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Desde que tenemos ministro nuevo de finanzas en Grecia tenemos mucho ruido en torno a la teoría de juegos, el equilibrio de Nash y el caso del dilema del prisionero. No es que sea una novedad; cada vez que tenemos una negociación en algún lado surge por todos lados el hecho de que estamos ante El dilema del prisionero porque siempre da caché usarlo. Lo triste es que parece que no se entiende muy buen el concepto.  De hecho a la vista de  artículos como el de Eduardo Olier (no es más que un ejemplo) en el economista me surge la tentación de enunciar la teoría de la coctelera que diría así:

“Ante cualquier situación económica surgirán analistas combinando conceptos embriagadores para ofrecer un atractivo brebaje que provocará euforia, confusión y una gran resaca”.

Y con una teoría así ya sólo me quedaría hacer un poco de relaciones públicas para conseguir un nobel. Para la demostración empírica no tienen más que buscar  “dilema del prisionero” y “Grecia” y comprobar resultados.

Lo que vienen a decir todas estas teorías es que Grecia y la Eurozona alcanzarán un acuerdo siempre en la negociación porque están metidos en un juego en el que buscan minimizar el riesgo. Aquí es donde entra Nash que desarrolló su teoría en base a que cuando se ha jugado, en función de las decisiones conocidas de los otros, se alcanza una situación final que NO es la mejor desde el punto de vista global pero que se mantendrá porque no existen incentivos para modificarla. Dicho de otra forma; el “dilema del prisionero” trata de explicar cómo se llega a un punto y el equilibrio de Nash dice que “de ahí no nos movemos”.

Lo irónico de la situación es que todos los artículos que definen el proceso de negociación en el que Grecia intenta cambiar de rumbo las condiciones de los últimos años frente a otros que intentan que se mantengan son defendidos por los defensores de estos últimos; a saber, defensores de que Grecia siga profundizando en las reformas dentro del euro. Es irónico por dos motivos de fondo.

El primero es simple y tiene mucho que ver con los supuestos; el dilema del prisionero se basa en que los negociadores tienen intereses contrapuestos y que cada uno de ellos busca minimizar sus propias pérdidas asumiendo que las actuaciones del contrario. Veo muy difícil que se pueda escribir un argumento tan potente para defender ¡que los dos jugadores no pueden tener la misma moneda! A menos claro que se nos plantee la moneda única como un mecanismo óptimo para países con intereses contrapuestos. Cómo poco el hecho de situarnos en este contexto nos muestra un grave defecto de diseño, y al meter a Nash por medio lo que nos están diciendo aún por encima es que no se va a corregir.

El que defienda que Grecia se queda en la UE en base a un equilibrio de Nash mediante el juego del dilema del prisionero, está defendiendo en realidad que por un proceso determinado se ha llegado a una solución que no es la mejor (ni la mejor para cada una de las partes ni la global). Es decir, implícitamente está defendiendo que lo mejor era la salida pero que dicha opción no se produce por los mecanismos del juego. Es decir, Eduardo Olier, entre otros, nos estaría sugiriendo que lo mejor sería que Grecia saliese del euro.

Con todo me parece más clarificadora la segunda implicación. Se demuestra que en determinadas condiciones, dos actores llegan a una conclusión mala para los dos actuando de la forma más racional posible. Defender que los acuerdos se alcanzan por el proceso del dilema del prisionero es defender que se va a llegar a una conclusión mala.

El análisis del dilema del prisionero nos deja el mismo resultado; dos sospechosos de un delito se enfrentan a 25 años para el culpable que no confiese y a 15 años para el que confiese y a la absolución en caso de que no existan pruebas. Como los jugadores son los sospechosos, lo mejor para ambos es que ninguno confiese; pero cada uno de ellos confiesa  para evitar los 25 años, de tal forma el equilibrio de Nash en este caso es que acaban los dos durante 15 años a la sombra. Pues sí de verdad creemos que estamos ante un caso de Dilema del Prisionero y se explica en base a este análisis el convencimiento de que se llega a un acuerdo: ¿Qué conclusiones debemos sacar sobre la “calidad” del acuerdo para los jugadores?

Imaginen la madre de uno de los detenidos esperando que acaben los interrogatorios para saber que va a pasar con su hijo; cuando se le pase por la cabeza la idea de que su hijo acabará en chirona por la dinámica del prisionero: ¿se alegrará? O más bien lamentaría algo así como: “si mi hijo y el otro hubiesen estudiado,  conociesen el dilema del prisionero y lo hubiesen considerado no entrarían en la cárcel”.

Con esto ya me gustaría exponer dos conclusiones.

La primera es que no creo que todos los que hayan considerado esto como un equilibrio de Nash al que se llega mediante un proceso como el del dilema del prisionero propongan una cosa distinta a lo que se ha acordado previamente. Simplemente es una forma de vestir el argumentario de que es conveniente llegar a un acuerdo dándole un empaque teórico que no se piensa demasiado.

La segunda es que tampoco usaría un concepto como el dilema del prisionero para defender la posición contraria. Se trataría de vestir el argumentario de que es conveniente la salida dándole un empaque teórico que no se pensaría demasiado.

No es casualidad la redacción similar de las dos conclusiones ya que debemos tener en cuenta ciertos aspectos que nos llevarían a pensar que no estamos ni de lejos en un entorno similar al descrito.

¿Estamos ante varios prisioneros interrogados por la policía? ¿No parece más apropiado entender la situación con un símil de policía-ladrón? El policía busca un objetivo (encerrar al ladrón) y el ladrón busca otro (que no lo encierren).

De hecho, ¿Quiénes son los participantes en este juego? Alguna gente dirá que los prisioneros de nuestro dilema serían la UE y los griegos; otros dirán que los prisioneros serán los distintos países de la unión monetaria o la unión europea (con Grecia y Alemania como estrellas invitados). Volvemos a la misma situación: ¿y la policía?.

Si con los participantes tenemos un lio; ya no tendría sentido pensar que es la primera vez que se juega a esto. En el símil normal del dilema ya debemos entender algo en este sentido; ¿Será el mismo resultado la primera vez que pillan a los delincuentes? La repetición del juego afecta al resultado. A todos los efectos nunca podríamos estar hoy en el marco de un dilema del prisionero; es posible que pudiésemos estar en alguna variante añadiéndole la palabra iterativo; pero ni lo he leído en ningún sitio, ni parece el caso tampoco.

Es más, curiosamente podíamos entender que estábamos en un equilibrio de Nash tras haber llegado, (cómo sea) en el primer acuerdo. A partir de ahí, según el razonamiento de un equilibrio, no habría incentivos para salir de esta posición que es la que minimizaba los costes para todas las partes.

Pero curiosamente hay dos aspectos que parece que han cambiado desde la situación en la que se alcanzó el primer acuerdo;

Por un lado se han modificado los costes derivados de las alternativas; En el caso de Grecia, los costes de salir del euro se han disparado y además la situación es mucho más frágil; la consecuencia lógica es que la opción “salida del euro” supone unos costes sensiblemente superiores ahora. Por otra parte, en el caso de los demás participantes, la realidad es distinta. Los bancos están en mejor situación, tenemos un plan para comprar un billón de euros en deuda pública y se han creado los mecanismos para que evitar el contagio derivado del impacto de un impago griego y que este se traslade a un futuro más lejano. Es decir, los costes de la salida del euro se han reducido de forma drástica.

Esto afecta a las condiciones de partida, a las opciones de cada uno y desde luego al equilibrio final.

El otro aspecto que ha cambiado desde el primer acuerdo es que cada vez está más claro que en el primer momento se plantearon mal las opciones; En aquellos momentos la alternativa para Grecia de la opción de salir del euro se definía como “el rescate”; Hoy cada vez está más claro que no era una alternativa correctamente definida; en realidad era “proceso que consiste en asumir rescate más depresión más deflación más salida del euro”. Quizás si se hubiese pensado mejor la cosa cambiaría.

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  1. #3
    18/02/15 18:32

    sugerencia:

    en lugar de que el detenido sólo tiene madre, podia tener padres -los dos-. todavia hay gente en este mundo q tiene padre (en masculino) y no solo madre.

  2. #2
    Conanbab
    18/02/15 17:51

    Haba que dejar los discursos y la dialéctica en sus tácticas a un lado y ver las cosas objetivamente,si Grecia esta quebrada,y no puede pagar, la solución es clara,que salga del euro,sino todo va a ser mucho peor en un futuro para todos.
    El problema es que política son intereses y vanidad de vanidades,donde toda tesis se puede aplicar como razón,cuando sabemos que verdad solo hay más que una,pero es asi el hombre,tropezando 1000 veces en la misma piedra hasta la última.
    1 millón de excusas a favor o en contra y todos los juegos dialécticos podemos aplicar según las partes para conseguir ganar al adversario,reconforta pero la verdad acaba imponiéndose tarde o temprano.

  3. #1
    18/02/15 01:08

    Supongo que lo que le interesa a Grecia es viabilidad, lo mismo que le debería interesar a la UE, es normal que rechace ofertas que no den viabilidad.
    Del dinero que ha fabricado el BCE algo le tocará a Grecia... y si la sacan del euro le tendrán que dar su parte. No sería correcto que el dinero de todos que se prestó a los bancos se lo repartan solo entre los últimos que queden.
    Dinamarca ha suspendido las subastas de deuda previstas.
    A Grecia le gustaría, en la medida que pueda.


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