Que estamos viviendo una “mala época” económicamente hablando es algo sabido por todos. La desaceleración económica se está viviendo a lo largo de todo el mundo y los métodos para salir del agujero han sido diversos: rescates de empresas, bajadas de tipos, inyecciones de liquidez…etc.
Recientemente hemos conocido un nuevo paquete de medidas por parte de EEUU para hacer frente a este problema. Se trata de implementar la segunda parte del “Quantitative Easing” (QE) por parte de la Reserva Federal de EEUU o, lo que es lo mismo, darle a la máquina de imprimir billetes. En principio este tipo de política iría encaminada a aumentar la masa monetaria pero ya se sabe que las segundas partes nunca fueron buenas y todo hace pensar que hay algo más detrás de todo esto. Hablamos de una guerra de divisas. Desde que comenzaron los rumores acerca de la posibilidad de que EEUU le diera de nuevo a la máquina de hacer billetes, el dólar no ha hecho más que debilitarse con respecto a la mayoría de divisas a nivel mundial.
Al otro lado del Atlántico parece que esto no sólo no les preocupa sino que se sienten cómodos con la situación. Sin duda a una potencia exportadora como EEUU, una divisa débil le viene estupendamente de cara a una reactivación de su economía y, dado que ya no le queda margen de maniobra para bajar los tipos de interés, la Fed se ha decantado por un segundo QE.
Hasta aquí todo parece ir bien pero no hay que olvidar que la ley de “causa-efecto” se aplica perfectamente en el panorama divisas y, por tanto, no hay debilidad de una divisa sin el correspondiente fortalecimiento de otras. El debilitamiento del dólar implica fortalecimiento de otras divisas con respecto a ésta, con lo que EEUU se ve beneficiado ganando competitividad en sus exportaciones en perjuicio del resto de naciones cuyas divisas se fortalecen ocurriéndoles todo lo contrario. El caso más claro lo hemos visto en el Yen que se ha apreciado fuertemente obligando al banco de Japón a intervenir en primer lugar directamente en el mercado de divisas y, posteriormente, con las rebajas de tipos hasta 0, sin mucho éxito en ninguno de los dos casos. Pero este no es el único caso. Tailandia también ha implementado medidas para evitar el fortalecimiento de su divisa lo que puede provocar el efecto contagio con el resto de países asiáticos emergentes a la hora de seguir los mismos pasos.
EEUU no es la única nación que intenta mantener una divisa artificialmente baja. China lleva con este tipo de política muchos años y, de hecho, es algo de lo que EEUU siempre le ha echado en cara al gigante asiático. Pero ya conocemos el dicho “si no puedes con tu enemigo únete a él” y esto es lo que parece que ha hecho EEUU. Habrá que esperar a ver la reacción de China en lo que se prevé sea una lucha de titanes.