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Estos días he estado un poco ajeno a los hechos que han conmocionado España y en particular, que ha entrado en una barrena de mentira, amenazas y despropósitos que se me antojaba imposible; es increíble cómo incluso a pesar de esperar casi cualquier cosa, me tengo que confesar absolutamente desbordado por lo que está ocurriendo.

También leo que el Partido Popular plantea la defensa como un gran ataque con el eje de las amenazas de denuncia a todo aquel que dude de su versión; y todo ello aderezado con un discurso que es totalmente absurdo. El argumento, repetido hasta la saciedad es que todo esto salta por que España se está recuperando. En fin, por un lado no tiene mucho sentido la explicación, no desmiente nada y la recuperación es un cuento, (que por cierto ya nos contó Zapatero en su día por lo que aprovecho el post de aquellos días para desmentirlo, confiando que se valore que sea capaz de reciclar hoy un post de 2009….).

Pero volviendo a aspectos más formales, el discurso del PP, nos cuenta que la contabilidad es única, clara, transparente y limpia y que está controlada por el tribunal de cuentas. Como tengo claro que no me van a denunciar, (entre otras cosas porque soy un mindundi que poco aporta en relación con la que está cayendo), pues voy a decir que lo que dice el PP no es verdad, (lo cual significa que es mentira). Sobre todo porque lo que importa no es la contabilidad, sino las cuentas y sobre todo aquella tontería de la “imagen fiel” que es lo que ahora está en duda. Es decir: ¿Qué es lo que hay detrás de todo esto?. Pero hoy me voy a limitar a los problemas de la contabilidad, pese a que sean los menores, (y es importante que se entienda que “los menores”, no es lo mismo que “menores”).

Vamos a empezar con la transparencia; nos cuentan que la contabilidad es transparente, lo que me lleva a deducir que o esto es mentira o soy retrasado mental. Lo digo porque si fuesen transparentes, no debería estar escribiendo este blog si no puedo contestar a algunas preguntas como ¿Cuál es el activo total del partido popular?. Mal podemos llamar transparente a una contabilidad que han visto muy pocas personas y sujetas a confidencialidad. Es decir, no puede haber transparencia si no existen cuentas publicadas en ningún lado. Por supuesto, el hecho de que existan cuentas publicadas no implica que exista transparencia, (recordemos que, hasta hace no mucho, nos preocupaba que los bancos escondían cosas, a pesar de tener cuentas publicadas; ahora no preocupa tanto pero sigue existiendo discusión sobre los escondido), pero sin un solo dato de la contabilidad ¿Cómo podemos definirlas como transparentes?. Por supuesto esta falta de transparencia no es exclusiva del Partido Popular y no es responsabilidad exclusiva del Partido Popular; pero por mucho de que no sea el único y no sea el único culpable no quiere decir que no lo sea. Es más, el hecho de que sea generalizado es un problema mayor incluso.

Para los demás aspectos de la polémica me gustaría partir del caso del préstamo a Pio García Escudero, porque está reconocido y aceptado como cierto por todo el mundo. Esta operación parece que se refiere a la concesión de un préstamo de 30.000 euros, para arreglar los desperfectos tras un atentado terrorista que se devolvió en cinco pagos de 6.000 euros. Uno de los pagos aparece en  los papeles, pero esto no es lo importante; lo importante es que parece que la operación existió y  que se debe a una negociación entre Pio García Escudero y Javier Arenas.

Más allá de otra tontería relacionada con la transparencia: ¿Dónde están los criterios para la obtención y condiciones de préstamos?; ¿Acaso nos parece claro que un dirigente le pida dinero a otro en una conversación personal y el otro conteste sin que conste ni autorización de nadie ni rendición de cuentas ni nada en absoluto?.

Pues hay un primer paso en el que avanzar; ¿está contabilizada esta operación?. ¿está auditada esta operación?, ¿es conocida por el tribunal de cuentas?. Si la respuesta es afirmativa, quedaría mucho por comprobar, pero una respuesta negativa probaría que la contabilidad no reflejaría todas las operaciones del partido. Es así de simple. Una auditoria parte de la contabilidad oficial y verifica si hay soporte documental pero en este caso hay que investigar si determinadas cosas no están en la contabilidad, por lo que el proceso parte de comprobar la contabilización de aspectos comprobados.

¿Se puede comprobar que esta operación está o no contabilizada?. Lo cierto es que nadie lo puede asegurar, lo cual vuelve a contradecir lo de la transparencia. Pero sin embargo, sí que es posible entender que en mi opinión esto no está contabilizado, por una significativa omisión en la información solicitada y una pequeña contradicción. La contradicción está en el hecho de que se afirmase que todo es mentira. Se supone que se habría comprobado la contabilización de todo lo de la libreta para afirmar que todo es falso. Sí se hubiese hecho esto, las operaciones contabilizadas habrían obligado a decir: “es todo mentira salvo…” o “casi todo mentira” o “medias verdades o similares”.

Por supuesto, no me sirve esta contradicción para afirmar nada, porque bien pudiera ser que se haya dicho que todo es mentira sin comprobar nada, (de hecho es probable, lo que a su vez nos puede dar una idea de la credibilidad que debemos dar). Sin embargo es la omisión la que me lleva a concluir que efectivamente esto no consta en ningún sitio; y esto lo sabe cualquier persona que tenga una pequeña S.L. o que preste dinero a un familiar: ¿Qué tengo que hacer para evitar problemas con Hacienda?.

Si hubiese un préstamo contabilizado a un cargo del partido, tanto la auditoría como el tribunal de cuentas, le hubiesen pedido documentación que sustentase la operación; Es decir, existiría un contrato de préstamo, que se hubiese formalizado en un documento público, (por aquello de la claridad y la transparencia), dispuesto y devuelto con transferencias y con su declaración en Impuesto sobre Transmisiones y Actos Jurídicos Documentados, (aunque con tipo 0). Por supuesto, dado que Pio García Escudero era presidente del PP en Madrid, esto tendría que ir en la memoria. Si una sociedad cualquiera no hace esto con un préstamo a los socios, y va a contar a Hacienda esto, las carcajadas serían históricas; en consecuencia una auditoría o el tribunal de cuentas sin esta documentación jamás lo darían por bueno. Aunque sea todo legal y todos nosotros podamos prestar nuestro dinero sin dar cuentas, ni documentos, ni explicaciones, ni análisis de riesgos, es obvio que cuando hablamos de dinero ajeno, (incluso aunque sea de una Sociedad de nuestra propiedad), la situación es muy distinta; en todo caso de lo de claridad ya ni hablamos.

Pues con la que está cayendo, cuando Pio García Escudero contesta a El País, da explicaciones sobre como fue el proceso del préstamo, (nos dice porque, cuanto, con quien lo habló, como lo pidió…), pero si hubiese alguno de estos documentos hubiese dicho sin duda alguna la coletilla de “con notario, con declaración, mediante transferencia…”, cualquier cosa que una persona a la defensiva tratase de usar como cobertura.

Lo mismo ocurre con el caso del alquiler pagado a una concejal, del que aparece un recibo en el que consta la ayuda y un recibí. ¿existe algún procedimiento para la ayuda o bien, como parece ser el caso, nos encontramos con un sistema en el que el procedimiento es en esencia informal?.

Aquí no hay atajos; o bien se enseñan las cuentas y se enseñan los documentos soporte, los procedimientos y se explica muy bien como se hicieron las cosas que se han comprobado en los papeles de Barcenas o la conclusión está clara; además de No transparente, las cuentas no son claras, ni limpias; aunque la contabilidad sí que lo sea. La definición de cuentas no limpias o no claras es precisamente que no coincidan con la contabilidad, que también por definición no será limpia.

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  1. #1
    04/02/13 10:46

    Las únicas cuentas claras van a ser las que luis Barcenas y Diego Torres nos ofrezcan en cómodos plazos para que sean sometidos a una buena digestión para sus intereses.

    Lo que nos ofrezcan los demás son cuentos de una noche de verano.

    Y nosostros tendremos que estar atentos para saber al final quien paga los confetis de la Ana mato.

    Porque esta c., está claro ;que no paga ni siquiera la comunión de su hija.


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