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Ayer comentaba lo absurdo de los criterios medioambientales en el sistema de estacionamiento regulado de Madrid. Recordemos que con criterios medioambientales se justifica instaurar un sistema en el que los vehículos de más antigüedad fuesen pagando más, contaminen lo que contaminen.

Sin embargo, no es la única modificación de la normativa de aparcamiento en la capital. De hecho, las otras dos normativas me sirven para tratar de exponer sendos problemas que ya traté en sendos post del pasado, aunque referidos a otras ciudades.

En “De cuando las empresas cobran doble por cobrar literalmente”, trataba de exponer un curioso efecto que se daba en Galicia. Instaurado lo que en Galicia se llaman ORA, (los parquímetros), se comprueba que no se soluciona la escasez de aparcamiento, (que se busca en numerosas ocasiones) y que una empresa cobra y tiene unos beneficios, (en el caso de algunos sitios de Galicia, con evidentes indicios de ilegalidad en las concesiones), por el hecho de cobrar. Adicionalmente los ayuntamientos tienen que pagar importes adicionales por el hecho de cobrar. Es decir, los ciudadanos pagamos el parquímetro y luego pagamos a las empresas que lo llevan desde el erario público, para un sistema en el que no se facilita en absoluto conseguir aparcamiento.

Según “el país”, en Madrid, el precio que se paga por los parkimetros es “neutro”, o lo que es lo mismo; no hay beneficio económico para el ayuntamiento, el propio anuncio nos dice que el ayuntamiento gasta 74 millones y recauda con parkimetros 72, y luego recauda 6 más que pueden ser un canon o las multas.  Pero ¿es cierto que no existe beneficio económico?. Desde luego para el ayuntamiento no, pero los gastos de 74 millones son un beneficio económico de alguien, ¿no?. En todo caso esos millones son gastados por alguien, de tal forma que asumiendo la explicación de que no hay beneficios y sí que hay gastos, ¿Cuál es el sentido?.

La pregunta del sentido, se entiende mejor con la modificación en función de la ocupación. Otra modificación está en que variará el precio del aparcamiento en función de la ocupación; si hay menos de un 30% de ocupación en la zona se baja el precio un 20%, si hay menos de un 60% tendremos un 10%; se aplicará un recargo del 10% si estamos entre un 85% y un 95% de ocupación y un 20% si la ocupación es superior al 100%.

Recordemos que el del polo del 2000 del ejemplo de ayer si tiene que aparcar en el centro tendrá una subida espectacular por que se encontrará con dos recargos del 20%, lo cual es una subida impresionante.

Puede parecer lógico y todo muy de mercado: “cobrar más cuanto más demanda”, pero alguien debería pensar en lo que ocurre en los casos de baja o media ocupación: ¿instauramos un sistema que obliga a pagar aparcamientos, en teoría para gestionarlos dado el exceso de coches en aquel sitio que no llegué al 30% de la ocupación?.  Es directamente absurdo. Se venderá como muy bueno que se pague menos, pero la realidad es que pagar algo es directamente detraer dinero para unos concesionarios por el puro morro.

Y la segunda ocurrencia, que se introduce es la de los aparcamientos disuasorios en el exterior a un precio salvaje. ¿Pagar 6 euros al día por dejar el coche en un sitio donde se pueda coger el transporte colectivo, que además supondrá otro gasto?. ¿Puede echar alguien las cuentas de cuánto costaría ir a trabajar?. En fin, sobre esta modificación ya recomiendo el post específico de agosto de 2012 cuando se hablaba de tal tontería en Galicia; y de paso se ve porque no funciona en Santiago de Compostela donde ya está funcionando.

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  1. #1
    06/05/14 09:14

    En lo que expones sobre los paquímetros se ve clarísimamente la frase de Rodríguen Braun:

    "La redistribución no es de ricos a pobres sino de grupos desorganizados a grupos organizados."

    Básicamente es una transferencia de dinero de los conductores, desorganizados, a los lobbies que se han apropiado del espacio público, que son las empresas concesionarias de los mismos.

    Los mismos ayuntamientos dicen, con toda la caradura, que no hay beneficio, sino pura expropiación del espacio público en favor de unos pocos.

    Saludos


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