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Money was never a quiet, passive tool, and it never stayed long in the same place or in the same hands., Jack Weatherford

 

La economía china siempre ha operado baja sus propias reglas monetarias, que por lo general han sido creadas e impuestas por un Estado poderoso con una larga burocracia y un ejército fuerte. Ya sea que China estuviese bajo el dominio de un emperador dictatorial, caudillos rivales, o el Partido Comunista, su comercio casi siempre ha sido controlado por las fuerzas del estado en lugar de las fuerzas del Mercado. En un sistema así, el oro y las monedas de plata rara vez jugaron un papel. Durante gran parte de la historia de China, el gobierno del emperador emitió simple fichas o placas generalmente conocidas o utilizadas como dinero en efectivo y estaban hechas de latón o cobre. Estas fichas tenían un agujero cuadrado en medio para que pudieran ser ensartadas juntas en cantidades hasta de cien.

 

Ya que estas fichas eran voluminosas, pesadas y en cualquier caso sólo eran una representación simbólica, entonces fue un paso pequeño saltar de ahí a dibujar una imagen del dinero en efectivo  sobre una pieza de papel. Este dibujo podía representar mil o diez mil fichas. Las invención y difusión del papel moneda en China marcó un gran paso hacia adelante en el control gubernamental de la oferta de dinero, un desarrollo que sólo pudo haber ocurrido en un gran imperio con un gobernante lo suficientemente poderoso para imponer la voluntad del Estado en la economía ―incluso hasta el punto de ejecutar a aquellos ciudadanos que se atrevieran a oponerse a su política monetaria.

 

Obviamente, la invención del papel moneda tuvo que esperar a la invención del papel y la impresión. A diferencia de la tecnología metalúrgica, que apareció tempranamente en la historia humana, el descubrimiento del papel y la tecnología para su fabricación llegaron relativamente tarde y se extendió lentamente. Los antiguos pueblos del Mediterráneo utilizaban pergaminos hechos a base de piel de cordero para el registro de la información. Por un tiempo durante el periodo Helénico y en la época del Imperio Romano, el papiro era exportado desde Egipto como material de escritura, pero no era lo suficientemente duradero para ser utilizado como papel moneda.

 

Por lo tanto no es un casualidad que la impresión, fabricación del papel y el papel moneda, todos ellos se originaron en China. En el primer o segundo siglo AD, Ts’ai Lun supuestamente hizo el primer papel de la corteza de un Sicómoro, cuyas hojas alimentaban a las orugas de la lucrativa industria de la seda china, pero la verdad es que la fabricación de papel podría ser siglos más antigua que eso. La tecnología para hacer papel parece haber estado confinada a China durante al menos un milenio. Las primeras indicaciones que se tienen del uso de papel moneda en China han sido encontradas desde la dinastía Tang y algunas ilustraciones de la época han sobrevivido, pero no e han encontrado ejemplares.

 

De todas las costumbres raras que Marco Polo encontró durante sus viajes a Asia en el siglo XIII, ninguna parece haberlo sorprendido más que el poder del estado para producir papel moneda y obligar su uso en todo el imperio. Los burócratas chinas hacían papel moneda de la corteza de los Sicómoros. Una vez sellados con el sello del emperador, estos billetes poseían el valor total en oro o plata que representaban. Estos billetes o notas chinas eran del tamaño  de una servilleta. A pesar de su tamaño, las notas pesaban muy poco y por eso representaron una gran mejora con respecto a las monedas, de las cuales mil de ellas podían pesar más de tres y medio kilogramos.

 

El uso del papel moneda en China alcanzó su apogeo bajo el dominio de los emperadores Mongoles. Ellos necesitaban administrar el imperio más largo en la historia de la humanidad, y al igual que cualquier gobernante de una gran burocracia, ellos encontraron en el papel moneda a un activo invaluable. Los billetes hicieron la recaudación de impuestos y la administración del imperio mucho más fácil mientras reducían la necesidad de transportar grandes cantidades de pesadas monedas.

 

En 1273, Kublai Khan emitió una nueva serie de billetes patrocinados y controlados por el estado. Para hacer cumplir su uso él utilizó los mismos métodos que cualquier gobierno debe usar para respaldar su moneda: sólo hacía pagos en forma de papel moneda y obligaba a todos a aceptar pagos en papel moneda bajo la pena de castigos terribles. Para garantizar su uso en círculos más amplios al del mismo gobierno, el gobierno chino confiscó todo el oro y la plata de los ciudadanos y emitió papel moneda en su lugar. Incluso los mercaderes que llegaban desde el extranjero tenían que entregar su oro, plata, piedras preciosas y perlas al gobierno a precios establecidos por el concejo de burócratas mercantes. A continuación los comerciantes recibían en intercambio notas emitidas por el gobierno. Marco Polo claramente vio que este sistema de papel moneda sólo podía funcionar cuando un gobierno central fuerte tenía la capacidad para imponer su voluntad sobre todas las personas dentro de su territorio.

 

Muchas de estas observaciones acerca del control gubernamental sobre el papel moneda también fueron hechas por el viajero marroquí Muhammad ibn-Batuta, quien visitó China en 1345. Él reportó que era imposible pagar con oro o monedas de plata en los mercados chinos. Los metales preciosos tenían que ser convertidos a un papel del tamaño de la palma de la mano que tenía el sello del emperador. Batuta también escribió que todos los comerciantes extranjeros tenían que depositar todo su dinero con un Oficial quien era el encargado de pagar todos sus gastos, incluido el coste de una concubina o una esclava si el comerciante tenía esos deseos. Al final de la estadía del mercader, el Oficial devolvía el dinero que sobraba.

 

Ibn-Batuta describe a China como el país más seguro del mundo para los comerciantes. No importa lo lejos que se viajase o la cantidad de papel moneda u de otros bienes que trajeran con ellos, casi nunca eran asaltados. Para crear este nivel de seguridad el gobierno operaba con una policía estatal bastante moderna. Los burócratas dibujaban retratos detallados de todos los extranjeros que entraban para que sus imágenes pudieran ser circuladas rápidamente si cometían algún crimen. En cada parada, el comerciante debía registrarse con la policía y su nombre era enviado a las autoridades de la siguiente parada antes de que él pudiese partir. En cada parada un oficial militar inspeccionaba a los mercaderes extranjeros cada mañana y noche y los encerraba en un hostal para pasar la noche.

 

Sin embargo, Ibn-Batuta observó una posible consecuencia no-intencional sobre la prohibición de metales precioso. Ya que los comerciantes tenían prohibido poseer monedas de oro o plata, ellos fundían las monedas de contrabando en lingotes que escondían en las vigas del techo arriba de la puerta. Batuta pude haber sido testigo de una forma de resistencia o mercado negro que escapó a los ojos de Marco Polo; o más probablemente, el poder del emperador y del estado estaba en declive durante el siglo XIV, más de medio siglo después de la visita de Marco Polo a la nueva y poderosa corte de los gobernantes Mongoles.

 

Hoy en día no se sabe de ninguna copia del dinero mongol que haya sobrevivido, pero los museos exhiben algunas de las pocas notas restantes emitidas por los sucesores de los mongoles, los emperadores Ming, entre 1368 y 1399. Después de ahí los chinos abandonaron el sistema del papel moneda, y no volvió a aparecer hasta inicios del siglo XX durante la colonización económica de China por parte de varios imperios europeos.

 

Mediante el uso de monedas de latón y cobre y del papel moneda en lugar de oro y plata, las autoridades chinas nunca se preocupaban sobre la pureza de las monedas. Sin embargo, existe una diferencia crucial entre el sistema monetario de China y el sistema que se desarrolló en el Mediterráneo. El propósito del papel moneda en China era permitir al gobierno el monopolio sobre el oro y la plata. El papel fluía de la Capital a las Provincias mientras que el oro y la plata fluían de las Provincias a la Capital. El papel moneda funcionaba como parte del sistema tributario y asfixiaba el desarrollo de un comercio sano. Por el contrario, el sistema de papel moneda que se desarrolló en el Oeste, al menos inicialmente, fue diseñado para incrementar el flujo de mercancías. Fue sólo más tarde que Occidente también cayó en la trampa china de convertirse en un gobierno que confiscaba el oro y la plata.

 

En Occidente, el papel encontró su uso más importante como medio de mantener los libros contables de los bancos. Mucho antes de que fuese usado como medio para imprimir más dinero, fue usado por los banqueros para incrementar la oferta monetaria. Sólo después fue que gradualmente emergió como remplazo de las monedas en el comercio diario. El desarrollo y circulación inicial de las notas monetarias hechas de papel se produjo como un efecto secundario de la banca.

 

El papel moneda ayudó a resolver el importante problema del manejo del oro. Debido a que incluso las cantidades más pequeñas de oro tenían un gran valor, la gente siempre había encontrado formas para adulterar las monedas de oro. Una de las más sencillas formas de hacer esto era hacer “sudar” a las monedas agitándolas con fuerza en una bolsa para que se golpearan y rasparan entre ellas, proceso que invariablemente dejaba un poco de polvo de oro. Una de las primeras soluciones a este problema por los comerciantes del Mediterráneo fue la de sellar las monedas de oro en pequeños monederos que contenían un valor exacto y el tipo de moneda escrito en el exterior. Por lo tanto los comerciantes se acostumbraron a aceptar en pago una moneda que no podían tocar o ver. Los comerciantes tenían que tener fe en el sello de la primera que selló las monedas dentro del monedero ―que por lo general era otro comerciante, un funcionario de gobierno o un banquero. Esto fue simplemente un paso más dentro del proceso para mantener las monedas de oro en un lugar seguro mientras circulaban sólo la etiqueta.

 

The history of Money de Jack Weatherford; Capítulo 8; pags. 125-129

 

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Quería escribir una reseña del libro The history of Money de Jack Weatherford, pero el problema con este tipo de libros es que es muy difícil hacerle justicia con una reseña, o al menos lo es para mí. Podría haber escrito que el autor narra la historia de la civilización humana vista a través del dinero y cómo éste ha evolucionado a través de los siglos y ha ido cambiado nuestra cultura y costumbres constantemente. O podría haber hablado de los diferentes sistemas monetarios y medios de intercambio que se han utilizado en la historia dependiendo de contextos y situaciones, algunas específicas y extrañas a nosotros, y otras bastante relacionadas a pesar de ser antiguas. Podría haber colgado mis citas favoritas (que son muchas y extensas), pero la verdad creí más conveniente traducir libremente una pequeña sección que me pareció interesante y coyuntural con respecto a China y Europa, y de cómo a veces las malas (o buenas) prácticas no son exclusivas de una región o cultura, sino más bien inherentes al ser humano y nuestros deseos.

 

China tiene una cultura milenaria que siempre ha descansado en el control de sus súbditos y sus actividades, y donde las jerarquías son muy importantes. Europa tiene una tradición diferente, pero aun así podemos encontrar similitudes y alguna que otra costumbre "prestada". La historia no predice el futuro, pero es una herramienta importante, entre muchas otras, para entender el presente.

 

Sé que este extracto traducido tampoco le hace justicia al genial libro de Weatherford, pero creo que puede darnos un poco más de perspectiva y antecedentes, o al menos entretener un poco.

 

Historias como la anterior hay muchas en el libro y el autor las va hilvanando de una forma genial y muy interesante. El autor concluye que en el futuro seguiremos viendo aparecer diferentes formas de dinero compitiendo entre ellas y diversos sistemas monetarios tratando de ser controlados. Lo que más importa es la estabilidad y predictibilidad del sistema, además de la practicidad y confianza que los usuarios tengan en el medio de intercambio llamado dinero. La historia muestra que las personas que hacen las revoluciones monetarias al final no siempre salen beneficiados. 

 

 

 

 

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  1. #1
    19/10/15 10:42

    Hola Gfierro,

    En el texto se puede apreciar como ya por entonces la confianza en el dinero era, y sigue siendo, imprescindible para que una moneda o un método de pago funcione. Felicidades por el post.

    Un saludo!