Las bolsas europeas cierran otra sesión en positivo, lideradas por los índices periféricos.
El Ibex 35 consigue alcanzar un nuevo máximo anual, al contrario que el CAC parisino, muy lastrado por el desplome de BNP después de saberse que la multa que piensan ponerle las autoridades americanas es de 10.000 millones de $, muy superior a lo que se esperaba.
Ayer Wall Street batió un nuevo máximo histórico, que posiblemente, será superado al cierre de hoy. Las posibilidades de que se produjera una rápida pérdida de los mismos y una reversión hacia los niveles de consolidación previos se han evaporado.
En Europa, los mercados tienen puesta casi toda su atención en la reunión del BCE del próximo jueves. Esa expectativa limitará seguramente el potencial de caídas hasta esa fecha, pero incrementa el riesgo de decepción. Si Draghi se limita el próximo jueves a recortar tipos de interés y a pasar a negativa la tasa de depósitos bancarios, la respuesta de los mercados podría ser negativa, mezclándose la decepción con el “vender con la noticia”. Muy importante será, como de costumbre, su discurso posterior, que, probablemente, dejará la puerta abierta a nuevas medidas en el corto plazo.
De esta forma, el asalto a estos nuevos máximos históricos en los principales índices a ambos lados del Atlántico se ha fundamentado en cuatro factores: la desaparición de los temores sobre la formación de burbujas en las empresas de internet americanas (el Nasdaq sube un 5% en las últimas dos semanas), una mayor estabilidad en el conflicto entre Rusia y Ucrania, la celebración de unas elecciones europeas en las que se temía un peor resultado en algunos casos (sobre todo, en Italia), y el descuento de medidas por parte del BCE.
Sobre este último punto, las cotizaciones han puesto el listón bastante alto a Draghi para que no decepcione.
