Los principales índices americanos desafían un poco a la lógica con su interminable tendencia alcista. Da igual que se recorten los estímulos, da igual que salga elegido presidente el candidato más polémico y controvertido desde que hay democracia en EEUU, da igual que se dé por hecho que los tipos volverán a subir inminentemente... EEUU sigue rompiendo máximos como si nada de esto fuese importante.
Es cierto que los fundamentales de la economía estadounidense no son malos, pero desde luego no son tan buenos como para justificar una tendencia alcista que ya dura 8 años y cuya corrección más profunda apenas ha alcanzado el 20% en 2011. Solo en dos ocasiones, desde 2009, hemos visto una corrección superior al 10%. Una tendencia tan fuerte no es muy normal, aunque puede entenderse si recordamos que ha sido empujada por oleadas de estímulos desde la Fed.
De cualquier forma, la tendencia sigue adelante, nos guste o no, por lo que probablemente lo más sensato sea no tratar de llevar la contraria al mercado y tratar de aprovechar el movimiento (realmente lo más sensato es estar fuera ante la duda pero eso ya es una discusión diferente).