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Tras varios años escribiendo en este blog sobre opciones financieras, bolsa e inversión en general, siempre dando mi punto de vista como inversor aficionadillo y aprendiz de especulador, es la primera vez que voy a hacerlo sobre un tema que me compete directamente en mi actividad profesional  diaria.

Llevo 20 años trabajando en el sector de las telecomunicaciones, y he tenido la suerte de pasar por diversas empresas y aprender de muy distintas culturas corporativas (además de poder desarrollarme profesionalmente en todas ellas). Hasta ahora, no he querido "mezclar" mi actividad profesional con mi afición a los mercados financieros. Esa distancia me ha ayudado, seguramente, a poder seguir desarrollándome en mi afición sin heredar demasiados sesgos. 

Hoy sin embargo rompo esa distancia autoimpuesta, y lo hago para hablar sobre el congreso mundial de telefonía, conocido por sus siglas en inglés MWC (Mobile World Congress) que se celebra todos los años en Barcelona desde el 2006, y el impacto que en la edición de este año está teniendo la aparación del coronavirus en China.

Estos últimos días hemos ido viendo un goteo incesante de empresas que anunciaban su renuncia a participar en dicho congreso por los potenciales riesgos de contagio del coronavirus entre sus empleados, clientes y visitantes.

Lo que me ha movido a escribir este post ha sido ,en primer lugar,  contemplar un lamentable espectáculo en varios ámbitos, tanto políticos, como periodísticos, y de opinión, teniendo como telón de fondo la celebración (o no) del MWC este año. Y en segundo lugar, el ver una clara conexión entre este hecho y el mundo de las inversiones.

 

Con respecto al primer punto, destacaría los siguientes:

   - Varios "periodistas" (quien sabe si sutilmente inspirados por un puñado de yuanes) de diversos medios, tanto generalistas como  "especializados", han hecho ver  su opinión de que las empresas que anunciaban su no asistencia al evento lo hacían por "no tener nada interesante que mostrar". Además de dejar patente un desconocimiento absoluto del mercado y del funcionamiento de una empresa privada (lo cual no les impide seguir desarrollando su profesión), según han ido cancelando más y más empresas su asistencia al evento,  han quedado, como dice el dicho, como Cagancho en Almagro . Ejemplos de estos en TV y prensa escrita hay varios (sólo hace falta consultar las hemerotecas: busquen ustedes mismos...no les voy dar ni la oportunidad de linkar aquí sus desbarradas mentales).

-  "Opinaores", "supinadores" y "pronosticadores" de todo signo y pelaje, haciendo aseveraciones y exabruptos varios, que paso a describir en estas dos líneas de pensamiento (diametralmente opuestas entre sí), pero que básicamente se resumen en mezclar política (de la mala) con todo lo demás:

     - Los que creen ver una conspiración contra Barcelona y por extensión contra Cataluña, por sus aspiraciones independentistas. Los llamaremos "los victimarios".

     - Los que, por contra, creen que las empresas se dan de baja  para "castigar" precisamente esas aspiraciones, añadiendo un supuesto miedo o inseguridad en la ciudad. Los llamaremos "los castigadores".

Tengo una mala noticia para victimarios y castigadores: Todas estas empresas no saben ni qué es un CDR, ni qué es Tabarnia... ni siquiera saben el nombre de la alcaldesa de Barcelona. Pero ni idea. Cero. Y además, no les importa. No es su juego. Las empresas están para ganar dinero, no para hacer gestos políticos en uno u otro sentido. Y esto lo digo como inversor/especulador, no como trabajador de una de esas empresas (por cierto).

Los victimaros arguyen como principal argumento que se están celebrando congresos estos días en otras ciudades de Europa, en algunos casos con miles de asistentes, y no se han cancelado. (Esto es un hecho y más adelante veremos el porqué).  Y creen ver una conspiración de dimensiones bíblicas que hace que empresas asiáticas, europeas y norteamericanas (muchos de cuyos CEOs ni siquiera serían capaces de situar Barcelona en un mapa), se confabulen entre sí, o peor aún,  sucumban a las presiones de un poderoso lobby tardofranquista , para destruir y boicotear sus magnas aspiraciones.

Los castigadores por su parte argumentan que las empresas están en realidad huyendo de la ciudad que vió arder contenedores y volar adoquines en aquellas barbacoas callejeras de hace unos meses. E incluso, en su delirio, se alegran de que algo así llegue a pasar, apelando a un falso karma que ni ellos mismo saben qué es. , ... En fin. Vuelvo a repetir: si hiciéramos una encuesta entre los CEOs de las empresas que se han dado de baja en el MWC de este año preguntando por el significado de "CDR", nos llevaríamos más de una sorpresa 

 

Por otra parte, los organismos públicos aseguran que todo está controlado, y la OMS aún no ha declarado una emergencia sanitaria que anulase de forma automática este tipo de eventos.

Entonces..¿cuál es la razón que mueve a las empresas a cancelar su presencia en el MWC? Pues la respuesta está relacionada ni más ni menos con la gestión de riesgos que tantas implicaciones tiene en la inversión financiera y el cuidado de la imagen corporativa.

 

Una empresa privada, y máxime si se trata de una multinacional que ofrece productos y servicios a usuarios finales (es decir, a usted y a mí), tienen mucha exposición pública, y tienen que proteger y mantener un intangible de altísimo valor: su imagen reputacional. Si ésta queda dañada, las pérdidas serían muy cuantiosas y además difícilmente recuperables.

¿Y cómo puede resultar dañada la imagen reputacional de una empresa con tanta exposición mediática?

Pues por ejemplo, mandando a sus empleados a una feria a una ciudad costera del sur de Europa, y contagiándose varios de ellos de un virus cuasi-desconocido que además se encuentra en plena fase expansiva. A los costes económicos que éstas empresas deberían hacer frente (den por hecho que las demandas de sus empleados contagiados les lloverían como chuzos de punta, con razón), hay que sumar el coste intangible del daño reputacional recibido: "La empresa XXX ha mandado a sus trabajadores a contagiarse de un virus, y además lo ha expandido entre sus clientes". A ver qué empresa es capaz de levantar eso.

Cualquier empresa, ante hechos como los que estamos viviendo, hace una meticulosa evaluación del riesgo que supone mandar a sus empleados a un lugar donde existe un riesgo potencial. Las empresas han visto como pausible la posibilidad de que uno sólo de sus empleados se contagiase del virus, y han calculado lo que les costaría a nivel reputacional y también económico, comparándola versus el coste que va a tener el no acudir (les aseguro que en el menor de los casos, ese coste es de varios millones de euros). Y las más gordas han decidido no ir. Aún así les compensa: si se diera el peor caso (un contagio) les resultaría mucho más costoso. Pura gestión de riesgos 

 

Para responder a los que esgrimen el argumento de que otras ferias no se han cancelado estos días, hay que poner en relieve dos datos:

     - Las escalas y las probablidades: es un hecho que el MWC es una feria gigantesca, que aglutina a más de 100.000 personas durante 4 días. Y además, el % de asistenes provenientes de China (el foco de origen del coronavirus, y por tanto con muchas más probabilidades de portar el virus aún sin saberlo) es elevadísimo. Créanme: llevo asisitiendo al MWC varios años, y les puedo asegurar que el porcentaje real es mucho más elevado que el que se ha podido leer estos días en las noticias. Igual me quedo corto si les digo que el 50% viene de allí. 

    Por contra, en las otras ferias que sí han seguido adelante, el número de asistentes totales es mucho menor y además, el porcentaje de asistentes con origen en China es mínimo. Cuestión de números y probabilidades: en estos casos, la probabilidad de contagio es mucho menor.

  - Pero es que además, hay que sumar el hecho de que estas ferias que si se han celebrado son todas ferias industriales, de empresas que no desarrollan productos o servicios a usuarios finales, sino a otras empresas. ¿Qué quiere decir esto? Pues que no tienen tanta exposición mediática y por tanto, su posible daño reputacional en el caso de que se produjera un contagio en alguno de sus empleados sería mínimo. 

 

Así que ya ven. No existen confabulaciones, ni boicots, ni alarmismos psicológicos por parte de las empresas que están cancelando su asistencia al MWC. Es sólo cuestión de números y gestión de riesgos. Vaya, ¿les suena  ésto? .. como  las inversiones financieras.

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  1. en respuesta a Packo33
    -
    Top 100
    #21
    02/05/20 11:01
    Tras unas cuantas semanas
    Sigue opinando lo mismo 
    La explicacion era pobre 
    El argumento malo?