La Semana de Pascua ha pasado en Click Trade con gran intensidad. Ya estamos de lleno en los procesos de integración con iBroker.es – el otro bróker online integrado en Auriga Global Investors SV – y los mercados ya han vuelto a tener sus volúmenes normales de actividad después de los días de vacaciones de Semana Santa.
Centrándonos en lo que aquí interesa, en los mercados y en su evolución, seguimos constatando que mientras los principales índices norteamericanos mantienen el buen tono, las bolsas europeas han vuelto a perder fuelle, todo ello en un entorno en el que los bancos centrales siguen centrando la atención de los grandes inversores institucionales con sus actuaciones y declaraciones. Yelen, Draghi y sus equipos van a seguir siendo los protagonistas.
Los productos relacionados con el S&P500, el DJI y el Nasdaq han sido, sin duda los protagonistas entre nuestros clientes. Por el contrario, seguimos observando muchas posiciones cortas en los relacionados con los índices europeos.
El martes 29 de marzo, la Reserva Federal, a través de declaraciones de su propia presidenta, se ha mostrado, una vez más, partidaria de mantener la moderación en el ritmo de las que hace unos meses parecían inminentes subidas de tipos, dejando bien clara la decisión de no proceder a realizarlas por el momento.
Su razonamiento, el mismo que en sus últimas apariciones: la constatación de unos mercados frágiles que pueden anular el efecto positivo de una segunda subida de tipos, todo ello a pesar del evidente fortalecimiento de la economía estadounidense. El mismo miércoles, el indicador de empleo privado de la consultora ADP de marzo mostraba una creación de 200.000 puestos de trabajo, por encima de los 194.000 esperados, y el viernes la batería de datos publicados al otro lado del Atlántico, encabezados por un ISM manufacturero mejor de lo esperado y sobre todo, por una cifra de creación de empleo no agrícola de 215.000 personas y una revisión del dato del mes anterior de 242.000 a 254.000 corroboran esta idea de recuperación.
¿Por qué, entonces desde la Fed se siguen enviando mensajes en el sentido de retrasar las esperadas subidas de tipos? Pues quizás porque detrás hay algo de lo que ya se habló hace meses y que vuelve a estar presente en los documentos que presentan un buen número de analistas a los que seguimos y que nos merecen toda la confianza: a la Fed le interesa un dólar débil que ayude a exportar a las empresas norteamericanas.
¿Nueva guerra de divisas a la vista? Podría ser. Cuando hace unos meses muchos inversores pensaban en un EURUSD cerca de la paridad, lo cierto es que durante la sesión de hoy hemos visto durante buena parte de la sesión europea cruces por encima del 1,14.
En nuestro anterior post concluíamos en que las pérdidas del dólar serían limitadas, sobre todo porque mientras la Reserva Federal subirá, como mínimo, un par de veces los tipos en lo que queda de año, a los demás bancos centrales no les vemos, ni mucho menos, en esa línea. A medio plazo seguimos manteniendo esa idea, pero ojo con la reticencia que muestra la Reserva Federal a actuar de forma restrictiva.
La semana que viene, el martes 5, se publicará el ISM de servicios de marzo y el jueves a las ocho de la tarde se procederá a la lectura de las Actas de la reunión de la Fed el pasado 16 de marzo. Se generará mucha expectación respecto a estos datos.
Por su parte, Coeure, miembro del Comité Ejecutivo del BCE, declaraba el miércoles que “los tipos de interés negativos no son el instrumento principal de política monetaria del Banco Central Europeo, sino que son un instrumento más con el que cuenta la entidad para apoyar la dirección de su política”, y que “aún disponen de más instrumentos de política monetaria con los que serán capaces de enfrentarse a situaciones adversas en caso de que resulte necesario”.
Desconocemos cuáles pueden ser esos instrumentos, porque casi todo el mundo pensaba que, después de las medidas adoptadas en marzo, poco más quedaba por hacer. Estamos expectantes para ver qué va a sacar Draghi esta vez de su chistera... Porque lo cierto es que hasta ahora y visto lo visto, el performance de las bolsas europeas nada tiene que ver con el de los principales índices norteamericanos, mientras que el EUR mantiene su fortaleza con respecto al USD (como hemos dicho anteriormente) y con respecto a la GBP, perjudicando notablemente a las empresas exportadoras de la Eurozona.
Otro de los objetos de atención de los mercados durante los últimos tiempos ha sido el petróleo. Durante marzo se han celebrado diversas reuniones entre cuatro de los principales países productores – Qatar, Arabia Saudí, Venezuela y Rusia - que se han cerrado con el mensaje que “mantener los niveles de producción del pasado mes de enero”. Mensaje “tranquilizador”, sí, pero con pocas consecuencias en los precios, porque los mercados no se “terminan de creer” la efectividad de unos acuerdos que están condicionados por la realidad de que otros países de gran importancia productora como Irán e Irak los secunden, y porque además, la decisión de congelar una producción que está en niveles históricamente muy elevados, tampoco parece que sea una buena idea para aliviar la debilidad en los precios.
Y la verdad es que hacen muy bien en no creérselo. Nosotros tampoco, ya que, apenas unos días después de dichas reuniones, desde Arabia Saudí se ha dicho que sólo estarían dispuestos a congelar su producción de crudo a los niveles del pasado mes de enero si el resto de los países productores acuerdan el mismo objetivo... y lo cumplen…
Ahora todos miran con interés a Irán, país que ha declarado por activa y por pasiva que su objetivo es reestablecer la producción tras años de prohibición a sus exportaciones.
Mientras no exista una clara voluntad por parte de todos los productores de recortar la producción, vemos complicado tener una mejoría en la cotización del crudo, que podría mantenerse en un entorno entre los 30 y los 40 dólares por barril a la espera de dos reuniones que se antojan claves para el sector: una prevista para el próximo 16 de abril en Doha, entre los países anteriormente citados, a los que se podrían unir Irak y Estados Unidos y especialmente, la de la OPEP el día dos de junio, aunque, como decimos, la probabilidad de que en la primera de estas citas se llegue a un acuerdo relevante en materia de precios parece pequeña.
Y mirando para casa, el Ibex ha cerrado un primer trimestre malo de solemnidad, aliviado ligeramente por lo conseguido durante el mes de marzo. Afortunadamente el selectivo viene respetando la zona de mínimos, sin embargo nos está dejando una secuencia de máximos decrecientes que conviene vigilar con cautela. A ver si el anuncio emitido esta tarde por la calificadora S&P, reafirmando el rating de España en BBB+, con Outlook estable, permite alguna alegría la próxima semana.