La figura clave de la correduría de seguros es el mediador, un profesional independiente que negocia las coberturas que mejor se adaptan a las necesidades del tomador del seguro
La opinión de los asegurados es clara: confían más en las corredurías que en las aseguradoras por la atención personalizada y por la defensa de sus intereses.
La contratación de un seguro no es una tarea sencilla, por el volumen de compañías que operan en el mercado asegurador y por las diversas coberturas que cada una de ellas ofrece. Disponer de tiempo para comparar y tener conocimientos del sector, ya sea para contratar seguros de coche, salud, hogar, vida, decesos, empresa, etc., son dos requisitos indispensables para poder negociar el tipo de póliza que mejor se adapta a las necesidades de cada asegurado.
Contar con el asesoramiento de una persona con experiencia y formación específica en materia de seguros es la mejor opción para garantizar la contratación adecuada de una póliza. Esta figura, conocida como mediador de seguros, atiende de manera personalizada al cliente que tramita sus pólizas a través de una correduría.
El término correduría resulta menos familiar que el de aseguradora. Pero, quienes han tenido la doble experiencia mantienen una opinión más favorable hacia las corredurías que hacia las aseguradoras. «Las corredurías llegan para suplir aquellas carencias que encuentran los clientes a la hora de contratar un seguro. Ofrecemos una atención personalizada; el mediador se convierte en un asesor: dispone del conocimiento necesario sobre las necesidades del cliente, con capacidad de negociación, para conseguir las mejores coberturas al menor precio; y siempre pendiente de los vencimientos», explica Rubén Rueda, director general de Seguros Nogal.
Por falta de tiempo o, sencillamente, por un exceso de confianza, la dejadez una vez contratado el seguro marca la tendencia general, dejando pasar las oportunidades que ofrecen otras compañías. De ahí la importancia que están adquiriendo las corredurías por sus ventajas frente a las compañías:
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Contar con un mediador de seguros es sinónimo de garantía y tranquilidad. Actúa como intermediario negociando las pólizas que mejor se adaptan a las necesidades del cliente.
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Atención directa y personalizada. Se cuida al máximo el servicio postventa, representado al cliente ante cualquier imprevisto que requiera la intervención del seguro.
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Defensa de los intereses del tomador del seguro frente a la compañía. El mediador actúa en representación del asegurado.
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La independencia del mediador garantiza la amplitud en la oferta. Negocia las mejores coberturas existentes en el mercado.
Estas condiciones se cumplen en las mejores corredurías, que tienen una clara vocación de servicio hacia el cliente.
Un ejemplo de correduría de seguros es Seguros Nogal, una correduría en plena expansión, que cuenta con un equipo de más de 160 trabajadores, con una amplia experiencia en materia de seguros, que actúa como intermediario, velando por los intereses de sus asegurados. En este caso, la correduría tiene relación con las aseguradoras más relevantes y es por ello que puede ofrecer unas coberturas más adaptadas a cada cliente.
Por todas estas facilidades comentadas para el cliente y por la atención personalizada que pueden ofrecer las corredurías de seguros, contratar una póliza a través de una correduría se está convirtiendo en la mejor opción, como muestran las opiniones y valoraciones de quienes ya lo han probado.
