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Los más nolstalgicos del lugar seguro que recordaremos un anuncio que surgió en los 80 para tratar de evitar que los pescadores esquilmasen los bancos pesqueros

 

 

 

El famoso slogan de “pezqueñines, no gracias; ¡debes dejarlos crecer!”, trataba de buscar la forma de parar en los consumidores el consumo de pescado joven, para tratar a su vez de frenar la sobreexplotación de estos bancos. El esquema es sencillo, ya que si se bloquean las compras de pescado no adulto, los pescadores no lo cogerán, logrando al final conseguir un sistema sostenible de pesca.

Creo que al final todo el mundo entendía el mensaje y el objeto del mensaje y en este sentido todo el mundo entendía la necesidad de una regulación para proteger el sistema, (tanto el ecológico como el económico).  Este mensaje hoy quizás no se hubiese llegado a plantear, porque el discurso reinante es que las empresas se han de autoregular y por otra parte son las que se supone que mejor conocen el sector en el que trabajan y por tanto son las que han de imponer las reglas.

Si nos paramos a pensar un poquito, esta campaña era precisamente porque este argumento no es del todo exacto; el sentido de esta campaña es porque en las lonjas y en las pescaderías existían “pezqueñines”; y la explicación más plausible a tal circunstancia parece ser que los pescadores, los capturaban y los llevaban a la venta.

Claro que los pescadores sabían y saben que los máximos perjudicados de esquilmar los bancos de peces, eran precisamente ellos mismos, ya que suponía la pérdida de su fuente de ingresos. ¿Cómo se realizan estas tácticas por los pescadores cuando cada uno es consciente de que esto acaba con su futuro?.  Pues aunque para los devotos de la santa autoregulación tal cosa es inconcebible, lo indiscutible es que es una realidad; tal y como lo es los mecanismos que llevan a estas situaciones. No es más que una parte de la teoría de juegos más básica.

Partimos de la base de que tenemos varios pescadores. Por tanto, cada uno de ellos tomará decisiones sobre si dejar en el mar los pescados con tallas menores. Cada uno de los pescadores sabe que es importante que el conjunto de los pescadores respete las tallas mínimas, pero cada uno sabe que su decisión afecta sólo a una parte del sistema.

Es decir; lo que le interesa a cada pescador es coger todos los peces que sea, ya que con ello incrementa su realidad; a la vez que le interesa que el resto de los pescadores cumplan las normas para mantener el ecosistema. Por tanto a cada uno de los pescadores le interesa no cumplir la normativa y que la cumpla el conjunto.

Por tanto en cada momento los incentivos para cada uno de los participantes en este juego es cumplir la normativa. En esta situación, tan sólo una disciplina férrea puede tratar de frenar la decisión individual que es perjudicial para todos y cada uno de los participantes, (incluso para quien la toma).  

El esquema cambia cuando tan sólo una de las empresas toma la decisión de saltarse la norma, o lo que es lo mismo, decide tomar la decisión que le interesa directamente (y a corto plazo) en lugar de la que le interesa teniendo en cuenta la visión de conjunto. En este caso esta empresa obtiene unos beneficios extraordinarios de tal forma que puede competir con las demás en una situación de ventaja que en definitiva provocará que incluso las empresas que decidirían cumplir estas normas se encontrarían obligadas a transgredirlas para defenderse.

Por esta razón es importante una regulación externa a los intereses particulares de cada empresa, que tenga en cuenta el sistema en su conjunto de tal forma que se impidan, mediante la coacción de las leyes, que se tomen una serie de decisiones dañinas para el conjunto de los colectivos  e incluso para quien las toma.

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  1. #3
    30/12/11 17:40

    Me parece que el símil que pones no es adecuado. El problema que planteas no es "autorregulación" sí o no, sino la "tragedia de los bienes comunales" que, curiosamente, se soluciona, o con burocracia y leyes y regulación.., como se hace ahora.., o con la privatización del bien.. Básicamente, privatizando el mar.., en zonas delimitadas.., y allá cada uno si termina con su parte.., pues se queda sin nada...

    Esto último es el problema.., que en el fracaso de la "autorregulación" bancaria, no "se quedan sin peces".., ¡sino que los rescatamos!!! y ahí el porqué la "autorregulación", pero menos, no funciona...

    Saludos

  2. #2
    30/12/11 02:18

    Estimado Tomas:

    Enhorabuena por el articulo y la comparación.

    Siguiendo el hilo lo mismo ocurre con el trabajo en negro, y la fiscalidad.

    Lo mismo ocurre con la fiscalidad de gran parte de la industria financiera, lo cual nos conduce a la desaparicion del dinero.

    Si en la economia real es fiscalizada toda transaccion a través del IVA, porque no pueden ser fiscalizadas todas las transacciones financieras en el momento y lugar donde se producen.

    Este simple ejercicio es lo que hace que la industria financiera sea la más rentabale de todas las industrias legales, ya que al no pagar impuestos hace que sea más rentable que cualquier industria en cualquier pais.

    Feliz año nuevo

    Un saludo


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