El intento de rebote de las Bolsas europeas iniciado en la apertura del viernes (tras las duras caídas del jueves ante la fuerte decepción provocada por Mario Draghi), mostró ayer por la tarde sus primeros síntomas de debilidad, y ha sido definitivamente abortado en la sesión de hoy.
El rebote no estaba demasiado fundamentado, y la apertura de Wall Street de ayer empezó a restarle fuerzas. El S&P500 estaba formando una clara figura de Estrella del Amanecer desde el jueves, con claras implicaciones alcistas, pero finalmente, ayer no pudo completarla y cerró en negativo.
El escenario sigue siendo muy complicado. Las Bolsas están atrapadas entre distintos temores estructurales. Unos relacionados con la reversión de la política monetaria de la FED, otros relacionados con el fuerte enfriamiento de la economía europea (ayer y hoy hemos conocido datos muy negativos de Pedidos y Producción Industrial en Alemania), otros que apuntan hacia el escaso efecto que pueden tener las medidas ya anunciadas por el BCE, y otros, hacia las escasas expectativas de que la Autoridad Monetaria europea emprenda nuevas acciones (QE).
En la jornada de hoy, hemos notado también cierto impacto de la crisis del Ébola, que ha castigado a los sectores relacionados con el turismo. Estos valores, pese a no tener un gran peso en los índices europeos, han contagiado más pesimismo sobre los activos españoles, dada la mayor exposición de la economía española al turismo, además de haberse encontrado aquí el primer caso de Ébola en Europa. En cualquier caso, esta no ha sido la clave de la sesión: si esta noticia se hubiera conocido el pasado viernes, con las bolsas subiendo con fuerza, probablemente no hubiera tenido un impacto tan apreciable.
Tampoco han resultado demasiado positivas las nuevas previsiones de crecimiento del FMI, que cifra en un 30% las posibilidades de que Europa entre en deflación, y un 40% de que experimente una tercera recesión.
Mañana dará comienzo la temporada de presentación de resultados en EE.UU., que desde luego, llega en un momento propicio, al permitir que los inversores se fijen en cuestiones más ordinarias.
De momento, las bolsas se están enfrentando a los mínimos del pasado jueves (10.370 puntos en el Ibex), y en algunos casos, han sido perforados (DAX, Eurostoxx 50).
El sesgo negativo sigue imponiéndose, y van a ser necesarias novedades positivas para retomar la tendencia alcista. Draghi tuvo una gran oportunidad la semana pasada, y en estos momentos, los resultados empresariales que se comenzarán a conocer parecen la mejor opción.