el uso de los recursos y buscar formas de reducirlos, si es necesario, para mejorar la salud financiera.

Diferencia entre gasto fijo y gasto variable


A lo largo del artículo hemos hablado tanto de los gastos fijos como de los gastos variables y sus respectivas características. Y en este contexto, es importante tener en cuenta que, aunque ambos son tipos de gastos que incurren tanto a nivel personal como empresarial, existen diferencias clave entre ellos que nos ayudan a distinguirlos y gestionarlos de manera adecuada.

La principal diferencia entre los gastos fijos y los gastos variables radica en su naturaleza y cómo se comportan en relación con el nivel de actividad o consumo. 

Los gastos fijos, por un lado y como su nombre indica, son aquellos que permanecen constantes a lo largo del tiempo, independientemente de la actividad económica o el consumo. Estos gastos suelen ser predecibles y no cambian mucho de un mes a otro. Por ejemplo, el alquiler de una vivienda, las cuotas de un préstamo o el salario de un empleado fijo son gastos fijos, ya que no varían en función del nivel de actividad.

Por otro lado, los gastos variables son aquellos que fluctúan en función del nivel de actividad económica o consumo. Estos gastos pueden cambiar de un mes a otro y son más difíciles de prever. Ejemplos de gastos variables incluyen los costes de producción, que varían en función de la cantidad de bienes producidos, o los gastos en electricidad, que pueden aumentar o disminuir según el consumo energético en un hogar.

En definitiva, los gastos fijos y variables se diferencian principalmente en cómo se comportan en relación con el nivel de actividad o consumo. 

Ejemplos de gastos fijos


A lo largo de este artículo, hemos abordado en profundidad el concepto de gastos fijos y cómo estos difieren de los gastos variables. Ahora, para cerrar, vamos a mencionar algunos ejemplos cotidianos de gastos fijos tanto en el ámbito personal como empresarial que nos permitirán consolidar nuestra comprensión de este tema.

En el ámbito personal, un claro ejemplo de gasto fijo es la renta o hipoteca de nuestra vivienda, ya que se trata de un pago que debemos realizar mensualmente sin importar nuestras actividades diarias. Otro ejemplo puede ser el seguro de nuestro vehículo, que suele pagarse anualmente y no varía en función de cuánto lo usemos. También, los pagos de servicios básicos como el agua y la conexión a internet pueden ser considerados gastos fijos, siempre que las tarifas sean constantes y no varíen según el consumo.

Por otro lado, en el ámbito empresarial, los gastos fijos pueden incluir el alquiler de oficinas o locales comerciales, los salarios de los empleados que trabajan a tiempo completo, y las cuotas de servicios como el acceso a internet, siempre que no varíen con el nivel de actividad de la empresa. Además, las amortizaciones de equipos y maquinaria, así como los pagos de seguros empresariales, también pueden ser considerados gastos fijos.

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Gasto fijo, Francisco Coll, 31 de mayo del '23, Rankia.com
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