Cuando surgió la idea de importar los minijobs desde la legislación laboral alemana ocurrió una cosa interesante. Yo, y supongo que unos cuantos, he pensado que se trataba de contratos de trabajo para empleos de escasa cualificación por 400 euros al mes, que no tenían apenas cobertura social. En principio el objetivo de este tipo de contratos es ofrecer alguna entrada al mundo laboral de los jóvenes.
Pues el caso es que cuando leí las primeras noticias de este tipo de contratos, creí que eran contratos a jornada completa que devengarían nulas cotizaciones sociales y que no estarían sujetos al salario mínimo interprofesional.
En estos contratos la discusión es si los beneficios de la entrada en el mercado laboral compensaban la más que evidente precarización que traerían. De hecho en Alemania, tal situación no ha sido resuelta, o mejor dicho, si que ha sido resuelta. Casi todo el mundo está de acuerdo en que ha traído precarización del mercado laboral, pero que los jóvenes estaban dispuestos a pasar por ello, y de esta forma cobraban algo.
Pero lo más grave es que hemos trasladado la discusión a España hasta el punto de que aún cometiendo un error importante, nadie se ha dado cuenta de lo absurdo de la situación. Los citados contratos eran contratos a jornada parcial por un máximo de 15 horas a la semana.
Esta pequeña diferencia, ilustra perfectamente una situación en la que nos encontramos con que lo que en Alemania significa una discusión entre explotación y creación de empleo, en España es un contrato mucho mejor que lo normal. Debemos tener en cuenta que en España este tipo de trabajos para los que no se necesita ningún tipo de cualificación están sujetos al SMI, de tal forma que un trabajo de 15 horas a la semana, estaría sujeto a una retribución muy inferior a los 400 euros que se mencionaban.
O dicho de otra forma, este minijob generaría un sueldo, si se transformase a un contrato normal de 40 horas a la semana, que asciende a 1.066 euros al mes. Es decir, lo que se está discutiendo en Alemania es si es normal que un trabajador sea mileurista, pero esta discusión trasladada a España evidentemente debería generar cierto sonrojo, porque el contrato precario de Alemania es sensiblemente mejor que el contrato normal en nuestro país. Máxime teniendo en cuenta que en Alemania se completan estas condiciones con subsidios.
Pero es que además de todo esto, sorprende y mucho la polémica que se han generado con estos tipos de contratos, las condiciones y todos los argumentos que se han oído a cuenta de esta propuesta. No sorprende tanto que la polémica sea fuera de nuestras propuestas, porque como ya he comentado, en el exterior se construye la imagen de nuestro mercado laboral en base a informes que son totalmente irreales. Pero es que en España ya tenemos distintos tipos de contratos que se han colado para “el acceso al mercado laboral” o para “combatir el desempleo juvenil”, que tienen unas condiciones sensiblemente peores a los mencionados, (con la posibilidad de cobertura social mínima a cargo del empleado incluida desde hace muy poco tiempo), con la diferencia de que no son para aquellas personas de escasa cualificación, sino que se destinan principalmente a las personas con mayor cualificación.
Es decir, tenemos un buen número de becarios españoles, para los que un minijob no sería un contrato ruinoso; simplemente sería un gran avance de las condiciones laborales.
Respecto a los argumentos y a lo que significan estos contratos, lo que recomiendo es leer un post que hice a cuenta de una polémica que tiene mucho más sentido en España. Es cuando se propuso generalizar que los jóvenes cuando entrasen a trabajar estuviesen una temporada sin cobrar, que es lo que se defiende realmente en España y es para lo que he tenido que hacer un post.
No deja de tener su coña que nos pidan que flexiblicemos el mercado laboral, los que parece que aún no se han enterado de lo que tenemos en realidad. Porque está claro que lo que es inasumible en Alemania, es aquí simplemente un sueño.
